martes, 26 de septiembre de 2023

El señuelo.


 

Las derechas, mediáticas y políticas, tratan de centrar el debate en la amnistía y en un pretendido referéndum de autodeterminación. Y en eso basan la definición de constitucional y lo que llaman igualdad entre los españoles.

Lo tengo dicho más veces. Una pareja no se casa un día. Se casa todos los días. Es decir, sus miembros tienen que decidir cada día si quieren mantener la relación. Cierto es que antes el matrimonio era indisoluble. Quisieras o no, tenías que aguantarte. Hoy puedes separarte o divorciarte, lo que, paradójicamente, enriquece la vida de pareja. Hay que esforzarse para mantenerla, no caer en la rutina, y ese esfuerzo convierte la pareja en un ente vivo y en crecimiento.

Lo mismo ocurre entre el Estado y las diferentes nacionalidades y regiones (por cierto reconocidas en la Constitución y que los de VOX, constitucionalistas según el PP, quieren eliminar). Nadie duda de que fuimos y somos un Estado, un país llamado España. Pero ninguna es una colonia a la que haya que integrar y retener por la fuerza como pretenden algunos anulando además su personalidad (jurídica) como en los antiguos matrimonios se anulaba la personalidad de la mujer.


Porque, qué propone la derecha para solucionar el evidentemente existente problema catalán? Un 155 permanente? Nombrar un nuevo Miguel Primo de Rivera capitán general de Catalunya? No se ve en el PP, y mucho menos en VOX una propuesta para mejorar las relaciones entre todos los ciudadanos españoles.

Si hay en cambio propuestas de la izquierda. Pedro Sánchez propone desjudicializar la política. Y este es un gran objetivo de convivencia. Cuando la proclamación unilateral de independencia de Catalunya, no cabe duda que el Estado tenía que actuar. Y hubo dos actuaciones, a mi juicio una correcta y otra excesiva. La primera, la política. La aplicación del artículo 155 de la CE que todos apoyamos. Y con ella se acabó el problema. La declaración de independencia no fue más que la pataleta de un niño pequeño al que le quitaron su juguete, y ni los que la impulsaron creían en ella. La otra actuación, la excesiva, fue la de la fiscalía.

Y es posible que la desjudicialización de la política pase por una cierta forma de amnistía. Amnistía que no es anticonstitucional ya que no está prohibida en la CE. Es por tanto un hecho de voluntad política. A diferencia del indulto, que es de aplicación individual, la amnistía tiene carácter colectivo y se aplica en circunstancias excepcionales como el fin de una guerra, una transición política (Ley de Amnistía de 1977) o el fin de un período de excepción.

No cabe duda de que el vivido en los últimos años en Catalunya fue un periodo de excepción. De hecho el Estado uso una medida de excepción, el 155. Eso sí, a mi juicio, la amnistía no puede ser, aunque estén relacionados, solo a cambio de los votos de investidura. Debe suponer realmente el fin de un período, y exigir la renuncia a la vía unilateral.

Y que nadie se apure. Que no incluye la reforma del Código Penal. Por lo que la declaración como no existentes de los delitos previos, no impide que actos similares futuros sigan siendo delitos.

Y el temor a un referéndum de autodeterminación carece de sentido. La autodeterminación implica una modificación de artículos fundamentales de la CE, lo que necesita, ya para su primer paso, una mayoría de dos tercios de cada Cámara, 234 diputados. Imposible, por tanto, solo con que el PP y VOX voten en contra. Podría ser que el PSOE y sus socios parlamentarios alcanzasen ese número de escaños. Pero en ese caso, salvo que los independentistas vascos y catalanes saquen escaños hasta en Huelva, el PSOE, solo o con Sumar, tendrían mayoría absoluta suficiente para no necesitar los votos nacionalistas.


Y este es el señuelo de la derecha para no exponer públicamente su programa de gobierno. Y que nos olvidemos de lo que ya están haciendo en los gobiernos autonómicos que gestionan. Y ese programa a corto y largo plazo, incluye, entre otros puntos, los siguientes:

-        Privatización de la sanidad. Recorte del gasto en la pública y apoyo a la privada, de forma que la pública sea una vuelta a la antigua beneficencia.

-        Cierre de unidades en la enseñanza pública y reforzamiento de la concertada, incluso la que segrega por sexo. Potenciación de la competición frente a la integración.

-        Congelación del SMI, y reforzamiento de la patronal en la negociación colectiva y de empresa.

-        Práctica congelación de las pensiones.

-        Rebaja en los impuestos directos progresivos, lo que beneficia a quienes tienen mayores ingresos. El déficit de recaudación se suplirá con mayores tasas y precios públicos en los que todos pagamos lo mismo.

-        Supresión de los impuestos sobre el capital que los ciudadanos normales ya no pagan y que solo afecta a las grandes fortunas.

-        Vuelta del “impuesto al sol” penalizando la autoproducción de energía ecológica.

-        Fin de las políticas medioambientales primando los intereses empresariales especulativos.

-        Fin de las políticas de igualdad y de derechos LGTBI+.

-        Fin de la memoria democrática.

Esta es la “igualdad entre españoles” que propugna el PPVOX. Y este debería de ser el debate.

Rafa Castillo.