viernes, 24 de diciembre de 2010

Responsabilidad? ¡Por supuesto!

“Sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor” fue la famosa expresión utilizada por Giuseppe Garibaldi, luego por Theodore Roosevelt y finalmente por Winston Churchill en momentos difíciles de la historia de sus países y es plenamente aplicable en el momento actual a España y toda Europa en general.
Después de las difíciles decisiones que tuvo que tomar el mes de mayo, el Presidente Felipe González envió al Presidente Zapatero un sms al móvil en el que decía: Gobernar es esto: Tomar decisiones difíciles y duras”.
Días después, en el Parlamento, el Presidente Zapatero decía: “Tomaré las decisiones que España necesita aunque sean difíciles. Voy a seguir ese camino cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste”.
Está claro que el Gobierno de España está tomando las decisiones más difíciles de explicar de nuestra historia reciente. Las reformas profundas que hasta ahora nadie se atrevió a hacer, pero que en la actual crisis resultan imprescindibles. Y en ese empeño de modernizar nuestra economía pondrá si es necesario todo su capital político dispuesto a su inmolación si el país lo necesita.
Mientras, quienes pedían a voces las reformas que nunca hicieron cuando gobernaban siguen agazapados en la demagogia que tan bien dominan, y critican hipócritamente las medidas adoptadas esperando gobernar después, con el trabajo sucio ya hecho, la bonanza económica que surgirá de su aplicación.
Pero que no se olviden. Zapatero sobrevivirá políticamente o morirá en el intento. Pero el PSOE seguirá siempre como referencia de las políticas serias y de avance. Y al final el tiempo hará que todos reconozcan lo que muchos ya sabemos. Que José Luis Rodríguez Zapatero es un buen Presidente. Sólo desde el sacrificio se conquista la gloria.
Rafa Castillo.

sábado, 18 de diciembre de 2010

¿Responsabilidad? ¡No, gracias!

Desde el comienzo de la crisis, cuando el gobierno de España tomaba medidas anticícliclas para atajarla y evitar que repercutiese sobre los más desfavorecidos, rebaja fiscal de 400€, 462€ para los que terminaban la prestación por desempleo, PlanE, etc., el PP criticaba esas medidas y clamaba por las “grandes reformas estructurales que el país necesita” poniéndose en la línea de ciega obediencia a los mercados.
Desgraciadamente España se quedó prácticamente sola en este tipo de medidas en esta Europa, tan necesaria pero tan mal gobernada, y aunque los Estados Unidos de Obama mantienen una política similar, el gobierno español se vio abocado a dar marcha atrás, retirar todo tipo de ayuda a los más necesitados, y adoptar una serie de reformas que suponen un paso atrás, esperemos que base de futuros avances, en el estado de bienestar.
Y, ¿cómo reacciona a esto el PP?. Si estuviésemos en Portugal, con una oposición responsable, facilitaría la gobernabilidad absteniéndose en los presupuestos para evitar que se aprueban con cesiones, y negociando y apoyando las reformas. Pero no, una vez mas en esto spain is different. Y el partido popular el paradigma de ese eslogan.
Y he aquí que el partido popular se ha convertido en el partido proletario y defiende el mantenimiento por ejemplo de los 426€ que en Galicia van a defender en los ayuntamientos. Y ¿qué hace en las reformas estructurales? Pues muy fácil. Las critica y se abstiene para no comprometerse y no pronunciarse sobre si les parecen escasas, como en el fondo opina su núcleo ideológico, o les parecen excesivas como les aconsejan decir sus asesores electorales.
Así ahora el PP es contrario a la prórroga a los 67 años de la vida laboral, prórroga que se produce seguramente en un momento inadecuado pero que es lógica y debería plantearse, con o sin crisis, por la evolución de la expectativa de vida. Pero curiosamente en el Pacto de Toledo el PP no se alía con la oposición de izquierda para bloquear los 65 años. Se produce un pacto entre el PP y el PSOE para dejar el tema en una indefinición calculada. ¿Es esto un apoyo responsable al gobierno? Nunca verán eso nuestros ojos. Es un apoyo calculado en un pacto en el que los populares actúan por puro cálculo electoral (hazlo tú y quémate que después nosotros lo encontraremos hecho) y los socialistas actúan por responsabilidad y necesidad asumiendo solos los costes electorales de la medida.
Porque, ¿qué es la responsabilidad? El diccionario de la Real Academia Española la define, en su 4ª acepción como un término de Derecho que supone “Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente”. Responsabilidad deriva de responsable y esta de responder, que es asumir las consecuencias de la acción realizada. Pero de esto en el PP nunca oyeron hablar.
Ocurre lo mismo en el tema de los controladores. Ante la necesidad de prórroga en el estado de alarma, el PP se abstiene dejando la decisión en las manos del PSOE y de la única derecha responsable del Parlamento, la derecha nacionalista. Algún día habrá que analizar cuanto debe España a esta a veces denostada derecha nacionalista en la gobernabilidad y en la limitación impuesta a Aznar en su primera legislatura.
¿Por qué se abstiene el PP? Nuevamente es una trampa saducea ya que pone al Gobierno en una encrucijada cuyas dos salidas posibles serán objeto de crítica por los González Pons de turno. Si no se hubiese prorrogado el estado de alarma y los controladores volviesen a las andadas, la crítica sería que el Gobierno hizo dejación de sus funciones y no sabe gobernar y solucionar la crisis. Si como pasó se prorroga, con la inestimable colaboración de los controladores que ahora juran y perjuran que van a ser buenos, la crítica será sobre un gobierno que usa alegremente el estado de sitio y que pretende militarizar la sociedad civil.
Y estos son la alternativa de gobierno.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Quo vadis Europa?

