sábado, 26 de enero de 2019

Aunque...


Como teníamos que hacer cuando la banda actuaba los que discrepábamos de la derecha en el tema de ETA, ahora con Venezuela tenemos que empezar justificándonos con la jaculatoria “yo no apoyo a Maduro”. Y hecha esta disculpa, supongo que se me permitirá expresar mi opinión sobre los acontecimientos de Venezuela.
En Venezuela hay un gobierno, internacionalmente reconocido hasta ahora, y elegido democráticamente por los electores de su país. Por supuesto, sé que Maduro no es un demócrata como no lo fue su antecesor, el golpista Chávez. Como también fueron elegidos democráticamente los 12 diputados de VOX en Andalucía, y para mí, por su pensamiento, no lo son.
La realidad del mundo es que la mayoría de los países no son democracias homologables a las de los países de la antigua UE (no todos los actuales socios lo son a ese nivel) y el resto de lo que en su día se llamaba Occidente: Canadá, Noruega, Finlandia, Islandia, USA, Canadá, Australia, Japón y pocos más. Luego hay democracias incipientes, o al menos diferentes a las nuestras, reinos tiránicos y auténticas dictaduras.
Pero nuestro mundo occidental, que no duda en comprar petróleo o vender armas a auténticos sátrapas como los gobernantes de muchos países árabes, se pone exquisito cuando se trata de gobiernos tiránicos como el actual régimen chavista.
Y hagamos una declaración de principios. Un demócrata no puede apoyar NUNCA un golpe de Estado. Y lo que ha ocurrido en Venezuela es un golpe de Estado. Analicémoslo.
Es cierto que la Asamblea Nacional de Venezuela fue elegida democráticamente por el pueblo venezolano. Pero también lo fue Maduro, mal que nos pese. Por el mismo pueblo, por similar procedimiento, con la misma Ley Electoral y, por tanto, con las mismas garantías.
Es lo que tienen los regímenes presidencialistas. Del mismo cuerpo electoral puede salir un ejecutivo y un legislativo diferentes. A veces, opuestos. Ejemplos de esto los vimos varias veces en los Estados Unidos o en Francia. Eso no ocurre en las llamadas democracias parlamentarias, como la nuestra, en las que el ejecutivo no se elige directamente por los ciudadanos sino por los miembros del legislativo.
Y cuando se eligen por separado el ejecutivo y el legislativo, a quien corresponde legítimamente gobernar, nos guste o no, es al ejecutivo. Y romper este orden de cosas, legalmente establecido en la correspondiente Constitución, es un golpe de Estado. Y como mirar a Venezuela puede cegarnos, veamos otros ejemplos, reales o posibles, para analizarlo por comparación.
El primer martes después del primer lunes de noviembre de 2016 fue elegido presidente de USA Donald Trump. Una primera puntualización. El sistema electoral del país lo hace presidente aunque no obtuvo la mayoría de votos siendo superado por la candidata del partido Demócrata, Hillary Cinton. Y otra. Hay claros indicios de que esas elecciones sufrieron insanas influencias de otras potencias extranjeras.
Y el primer martes después del primer lunes de noviembre de 2018, en unas elecciones parciales, tan legítimas como la anterior, fue elegido el Congreso de USA con mayoría Demócrata y en este caso si con mayoría de votos. La misma lógica de la oposición venezolana, aplicada a EEUU, permitiría a la líder del partido Demócrata declarar que la victoria de Trump no fue legítima y proclamarse Presidenta Interina de los Estados Unidos. Pero nadie lo admitiríamos porque sería la quiebra del sistema constitucional norteamericano. Ser democráticamente elegido no es una patente de corso.
Pongamos otro caso. Más real y próximo. En 2017, Carles Puigdemont era el presidente legal y legítimo de la Generalitat de Catalunya. Saltándose la Constitución y las leyes, y excediéndose en sus atribuciones, proclamó la independencia catalana. Y esto fue considerado un golpe de Estado. Igual que en Venezuela.
Pero los neofachitas Casado y Rivera y su aliado Abascal, ven la paja en Catalunya, pero no la viga venezolana. Y piden que el gobierno de España rompa el orden internacional reconociendo unilateralmente al auto proclamado nuevo presidente. Como hace Trump y Bolsonaro, dos auténticos ejemplos a seguir.
Y es en el orden internacional donde hay que solucionar el problema. La democracia no se impone por la fuerza. Se logra cuando se amplía la base social que la apoya. Y en eso los demócratas de fuera, tenemos un importante papel. No quebrar nuestras convicciones cuando la situación nos interesa. Se podría usar el método del palo y la zanahoria (bloqueo vs cooperación) como forma de presión? Sí, por supuesto. Pero siempre que se haga lo mismo, más o menos, con todos los países en situaciones similares. Bloquear a Venezuela y comerciar con Arabia Saudí genera en los venezolanos el sentimiento de agravio y con ello el efecto contrario al deseado.
En resumen. No se puede apoyar NUNCA un golpe de estado, ni contra una dictadura.
Aunque… todo tiene un precedente.
Recordáis la revolución de los claveles?
Rafa Castillo.

viernes, 11 de enero de 2019

Bloqueo del presupuesto.

