jueves, 28 de julio de 2011

El Jarrón Chino

Suele decir Felipe González que un expresidente es como un jarrón chino. El dueño no se deshace de él... pero desea que alguien lo rompa. Eso sí. Él no lo hace, porque en el fondo le gusta algo. O es regalo de alguien y por eso lo mantiene.
Desde hace unos días tenemos en Valencia un nuevo jarrón chino. Pero este no es como Aznar o Felipe. Este compromete más a sus dueños. Y seguramente también a sus jefes.
Porque Camps no solo es un jarrón molesto. Es también incómodo. Y hasta peligroso. Y viéndolo así, la teoría de Felipe hay que variarla. No es que los suyos vivan deseando que alguien lo rompa. Es que puede que ellos lo rompan directamente.
Veamos. Respetando, como es natural, la presunción de inocencia, es un hecho cierto que dos de los implicados habían aceptado ya su culpabilidad. Y el propio Camps estaba dispuesto a hacerlo, decisión que respaldaba Rajoy y la dirección nacional del PP. En efecto, Mariano estaba incluso dispuesto a respaldar la permanencia del Camps en la presidencia de la Generalitat después de que reconociese su culpa ya que con ese reconocimiento no sería inhabilitado. Es decir, apoyaría la presencia en el gobierno valenciano de un delincuente confeso.
Claro que eso nos lleva a dos conclusiones y a varias preguntas. La primera conclusión es que Rajoy, en el caso de los trajes, es culpable (responsable), sin presunción, político del caso. Por respaldar al presunto culpable penal más allá de toda evidencia e incluso reconocido culpable. La segunda es que Camps tiene difícil defensa tras todas sus contradicciones en sus declaraciones en prensa y judiciales.
Las preguntas son: ¿por donde tiene Camps agarrado a Rajoy como para que este le apoye hasta semejante límite? ¿Estará oculta tras el caso la financiación del PP? ¿Qué puede contar Camps en el juicio? ¿Qué prometió el PP a Camps? ¿Estorbará tanto el jarrón? Y, ¿cómo romper el jarrón?
Lo que tiene que tener Camps es pánico ante el hecho de que fuese Trillo el mediador. ¡Qué peligro! Fiarse de las promesas de quien no solo confunde Honduras con El Salvador, sino que es un patoso manejando cadáveres.
Y hablando de cadáveres me viene a la cabeza Roberto Calvi, y otros varios fallecidos. Si recordamos este individuo apareció colgado de un puente en Londres tras los escándalos del Banco Ambrosiano, la Banca Vaticana (Instituto para Obras de la Religión) y la logia masónica P-2.
Por eso no haría mal el nuevo Ministro del Interior en redoblar la escolta de Camps al menos hasta las elecciones. Las derechas españolas y mundial se juegan mucho, y ya sabemos como se la juegan las mafias del PODER.
Y puede ser que alguien haya decidido romper el jarrón. Y si en vez de “parecer un accidente” lo hacen parecer un atentado de ETA, dos objetivos logrados.
Rafa Castillo.

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