viernes, 5 de octubre de 2018

Fascismo.

Suele oírse, en las manifestaciones independentistas catalanas, llamar fascista a todo aquel que se opone, o simplemente no está de acuerdo, a la democrática decisión del pueblo catalán de independizarse del opresor, y también fascista, estado español.
Así han llegado a llamar fascista a Joan Manuel Serrat, cantautor catalán que se enfrentó y fue represaliado por el franquismo, llegando a tener que exiliarse por condenar las ejecuciones sumarísimas del régimen, y defender la república.
También es fascismo, para los mismos, cualquier político de izquierda que no muestre adhesión inquebrantable al movimiento (a que me suena esto) independentista. Y así ellos, los que sí representan la “auténtica” voluntad del pueblo, otorgan ese calificativo a todo aquel que no lo vea tan claro como ellos lo ven.
Una vez más se produce una interesada y torticera interpretación de la historia. La derrota que conmemoran en 11-S no fue en una batalla del nacionalismo catalán contra el nacionalismo opresor español. Admitamos que el Rey era un opresor. Pero era opresor de toda España y sus colonias. Y la guerra, que no era de secesión, sino de sucesión, era para elegir entre el opresor Borbón o el opresor Habsburgo. Lo único es que ellos se posicionaron con el perdedor. Y lo mismo puede predicarse de las guerras Carlistas, guerras que no eran de España contra Euskadi Navarra o Catalunya, si no de los partidarios del régimen, más o menos liberal, de Isabel II contra los tradicionalistas de D. Carlos. Por cierto, ellos eran tradicionalistas.
Utilizan erróneamente el término fascista como contraposición a nacionalista. Franco no unificó a España contra el nacionalismo catalán. Franco dividió el país en fascistas y demócratas. Y todos juntos, catalanes demócratas y el resto de españoles demócratas, lucharon, perdieron y fueron represaliados por los vencedores. Y eso olvidándonos de las veleidades de algún dirigente del nacionalismo catalán de la república con Musolini.
Fascismo, por el contrario, se contrapone a liberalismo, socialismo, democracia cristiana, comunismo, anarquismo, etc. Por eso, llamar fascistas a todos los españoles cualquiera que sea su ideología en un insulto inaceptable. Sobre todo a los que lucharon contra los golpistas y perdieron por el camino a sus familiares.
La democracia es algo muy serio para jugar con ella. La democracia no consiste solo en ganar unas elecciones, y sobre todo el ganarlas no da derecho para imponer, por encima de todo, la voluntad de los vencedores sobre toda la sociedad. Eso ya lo hizo Hitler. Fue elegido democráticamente, pero, ¿era demócrata?
La democracia es un juego de equilibrios. Y unas normas (la Constitución) preaceptadas por todos. Esta Constitución fue aprobada también por la mayoría de los catalanes, 2.700.000 a favor y 138.000 en contra (se supone que entre ellos además de independentistas habría franquistas). Y aún así el resultado fue mucho más contundente que las pretendidas consultas de estos años.
Según esta Constitución, la soberanía reside en el pueblo español. Arguyen que la supuesta entidad catalana tiene derecho a que sea reconocida su soberanía por razones históricas. ¿Y por qué no el condado de Barcelona o la Marca Hispánica? Por otra parte, la democracia no es la imposición de la mayoría sobre la minoría, sino el gobierno de la mayoría con respeto a los derechos de las minorías.
Y ahí está la otra interpretación interesada. Con menos de la mitad de los votos emitidos se obtiene la mayoría absoluta de escaños en el Parlament por la distribución provincial de estos. Con esa mayoría absoluta, y tomando la parte por el todo, se define que toda Catalunya les dio un mandato para independizarse. ¿y los derechos de la, en este caso, mayoría?
Porque al final, el fascismo es la exaltación de valores como la patria o la raza para mantener permanentemente movilizadas a las masas, lo que ha llevado con frecuencia a la deslegitimización, cuando no opresión, de las minorías. Y, aún dejando muy claro que la inmensa mayoría de los catalanes no piensan así, el President Quim Torra, en su activismo, se presenta de forma parecida.
En fin. ¿Dónde está el fascismo?
Rafa Castillo.