La presentación de enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado por parte de ERC o el PdeCat puede suponer el bloqueo de los presupuestos e impedir que se debatan. Y realmente, no lo entiendo.
La votación tras el debate de las enmiendas a la totalidad no es conjunta, sino que se hace enmienda a enmienda. Es decir, no hay un si o no al presupuesto. Se vota la enmienda del PP, la de C’s, la de ERC… y cada una recibe los votos, a favor, en contra o abstención que los diputados estimen. Si esta votación fuese acorde con los criterios de política económica de cada grupo, el presupuesto progresaría hasta su debate, sin perjuicio de que al final del trámite parlamentario fuese derrotado al someterse, ahora sí, a una votación sobre su conjunto en la que es legítimo que todos lo rechacen aunque sea por motivos diversos.
No me imagino a ERC apoyando las enmiendas a la totalidad del PP o C’s. Podrá oponerse al presupuesto, pero seguro que no por los mismos motivos. Y, ¿al revés? Hay ya un precedente. En el año 2004 el BNG presentó una enmienda a la totalidad en el Senado a los presupuestos para 2005. Y está enmienda prosperó porque, además de los grupos nacionalistas que seguramente compartían criterios con los gallego, el PP aprobó la enmienda. ¿Sería que el PP compartía los criterios de BNG para su rechazo? Lo dudo. Más bien me inclino a pensar que el consabido “sentido de Estado” de los populares les hiciese pensar que como los nacionalistas no apoyarían la suya les convenía apoyar esta con el patriótico fin de impedir el debate y mejora del proyecto en el Senado.
Estaría bien que los nacionalistas indicasen en su enmienda que no aprueban los presupuestos por no incluir, por ejemplo una partida para la creación de una embajada del Reino de España en la República de Catalunya. Y hasta es posible que aun así los populares la apoyasen… peores cosas se tienen visto.
Y es por ello, por la torticera actitud contrastada del Partido Popular, por lo que es importante que los nacionalistas no presenten enmiendas a la totalidad. Así podrá tramitarse el proyecto, y rematado este y con la incorporación de las enmiendas que la mayoría estime, el resultado se presente a la aprobación definitiva. Y ahí si será legítimo que toda la oposición los rechace aunque sea por motivos opuestos.
Rafa Castillo.

lunes, 7 de enero de 2019

Ya vienen los Reyes Magos!!!!

Mi hija de 6 años: "Mamá, el traje de Gaspar no es de verdad." No te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena. Jamás.
Con este tuit bramaba la exdiputada popular y miembro del FAES, Cayetana Álvarez de Toledo por el cambio introducido por el ayuntamiento de Madrid en la que es SU tradición de la representación de la cabalgata de los Reyes Magos.
Y claro, habrá que analizar cuál es la tradición y si esta permaneció inalterable desde su origen o fue también sujeto de cambios a lo largo de la historia. Empecemos por el principio.
Solo el evangelio de Mateo los cita. Y la expresión que utiliza en el capítulo 2 es, varía ligeramente según las traducciones, la siguiente: “Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: ‘¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle’. Al enterarse, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había de nacer el Cristo.”
Fijémonos en primer lugar que dice Magos, no Reyes Magos, no dice cuantos eran, no les pone nombre ni determina sus razas o color de piel. Es pues obvio que a lo largo de los siglos hubo una o varias modificaciones en la tradición sin que hubiese un miembro de FAES o del PP de turno que lo afease.
Es difícil creer que fuesen reyes. Parece poco creíble que unos reyes viajasen a otro país sin escolta armada lo que podría ser interpretado por otros monarcas como una invasión o agresión a su país. Y es increíble que el rey Herodes que controlaba férreamente el país no se enterase en cuanto traspasaron la frontera, y no después de que ya entraran en la capital, Jerusalém, y empezasen a hacer preguntas.
¿Por qué entonces alguien rompió la tradición y los convirtió en reyes? Porque hay que hacer casar la historia con la profecía aunque esto deforme la realidad. Y la profecía se recoge en el salmo 72.10: “Que los reyes de Tarsis y las islas le paguen tributo”. Por eso se les hizo reyes. Que Tarsis estuviese en Andalucía y que todas las islas conocidas estuviesen en el occidente de Israel fueron detalles que se omitieron.
¿Por qué son tres? Una creación literaria sin duda. Puede ser para reflejar la Trinidad de Dios, las tres razas que surgen de Noé después del diluvio, Sem, Cam y Jafet, los tres continentes conocidos, Europa, Asia y África, para representar las tres edades del hombre (juventud, madurez y vejez) o bien simplemente porque los regalos que describe Mateo son tres: oro incienso y mirra.
En cuanto a los nombres de los tres reyes magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, aparecen por primera vez en el famoso mosaico de San Apollinaire Nuovo (Rávena) que data del siglo VI, en el que se distingue a los tres magos ataviados al modo persa con sus nombres encima y representando distintas edades. Otra creación en la tradición.
Y observemos otra cosa. Los tres aparecen ataviados al “modo persa”. Lo cual es lógico. Porque Persia, actualmente Irán, si está en el oriente de Israel. Y Persia si tenía una avanzada cultura sobre astronomía (y astrología) por lo que resulta fácil que de allí viniesen unos magos (sabios) que pudiesen haber interpretado algún acontecimiento astronómico.
El problema es que en Persia no había negros. Por eso en todas las muy numerosas representaciones pictóricas o esculturales de los Magos hasta el siglo XV, ninguno es negro. Se varía nuevamente la tradición, seguramente con el encomiable intento de integración de todas las razas. Aunque siempre el subconsciente nos traiciona. Y por ello se asigna al último, Baltasar, el color negro. Lo cual no deja de ser curioso.
De los tres nombres, solo uno aparece en la biblia referido a otro personaje. En el capítulo 5 del libro de Daniel se describe la “cena del rey Baltasar”, rey de Babilonia, en el actual Irak, hijo de Nabucodonosor segundo. Es por tanto un nombre mesopotámico, no africano.
Lo entiendes ahora, Cayetana?
Rafa Castillo.