Si hace unos días el Tribunal de Estrasburgo atropellaba los derechos humanos al dar por válidos despidos laborales por causa de conciencia si el empleador era una confesión religiosa, ayer el Parlamento Europeo abrió un debate sobre los derechos laborales de los trabajadores inmigrantes, que menos mal que al final no fue aprobado.
Pero es grave ya el hecho de que en la Europa de los derechos, en la sociedad más avanzada, en la tierra de acogida, como era Francia por ejemplo, se plantee esa proposición.
España, como Italia, Irlanda y muchos otros países europeos, sobre todo del este, fue origen de emigración en décadas pasadas. Aún hoy muchos españoles complementan sus ingresos con pensiones recibidas de los países que en su día los acogieron. Y ahora a alguien se le ocurre aquí requisar las pensiones a las que los trabajadores inmigrantes tienen derecho por haber cotizado para ellas.
Pero no solo fuimos emigrantes. Fuimos además invasores, colonizadores, explotadores y esquilmadores de la riqueza del resto del planeta. Les arrebatamos sus riquezas, alteramos su equilibrio natural y secuestramos a sus jóvenes más fuertes en países como los del África negra para llevarlos como esclavos a nuestro servicio. Y ahora, en lugar de compensar el daño que les hicimos, pretendemos establecer y perpetuar un nuevo tipo de esclavitud. Que trabajen para nosotros pagándoles menos y sin derechos.
Y ahora resulta que la propuesta del Partido Popular Europeo, felizmente rechazada, situaría, en relación con los derechos de los emigrantes, a la Europa aún democrática por detrás del Convenio de Naciones Unidas de 1990 sobre la protección de derechos de todos los trabajadores inmigrantes y sus familias ratificado entre otros por países como Albania, Bosnia-Herzegovina, Turquía Serbia y Montenegro.
Y hablo de la “Europa aún democrática” porque el futuro a que nos conduce la actual deriva europea es, en una primera fase, un mercado laboral en el que los inmigrantes serán mano de obra barata en ventajosa competencia con la comunitaria, las empresas europeas se deslocalizarán para traer de Marruecos o Turquía trabajadores sin derechos y se producirá una situación de auténtico dumping social, en la segunda aumentará el paro de los nacionales y se rebajarán más aun los derechos de los trabajadores autóctonos que tendrán que negociar sus convenios a la baja, y en la tercera aumentará la xenofobia y el racismo creándose el caldo de cultivo ideal para el triunfo de ideas fascistas y nazis.
Rafa Castillo.

sábado, 11 de diciembre de 2010

¿Tu quoque fili mi?

