miércoles, 16 de mayo de 2012

Si digo miento, ¿miento?

Si yo digo: “yo siempre miento” estoy diciendo algo imposible. Porque si es cierto que siempre miento, la expresión antes escrita es verdad y por tanto no siempre miento. Pero si no es cierto que miento ya estoy diciendo una mentira.
Por eso el debate ahora está en si Rajoy contó antes de las elecciones muchas mentiras o solo una. La de que nunca engañaría a los votantes. Porque obviamente ese fue el mayor engaño, que consiste precisamente en convertir en engaño todas las promesas.
Dijo, eso sí, que era previsible. Y como claro, nunca mentía, todos creyeron que iba a gobernar en la línea de su oposición. Y se equivocaron. Solo acertamos los que creyendo que era cierto que era previsible, sabíamos lo que se podía prever en Rajoy. El desmantelamiento de los derechos civiles y sociales. Los que sabíamos cuales eran las reformas que propugnaba. La Contrarreforma. Como en Trento.
Es comprensible que sus votantes naturales estén satisfechos con él. Hace lo que deseaban. Suprimir los derechos de los trabajadores dejándolos a los pies de los empresarios. Preparar el terreno para la privatización de los servicios públicos básicos que ahora ya no se valoran por su calidad sino por su balance financiero. Y en medio, ya lo veremos, recortar los derechos civiles. Igualdad de género, protección de la mujer, matrimonios homosexuales, neutralidad religiosa, aborto, eutanasia, investigación con células madre...
Pero es difícil entender, salvo por los errores de los demás, al resto de los votantes del PP. Deberían saber que las medidas que se iban a adoptar irían en su contra. ¿O es que algún trabajador que votó a Rajoy se creía realmente que cuando criticaba la reforma laboral de Zapatero era para derogarla?
Rajoy acusaba a ZP de improvisar cuando lo que este hacía era reaccionar a la evolución de la crisis intentando que los recortes fueran los mínimos. El problema de Mariano es que no solo improvisa. El gran problema es su lentitud en reaccionar que nos lleva a que cuando toma una medida ya ha sido superada por las circunstancias.
Cuando todos sabíamos que era por las elecciones andaluzas y asturianas, nos quiso hacer creer que no presentaba los presupuestos en espera de conocer no sé que datos. Debían de estar mal los datos porque presentados los presupuestos, en una semana ya tuvo que recortar otros 10.000 millones en sanidad y educación. “Recortaré todo menos en sanidad y educación”.
Si digo, miente, ¿miento?

Rafa Castillo.

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