jueves, 3 de enero de 2019

Demagogia intencionada.

Estos días se critica mucho el hecho de que el Presidente del Gobierno se vaya, con su familia, de vacaciones a unas instalaciones públicas y en el ya famoso Falcon del ejército. También se criticó tiempo atrás que, aprovechando una reunión con el President de la Generalitat Valenciana fuese a un festival musical. O que frecuentemente se desplace en helicóptero.
Empecemos por el final. En 2005 la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, sufrió un accidente de helicóptero en Móstoles despegando de la plaza de toros de dicha ciudad. El helicóptero era de apoyo de las Brigadas Especiales de Seguridad ciudadana. Hasta ahí nada especial pese a que en toda la hemeroteca que he consultado, no había ocurrido nada que pusiese en peligro la seguridad ciudadana.
Lo curioso del caso es que en el aparato viajaban, entre otros, Mariano Rajoy, que no ocupaba ningún cargo en la comunidad madrileña, un tal Fernando Maté del que no encuentro referencias y un cámara de Antena 3, supongo que elegido en riguroso concurso entre los representantes de todos los medios. Lo extraño es que, aparte de preocuparse por su salud, nadie se preguntase qué coño hacía Rajoy en un helicóptero de la comunidad de Madrid, en un viaje sin duda de interés electoral.
Tampoco fueron muchas las críticas al viaje que describo a continuación. El 10 de junio de 2012, horas después de que Luis de Guindos anunciara que España pediría el rescate de la banca, el presidente del Gobierno se embarcaba en un Falcon 900 con destino a Gdansk (Polonia) para asistir al primer encuentro de fútbol de la selección española en la Eurocopa. A este polémico viaje acompañaron a Mariano Rajoy cinco colaboradores, según Interviú, y entre todos dieron parte de una cena de solomillo, rodaballo, siete botellas de vino y diez cervezas. Es de suponer que esa cantidad de alcohol hizo a Rajoy y colaboradores soportar mejor la gravedad de la crisis.
Pero volvamos a la polémica actual. La primera cuestión es si un Presidente tiene derecho a ocio y vacaciones. Porque incluso se cuestiona el número de días, dato no contrastado. Porque si cuestionamos los días de vacaciones habría que establecer también, lógicamente, cual es la jornada laboral del Presidente jornada que no debería superar, claro, pues el límite de la jornada es también un derecho irrenunciable del trabajador.
Y establecido que un presidente puede tener vacaciones, veamos cuales son las condiciones menos gravosas. Por ejemplo. Podría ir, pagando con su dinero, a un hotel de 4 o 5 estrellas. Seguro que el sueldo le llega para ese gasto. Pero, ¿qué pasa con la seguridad?
Cualquiera de nosotros puede ser víctima accidental de un atentado terrorista. Pero a nadie se le oculta que un Presidente de Gobierno desprotegido en un lugar público es un objetivo goloso para cualquier terrorista.
Habrá pues que garantizar su seguridad, y para eso no creo que le llegue el sueldo. Tendrá pues que hacerlo el Estado. Un vuelo comercial. Bueno. Claro que posiblemente el avión en el que vaya a ir tendrá que ser apartado por un tiempo para una revisión exhaustiva, establecer sistemas anti drones y misiles, y ocupar todas las plazas con escoltas y colaboradores. Porque esta es otra. Aunque esté de vacaciones seguro que lleva colaboradores con él ya que no dejará de estar pendiente de los asuntos de Estado. Es decir, en vez de usar un avión ya disponible para las autoridades, alquilamos otro. Buen negocio.
Por cierto. Si durante las vacaciones ocurre algo que exija su inmediato regreso, ¿desalojamos un vuelo comercial para que regrese o va, al final, el Falcon a buscarlo?
Y una vez en el hotel, ¿qué hacemos? Seguramente habrá que desalojar, y pagar e indemnizar, una planta completa. Por seguridad y para los colaboradores. Y naturalmente la habitación superior y la inferior y las laterales de estas, también por seguridad. Y someter al resto de los clientes a grandes incomodidades como controles de seguridad. Y someter al personal del hotel a una vigilancia previa para detectar que pudiese haber alguno con inclinaciones yihaidistas, por ejemplo.
De esta demagogia se alimenta VOX.
Rafa Castillo.

