sábado, 31 de enero de 2015

y la gota cayó... pero no había sitio en el vaso.

Hace días, semanas, ni siquiera vale la pena comprobar cuantas, escribí en mi blog sobre la gota que me colmaba el vaso. Decía que solo quedaba una para rebosarlo. Era una llamada desesperada para que no ocurriese. O para que alguien me convenciese para no actuar. Pero no. Inexorablemente me llevaron y me condujeron a la situación fatal.
Voy a ser, compañero Pedro Sánchez, totalmente coherente contigo. Y si fuese cierto que tú, secretario general de mi partido, aceptas la prisión permanente revisable para “salvar” el pacto antiterrorista con la restricción mental (puto eufemismo) de que cuando puedas la vas a eliminar, yo voy a solicitar y exigir, con la misma coherencia, no mi baja en mi militancia en el PSOE, si no la suspensión de la misma, justo hasta el día en que el partido anule esa prisión revisable.
Espero que cuando recibas mi comunicación no la consideres una renuncia de militancia. Estoy de acuerdo contigo en que no debe existir esa prisión permanente revisable. Solo que, como yo no tengo necesidad de mostrarme adepto a la guerra antiterrorista del gobierno fascista, voy a mantener, por mi y por ti, nuestra esencial postura contra ese planteamiento en espera de que cuando nos liberemos del complejo existencial al que nos somete la derecha, tu y yo coincidamos de nuevo en la defensa de nuestros valores.
Si no fuese así, lo que más me jodería es que prostituyendo el más noble pensamiento socialista me robases la opción de votar las siglas que más se acercan a mi pensamiento.
Desde la más íntima esperanza de quien se siente expulsado de su casa pero mantiene el sueño del feliz regreso…
Rafa.

lunes, 12 de enero de 2015

¿Libertad de movimientos?

Desde el abominable crimen del extremismo yihaidista contra la revista satírica francesa, la derecha extrema europea, Sarkozi, Le Pen o Rajoy y su ministro Jorge Fernández, proponen defender nuestras libertades recortándolas. ¿Será que si sin más pequeñas son más fáciles de defender?
Y efectivamente, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, dichoso río, la propuesta que acarician es la que ya tímidamente manifestaban y claramente deseaban. Meter mano en el tratado de Schengen y recortar, limitar o dificultar la libertad de movimientos. De las personas, claro.
Pero vamos a comprarles por un momento la idea y suponer que efectivamente la medida garantiza ¿? La seguridad y evita otros 19 muertos, en varios años y en toda Europa, a manos del terrorismo internacional. ¿Dije 19? Coincidencia. La misma cantidad en la que se cifran los fallecidos a diario, solo en España, por falta de medicación contra la hepatitis C. Habría que sumar otras enfermedades para las que no hay medicación por falta de interés especulativo de las empresas (enfermedades raras), hambre, suicidio y los miles de muertos vivientes por una crisis que no causaron pero padecen.
Y digo que les compramos la idea de que limitar y controlar los movimientos de las personas reduce el riesgo de fallecer en un atentado. ¿Y por qué no limitar y controlar los movimientos especulativos de los capitales que tantas muertes provocan? Si les parece bien violentar la privacidad de conversaciones en la red o correos, ¿por qué no hacer lo mismo con las transacciones telemáticas de capitales? Si vamos a hacer una lista de los viajes a Siria, ¿por qué no hacerlo con los turistas a Suiza, Luxemburgo o Andorra?
¿O es que este es el Mahoma intocable de nuestros extremistas de derecha?
Rafa Castillo.

jueves, 8 de enero de 2015

También soy Charlie-

Cuando sentí lágrimas de rabia e impotencia al oír las noticias a las dos de la tarde se me vino a la mente una escena de la película de los 60, “la caída del Imperio Romano”. En ella Timónides, consejero del emperador Marco Aurelio, es torturado estoicamente mientras intenta convencer a un líder bárbaro, por su bien, de que acepte la ciudadanía romana.
Y esta extraña asociación de ideas trae causa en que estos días el Presidente de Francia, François Hollande, hacía un discurso de integración y recordaba que el 25% de los ciudadanos franceses son de origen extranjero, criticando la islamofobia y los prejuicios raciales.
Y vosotros mordéis cruelmente la mano que os da de comer, la mano tendida a la paz y la amistad, atentando directamente a los fundamentos de la sociedad que quiere respetaros, a la libertad de expresión. Porque atentar contra el semanario francés 'Charlie Hebdo', es atentar contra la libertad y el respeto que Francia y las sociedades libres os brindan.
Vosotros y vuestros semejantes de todas las Yihads, guerras santas y cruzadas, de todas las intolerancias religiosas nacionales y raciales, todos los mártires y asesinos en nombre de supuestos valores superiores, no sois los santos representantes de ningún dios. Sois los proxenetas de las religiones, los pederastas de las ideas, los asesinos de los valores.
Decís luchar por Dios, por Yavhe o por Alá, pero simplemente tomáis su nombre en vano para imponer desde el poder o desde la muerte vuestro propio pensamiento mezquino. Pensamiento corto y pacato de quien es incapaz de reflexionar y lo fía todo a consignas simples que sirven para justificar vidas tan vacías como inútiles.
¿Dónde queda el amor, la compasión y la misericordia predicadas por los fundadores de las religiones bajo las que os escudáis? Si algún dios existe vosotros sois, y no los ateos o infieles, sus mayores enemigos. Y si algún dios apoya vuestra actuación, maldigo a ese dios. Y con el mismo valor y temor con el que los humoristas de 'Charlie Hebdo' trabajaban en la crítica libre de políticas, religiones y sociedades, manifiesto mi repulsa a vuestra actuación y a cualquier ente que los justifique y pongo delante de vuestra cobardía mi nuca indefensa.
En 'Charlie Hebdo' nadie ridiculizó ni caricaturizó a Alá o su profeta. Sois vosotros quienes lo hacéis.
Rafa Castillo.