¡Esta noticia es alucinante!
“El adulterio puede ser considerado como falta grave en caso de despido de un trabajador si su empleador le exige, en función de su ética, una serie de compromisos morales. Así se deduce de una decisión formulada por la Corte de Derechos Humanos a raíz de un recurso presentado por violación de la intimidad y la vida privada de dos ciudadanos alemanes que fueron despedidos por infidelidad conyugal.
La sentencia del Tribunal de Estrasburgo, dictada el pasado 23 de septiembre, se refiere a los casos de dos ciudadanos alemanes que trabajaban para las iglesias Mormona y Católica, respectivamente, y que fueron despedidos por haber mantenido relaciones extraconyugales. Uno de ellos ocupaba el cargo de director de relaciones públicas para Europa de los mormones alemanes y el otro era organista de una Iglesia católica de Essen. El primero, había firmado un contrato en el que se especificaban diversos compromisos morales como no fumar o beber alcohol, mientras que el segundo había prometido observar y respetar los preceptos eclesiásticos.
De ahí que el Tribunal de Estrasburgo haya considerado que el adulterio pudo ser invocado como falta grave ya que, según la sentencia, "un empleador cuya ética esté basada en la religión o en una creencia filosófica puede exigir a sus empleados obligaciones de lealtad específicas". En este caso, la de fidelidad conyugal.”
¡Éramos pocos y la abuela, al parir, trajo trillizos! Si una esperanza teníamos era que los tribunales, cuanto más “altos” más sensatos serían y más velarían por la libertad y los derechos básicos del hombre.
Pero no. Según el T.E. en un contrato puede haber una cláusula de conciencia. Y en consecuencia un empleado de una religión o secta podrá ser despedido por ser adúltero, divorciado, o tal vez por usar condón. No digamos ya si cambia de forma de pensar o de religión.
Yo creí que cuando alguien contrata a un organista lo importante era que tocase bien el órgano. Pero no su forma de pensar o sus costumbres vitales. No entro en que a los sacerdotes o similares cuya relación contractual es especial, ya que de alguna manera constituyen el espíritu de la organización, se les exija una determinada conducta. Al fin suele ser un principio, por más que habitualmente incumplido, que la predicación comienza con el ejemplo.
Y no deja de ser paradójico, una vez más, que se tenga más rigor con un organista infiel que con un cura pederasta, pero de esto ya hablamos muchas veces. Al organista se le expulsa y al pederasta se le cambia de destino laboral para que pueda seguir con su misión “pastoral” en otro sitio.
Pero extrapolemos la sentencia. ¿Puede un partido político obligar, no ya a sus cargos, sino a sus empleados a votar en determinado sentido? ¿Puede una organización empresarial hacer firmar a sus trabajadores una cláusula que les impida sindicarse? ¿Puede hacerlo cualquier empresa? ¿Puede una fábrica de brandy imponer a sus trabajadores la obligación de beber su brandy?
En definitiva. Esta sentencia es un importante paso atrás en las conquistas sociales y atenta contra la libertad. Es uno más de los que estamos viviendo en estos últimos tiempos. Tendremos que estar atentos, o cuando nos demos cuenta será demasiado tarde.
Rafa Castillo.

jueves, 9 de diciembre de 2010

¿Y si salimos de la pecera?

Dicen que los peces tienen una memoria de segundos. Realmente no lo creo porque los de mi acuario reaccionan puntualmente al sonido de la maquinita que les suministra la comida.
Pero si parece que hay políticos y periodistas con memoria de pez. O mejor dicho, políticos y periodistas que quieren inducir a los demás a la memoria de pez.
Parece que, en su nivel de responsabilidades, Obama o Zapatero  originaron la actual crisis económica. Y no es así. La originaron las políticas neocom y neoliberales de Bush y compañía, y la política del solar continuo de Aznar y Cascos. Obama y Zapatero pueden gestionarla mejor o peor pero no la causaron.
Ahora ocurre lo mismo. El problema de los controladores no lo originó Zapatero. Viene del famoso convenio de 1999 firmado por el PP para evitar un colapso producido por una política de ahorro a ultranza que hizo no prever los necesarios relevos y acabó teniendo que recuperar a los prejubilados. Política de ahorro que también supuso reducciones de plantillas en Guardia Civil y Policía Nacional.
Y ese convenio draconiano en el que se reduce la jornada laboral para evitar el estrés, pero se permiten horas extras en número excesivo (¿para aumentarlo?) pagadas a triple precio es la causa de este conflicto. A nadie nos gusta que nos supriman nuestros privilegios. Aunque a quien le “reducen” el sueldo anual a 200.000€ debería de darles algo de vergüenza ante los parados que pierden su prestación complementaria, los nuevos parados por perder su empleo, los jubilados con pensión congelada o los empleados públicos a quienes se reduce el salario en el 5%.
Aunque bueno. Puede que no sepan que existen. Al fin, estos no viajan en avión.
Por cierto. Si el salario medio de cada controlador pasó de 350.000€ a 200.000€, la cantidad remanente por esos 2.400 estresados equivale a la prestación de 426€ mensuales de casi 141.000 parados durante seis meses. Es decir, casi 59 parados/controlador. Huelgan comentarios.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Carta de Fernando Capella (controlador).