martes, 1 de enero de 2019

Cuando el dedo señala la Luna… y no se ve la Luna…

No se ve la Luna porque hacen trampa. Nos ponen el dedo tan cerca de los ojos que en realidad tapa todo nuestro espacio visual y eclipsa para nosotros el satélite.
Tras la crisis mundial causada, no lo olvidemos, por el capitalismo liberal (desregulación de los mercados, bajada desigual e injusta de los impuestos, adelgazamiento del Estado) las clases económicas medias y bajas perdieron poder adquisitivo y vieron aumentar su precariedad.
Pero además de la crisis, ese adelgazamiento de los Estados implicó un drástico recorte en los servicios públicos a la ciudadanía. Copagos sanitarios, listas de espera, reducción de plantillas sanitarias, masificación de las aulas; falta de substitución de bajas de profesores, caída del número y cuantía de las becas; recorte de las pensiones; interminables listas de espera en la dependencia, supresión de los pagos a los cuidadores familiares…
Y entonces ponen el dedo.
Si hubo crisis fue porque las políticas de izquierda hunden la economía. Lo importante no es repartir. Es crecer mucho para que haya más para repartir (aunque al final nada se reparta). Hay que facilitar las cosas a las empresas y apoyarlas para que con ello mejoren sus trabajadores y aumenten los empleos (cuando en realidad lo único que aumenta es el beneficio del capital que hay detrás de las empresas y los empleos que se crean son precarios y mal retribuidos).
¿Y por qué hay peores servicios? Naturalmente no es por los recortes que se hacen para que sean más eficientes. Es porque millones de inmigrantes nos invaden y disfrutan gratuitamente de nuestro bienestar. Nos quitan los empleos y copan nuestros servicios públicos; reciben ayudas que no se dan a los españoles (?????)…
¿Y cuál es la Luna que pretenden ocultar?
Analicemos las propuestas económicas de VOX, en parte ya desarrolladas por los gobiernos del PP, y que, con matices, se encuentran también en el ideario de C’s.
Reducción drástica de los impuestos sobre la renta (IRPF). Pretenden establecer solo dos tipos. El 20% hasta 65.000€ y el 30% para el resto. Es decir. Los que ingresen entre 15.000 y 65.000€ pagarán todos el mismo porcentaje. Lo que, para los que ganen menos supondrá ¡un aumento de impuestos! Y para los que más, una rebaja. Me pongo de ejemplo. Yo tendré una rebaja del tipo impositivo del 8%; pagaré a Hacienda casi un 30% menos de lo que pago.
Y el resto, las grandes rentas, que hoy pagan, las más altas, el 45%, pasarán a pagar el 30%, es decir, un tercio menos. Y eso después de las rebajas que ya han tenido a lo largo de los años. Por si alguien no lo recuerda, en la tan denostada Transición, con un gobierno tan poco rojo como la UCD, los llamados Pactos de la Moncloa establecieron el tipo máximo en el 65%.
Y otra cosa que se esconde. Esta reducción de ingresos del Estado implica dos consecuencias inevitables. Reducción del número y calidad de las prestaciones y servicios públicos (no importa, sin inmigrantes seremos menos a repartir las migajas) y aumento de las tasas (copago) por los servicios que se presten. Y por supuesto, mejora competitiva para los servicios privados como la educación y la sanidad, a la que accederán más fácilmente quienes ahorran impuestos quedando los públicos degradados para los pobres (beneficencia). Y siempre que puedan, claro, atender al copago.
Por eso, cuando el dedo señale la Luna, aparta el dedo para poder verla.
Rafa Castillo.