1. Si alguna ventaja tiene la monarquía es precisamente que la Corona queda fuera de los avatares políticos y permite que se visualice la representación del Estado como elemento diferenciado de la del gobierno de turno.
Que los miembros de la Casa Real tengan que cumplir las directrices del gobierno, no cabe duda. Lo grave es que las directrices sean estas, y la forma en que se transmiten, dejándolas aparecer ante la opinión pública como una prohibición. Ya en su día, el ínclito Aznar dijo, en referencia al Rey, que visitará Cuba cuando toque. Desde luego, esta gente bien y de buenos colegios, tiene tan poca elegancia...
En cuanto al fondo, más de lo mismo. O peor. ¿Por qué la reina de España no puede ir a un acto de su pariente la de Inglaterra? No toca porque un príncipe británico visita Gibraltar. ¿Y? La situación de hecho es que en este momento Gibraltar, guste o no, es británico. Y los ingleses, familia real incluida, pueden viajar a Gibraltar. ¿Qué dirían nuestros ultrapatriotas si Marruecos eleva una queja si el Rey visita Ceuta o Melilla?
Pero es que además, España y el Reino Unido son socios pertenecientes a la UE dentro de cuyas fronteras podemos movernos libremente todos los ciudadanos de los estados miembros sin que exista, que yo sepa, excepción para Su Graciosa Majestad y su familia.
2. Tampoco permite el PP que comparezcan en el Congreso el gobernador del banco de España y Rodrigo Rato para explicar que ocurrió con Bankia. No es que MAFO sea santo de mi devoción con su empeño de defender las propuestas de la CEOE. Y Rato menos. Pero impedirles explicarse después de ponerlos a los pies de los caballos no me parece justo.
Pero es aún peor. Pretenden crear confianza en los mercados, y ocultan un análisis parlamentario de la situación. La oscuridad nunca fue buena para transmitir confianza y seguridad. Si a ello sumamos el autismo de un presidente ausente, así nos lo premiarán los mercados y la prima. Y ello en un momento en el que se acaba de descubrir que Zapatero ocultó 4.000 millones de euros en Valencia, Castilla y León y Madrid.
Conclusión. Aunque se rapen al 0, nunca podrán ocultar el pelo de autoritarios.
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