Tengo formación académica como físico, en inteligencia artificial e ingeniería del conocimiento, y como economista. Y soy controlador aéreo en Aena desde hace once años, de lo cual no estoy precisamente orgulloso. He estado destinado en las torres de control de Tenerife Sur y en Madrid Barajas (donde fui instructor y supervisor) y ahora estoy en proceso de instrucción en el centro de control de ruta de Madrid Torrejón. Además he estado en comisiones de servicio en las torres de Almería, Ibiza y Málaga. Aclaro que este artículo lo escribo a título estrictamente personal. Mis sueldos de los últimos años han estado ligeramente por encima de la media dada a conocer por el ministro Blanco (aquellos más de 330.000 euros brutos anuales). Además mi nómina era de las relativamente bajas en la torre de control de Barajas, ya que estando más o menos en la media de antigüedad y carrera profesional yo solo hacía la ampliación laboral básica (el primer nivel de los tres que había de horas extra). Y Barajas es una torre de categoría inferior a los centros de control, que es donde hay más personal destinado. Estos abultados salarios se han conseguido mediante la elevación de la demanda de controladores y la restricción de su oferta, fenómenos que no han sido ajenos a la presión sindical y a su capacidad de hacer daño al dejar de prestar un servicio esencial difícilmente sustituible (la unión hace la fuerza, especialmente en un monopolio público como éste). Los propios controladores decidían de forma casi unilateral cuántos eran necesarios durante cada turno en cada dependencia (las configuraciones de referencia, con cantidades a mi juicio infladas y exageradas porque prácticamente siempre solía sobrar personal, a menudo se abrían sectores no estrictamente necesarios y las horas efectivamente trabajadas estaban lejos del límite reglamentario). Dada la limitación de horas a trabajar por convenio (1.200 anuales) se programaban grandes cantidades de horas extra. Algunos controladores se han presentado ante la opinión pública como responsables trabajadores que sacrificaban su tiempo libre, su familia y su salud (el famoso presunto estrés laboral) para hacer las horas extra y salvar la navegación aérea, al turismo y al país: la verdad es que se aprovechaba cualquier oportunidad para generar esos servicios adicionales y se hacía cola para hacerlos y cobrarlos suculentamente. Simultáneamente el sindicato reclamaba con gran cinismo ante la opinión pública más controladores, justo lo contrario de lo que realmente quería (cualquier economista puede explicar cómo a los gremios les interesa restringir la competencia para elevar sus ingresos y mejorar sus condiciones).Quizás por la bonanza económica o para evitar problemas políticos los ministros y los directivos anteriores de Aena cedieron ante la presión sindical, básicamente las amenazas de dejar de hacer esas infladas horas extra y quizás también retirar a los profesores de la escuela y parar en seco los procesos de formación. Otras medidas eran y son las típicas de las huelgas de celo: utilizar el reglamento y los procedimientos (estos últimos de nuevo decididos y aplicados según el criterio de los propios controladores) como excusas para ralentizar el tráfico (los controladores aéreos insisten mucho en la seguridad, la cual invocan constantemente y aprovechan para meter miedo al personal, pero de lo que no pueden presumir en general es de eficiencia).Durante mucho tiempo advertí a mis compañeros de que se estaban pasando y que estaban generando un sistema insostenible, pero obviamente no me hicieron ningún caso y continuaron los excesos y abusos. Y entonces llegó la crisis económica, la reducción del tráfico aéreo y el cambio de ministro de Fomento y de equipo directivo en Aena. Y más recientemente las nuevas leyes sobre provisión de los servicios de navegación aérea. Lejos de practicar una sana autocrítica, el nuevo equipo directivo de USCA (Unión Sindical de Controladores Aéreos) ha decidido huir hacia delante, se han autoproclamado víctimas esclavizadas y han promovido la convocatoria de una huelga. Estoy totalmente en desacuerdo, y además me siento profundamente avergonzado e indignado por lo que he visto y oído en los últimos meses en la torre y en la sala de control. Por eso me he dado de baja del sindicato USCA y estoy considerando mi futuro profesional. En próximos artículos espero ir dando más detalles, aclarando ideas y desmontando diversas falacias difundidas interesadamente por algunos controladores aéreos.

