viernes, 8 de marzo de 2013

¿Adonde vamos?

Si queremos salir del pozo en el que está nuestro partido, tenemos que empezar por definir las líneas rojas que demarcan nuestros límites, y después respetarlas escrupulosamente. Si no lo hacemos así es que no hemos entendido a la sociedad y esta nos dará de nuevo la espalda.
Hace 12 años todos nos escandalizamos, y con razón, por el caso Nevenka de Ponferrada. Esta concejal, del grupo popular, acusó de acoso a su compañero de partido y candidatura el alcalde Ismael Álvarez. Y nos rasgamos las vestiduras, otra vez con razón, cuando tras la condena y cese del alcalde, Ana Botella alabó la “actitud impecable” del acosador sin ningún gesto de solidaridad para la víctima.
¿Y ahora? Parece que de algunos de nuestros dirigentes se puede predicar lo que el dicho popular atribuye a los curas: haced lo que digo, pero no hagáis lo que hago. Por eso en Ponferrada, al parecer con el consentimiento de alguna superioridad, nuestros concejales han hecho una moción de censura apoyados en el acosador y tránsfuga.
¿Es qué vale todo para conseguir una alcaldía? ¿Es que por el poder cerramos ojos y tapamos narices ante cualquier inmundicia? ¿Cómo queremos que nos acepte la sociedad si fallamos en lo más evidente? ¿Es que si Ismael Álvarez hubiese sido de los nuestros, ya en 2001 hubiésemos mirado para otro lado y defendido al acosador?
Y conste que me refiero al en pasado. Fue acosador. No sé si lo sigue siendo o se arrepintió. Pero en política lo más importante es la ética. Pero la estética es imprescindible. Y no puedo sentir más que vergüenza cuando alguien me plantea esta situación.
Por eso, como militante socialista, quiero expresar sin paliativos la más enérgica condena sobre esta moción, quienes la hicieron, quienes la apoyaron y quienes la consintieron. Compañeros y compañeras. Si este es el camino por el que vamos a permitir que siga circulando nuestro partido, avisarme que me apeo.

 Rafa Castillo.

jueves, 7 de marzo de 2013

Responsabilidades.

Dice Feijoo, sobre la muerte de una mujer en la espera de urgencias en Vigo, que habrá que investigar si hubo un error en el diagnóstico previo. Una vez más desde el PP, en Galicia, en España o allí donde gobiernen, se trata de engañar a la ciudadanía desenfocando el problema.
Pues claro que pudo haber un error en el diagnostico previo. Lo habrá hecho un profesional, no un enviado de dios a la tierra. Y pudo y podrá equivocarse. Naturalmente habrá que pedir a los profesionales que aumenten su atención, que sigan los protocolos exhaustivamente. Pero habrá menos errores, nunca ninguno.
Y digo que desvían la atención, porque así eluden sus responsabilidades. Que son las más graves, porque son las que sí se podrían evitar. Pero eso no interesa porque va contra su política, contra su concepción de la sociedad.
Al parecer la paciente tuvo que esperar nueve minutos a que se le hiciese ese diagnóstico previo. Y en tres horas no llegó a ser atendida. Y eso que se había acabado el colapso de días anteriores. Es inaudito que se llame de urgencias a un servicio en el que para atender al paciente, por poco grave que sea su dolencia, la espera sea superior a tres horas. Algo falla.
Y fallan los medios. Esta es la consecuencia directa de la política de recortes a la que nos obliga la troica y que tanto le gusta al PP. Los recortes de plantilla, la no suplencia de bajas, llevan inevitablemente a retrasos y perdida de calidad de los servicios básicos. Y esta es la autentica responsabilidad, la responsabilidad del señor Feijoo. En el próximo debate sobre el estado de la comunidad, Feijoo nos hablará de eficiencia económica. Pero no recordará esta fallecida.
Paren ya de mentir.

Rafa Castillo.