martes, 12 de junio de 2012

Confianza?

Era el candidato de la confianza. Cuando gobernaba Zapatero no era creíble, no generaba confianza en los mercados. Los mercados querían al Rajoy previsible. Tan previsible que pese a hacer una oposición desde el más demagógico populismo, los mercados, y algunos ciudadanos como yo, sabían perfectamente cual iba a ser su política. La de las contrarreformas de todo progreso social.
Y ganó las elecciones prometiendo decir siempre la verdad, mientras mentía con descaro a los votantes que lo apoyaron, estableciendo líneas rojas a unos recortes que sabía, y quería superar. La sanidad, la educación y las pensiones son intocables. Y como ZP subió el IVA, nosotros jamás.
Y como coló la mentira y obtuvo una holgada mayoría absoluta, siguió mintiendo. Comenzó el gobierno de los eufemismos donde nada es lo que parece y nada tiene el nombre que todos entendemos. Y nos cuenta películas como aquella de los hilillos de plastilina, donde un rescate es un préstamo, y lo impuesto es lo solicitado.
Y la sociedad permanece atónita especulando con lo que nos viene encima pues ya sabe que si lo niegan, ocurrirá inevitablemente. Y no cae en la cuenta de que no nos viene nada encima. Ya lo tenemos. Ya tenemos encima a Mariano Rajoy, que hoy es el mayor problema que tiene el país.
En él se cumple literalmente la expresión “cuando habla sube el pan”. Y basta ver la prima de riesgo. Porque ahora ya no le cree el pueblo, no le creen los líderes extranjeros y no le creen los mercados. Y ya es malo si no habla, en un claro desprecio a la democracia, pero peor si habla, en un claro desprecio a la verdad.
Por eso es ya hora de que este individuo se vaya. Si cinco meses se nos han hecho tan largos, imaginemos como nos sentiremos de agotados después de cuatro años. Que venga cualquiera, aunque improvise, aunque se equivoque, pero que nos dé un rayo de esperanza.
Si no hay elecciones ya, acabaremos rodeados de hombres de negro, y los mercados nos impondrán un presidente “tecnócrata”. Aunque sea el mismísimo Rato.

Rafa Castillo.

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