Francisco Capella

martes, 7 de diciembre de 2010

¿Que hacemos?

Eric Cantona, ex jugador del Manchester United había hecho un llamamiento para que la gente retirase hoy todos sus ahorros de los bancos que, por suerte, no tuvo éxito.
Sin duda la intención del futbolista francés era buena. Hacer temblar el sistema para que la banca no se crea el centro del poder mundial. Para que los culpables de la crisis sientan en sus carnes sus efectos.
Pero la propuesta era equivocada. Si provocamos una nueva crisis en los bancos, ¿quién la acabará pagando? Ya nos llegó la última experiencia.
Y sin embargo... habría que hacer algo que demostrase al gran Poder que su poder no es absoluto. Porque si no seguirán acabando con el Estado del Bienestar y a la postre con la Libertad. Pero, ¿qué se puede hacer? Se abre un concurso de ideas.
Rafa Castillo.

En dos palabras, i responsable

Hace unos días, cuando las últimas nevadas en Galicia, se produjo una situación que cuando tuve noticia de ella me dejó asombrado. La Consellería de Educación de la Xunta de Galicia dejó en manos de los centros escolares la decisión de suspender las clases o de adelantar la hora de salida.
La verdad es que no recuerdo un caso tan grave de dejación de responsabilidades desde el famoso Prestige. Si es la Consellería la que toma la decisión y la hace pública convenientemente a través de los medios de comunicación, es seguro que el 99% de los afectados se enteren directa o indirectamente.
Pero, ¿qué decisión toma el director de un centro? Puede suspender las clases dejando a los alumnos en la parada del autobús. Puede adelantar la salida a riesgo de que a los más pequeños no haya nadie esperándolos. Puede no hacer nada a riesgo de que el tiempo empeore sin que él se entere ya que no recibe partes meteorológicos. En cualquier caso asume una responsabilidad que le correspondería a la Consellería que se sitúa en la posición más cómoda eludiendo sus responsabilidades. Lo que todos llamamos irresponsable.

sábado, 4 de diciembre de 2010

El enfermo imaginario

El derecho a la huelga es un derecho inalienable de los trabajadores y no voy a ser yo, desde una postura de izquierda, quien lo cuestione ni aún en este caso.
Pero los controladores no hacen huelga como el común de los mortales. Realmente solo recuerdo que hayan hecho huelgas de celo, es decir, ir al trabajo para seguir cobrando, pero trabajar en los límites mínimos para paralizar el sector. Claro. Basta calcular lo que un controlador dejaría de ganar en cada día de huelga para “comprender” su actitud.
El derecho de huelga tiene un límite lógico que habrá que recoger algún día en un límite legal. Límite lógico que debe impedir que el ejercicio de este derecho por una minoría entre en conflicto con los derechos de la mayoría de los ciudadanos. Que debe impedir el desequilibrio entre unos colectivos de trabajadores y otros  para que el derecho sea de todos.
Si por ejemplo cientos de miles de albañiles hacen huelga una semana, la consecuencia es el retraso en una semana de las obras. Y ahí acaba su capacidad de presión. Y otros colectivos la tienen aún menor. Pero si menos de dos mil controladores se ponen en huelga, paralizan el país, hunden un sector económico tan importante como el turismo e impiden que España cumpla sus compromisos internacionales en el control del tráfico aéreo de su zona.
Pero el derecho de huelga también debería de tener un límite moral, ético y estético que habrían de auto imponerse los propios huelguistas. En la actual situación de crisis económica que afecta a todos los colectivos de trabajadores con pérdida de derechos, reducción y congelación de salarios de empleados públicos, prolongación de edad laboral, flexibilización del despido, etc. los trabajadores y sus sindicatos han respondido con responsabilidad haciendo una huelga de un solo día para manifestar su rechazo pero aceptando unos generosos servicios mínimos para no causar un gran daño al país.
Mientras, a estos cientos de ciudadanos, que tendrán un trabajo muy estresante pero muy bien remunerado, en la misma situación de crisis no les tiembla la mano en poner en jaque a todo el país en defensa de sus privilegios. Porque el control aéreo produce mucho estrés, sin duda. Pero supongo que hay más trabajos que lo producen, como por ejemplo el gobernar un país al que además se dedican más de 1.670 horas al año. Y sin embargo siempre nos quejamos de que nuestros políticos están muy bien pagados...
La causa parece estar en que el Consejo de Ministros fijó una interpretación sobre su jornada laboral. No sé, ni me importa, sí esa interpretación es correcta. Pero, si no lo fuera, el derecho del trabajador no es a abandonar su puesto de trabajo como hicieron en Santiago. El derecho colectivo es efectivamente la huelga pero legalmente convocada, con el correspondiente preaviso y luego de establecer los servicios mínimos. Y el derecho individual es el recurso de la resolución y si tienen razón la indemnización o compensación del tiempo trabajado en exceso.
Y si el abandono del puesto de trabajo es inadmisible, lo de las bajas simultáneas es algo que ya no tiene nombre y que merecen, una y otra, la máxima dureza en el castigo ya que es evidente la coordinación en la medida y su objetivo.
Y ya como comentario colateral, respetemos el derecho de Rajoy a seguir en huelga indefinida hasta las elecciones. Es mejor para el país que siga callado a que “colabore” hablando. Y eso que con el González Pons y compañía tienen unos servicios mínimos...

El caso es mirar. Ser son transparentes.

Cuando un antiguo líder de un partido o un cargo intermedio del mismo dan una opinión, es obvio que eso no debe de comprometer al partido. Cuando ambos lo hacen, ya empieza a haber dudas, y más si el partido no lo desmiente, y más aún cuando podemos pensar que ello está en el fondo del ideario oculto de la formación política.
Viendo los resultados de las elecciones en algunos países europeos a veces nos felicitamos de que en España no triunfa la extrema derecha, pero, ¿no será que está plenamente representada por el partido popular?
Aunque ya pocos dan valor a sus boutades, en su día el expresidente Aznar dijo que "Si veo a España desesperada, quizá tendría que volver a la política". Y claro, cuando un salvador se ofrece todos recordamos a los Franco, Hitler, Musolini, Videla o Pinochet de turno.
Pero esas declaraciones se ven superadas y complementadas por otras de Baltar con perlas como estas dichas en Madrid: «en este momento lo que hace falta es un Gobierno de concentración nacional, ni elecciones ni nada, ni unos ni otros». A su juicio, en una situación «dura» como la actual debería gobernar «el equipo más poderoso, más inteligente, con mayores ideas y el equipo más duro». «Hace falta gente dura que ponga orden en este país», señaló. Ese equipo debería gobernar, según su tesis, «hasta que empecemos a mejorar» y luego «cuando el Estado funcione económicamente y las cosas marchen bien, ya nos podemos divertir con la política».
Realmente obvian los comentarios. ¿Que idea tiene y que valor da a la democracia quien considera que la política es una diversión? Y quien habla de un gobierno poderoso y duro que ponga orden hasta que empecemos a mejorar pase el tiempo que pase sin elecciones.
En fin. Todo redunda en la tesis que vengo manteniendo de que el poder, y la derecha en general, considera que la democracia o el que otros gobiernen es un simple accidente en el orden natural de las cosas, que como ya Fraga Iribarne decía, es más importante probar el queso de una feria que escuchar las estupideces de la oposición en el Parlamento, y además que es normal que los hijos de las personas pre-eminentes tengan situación ventajosa en las oposiciones, razón por la que, en las plazas convocadas por Baltar en “su” Diputación siempre sacan las mejores notas los hijos de cargos y dirigentes del PP.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Y ahora, ¿qué vamos a hacer?

Al final lo han logrado. Desde que cayó el Muro de Berlín, era de esperar. Desaparecido el enemigo externo que podía apoyar los movimientos sociales en el interior, el Poder iba a hacer lo posible por recuperar el control. En el último siglo había cedido mucho y los trabajadores tenían demasiados derechos. Si seguíamos por ese camino acabaríamos siendo todos iguales y eso no se podía consentir. Pero si ya hasta los hijos de los obreros estudiaban en los mismos colegios que los de los ricos. ¡A donde vamos a parar!
Ya el sábado, en la reunión de 37 empresarios con Zapatero lo sentenció uno de ellos: “el estado de bienestar se ha acabado”.
La verdad, lo han hecho muy bien. Una crisis del capitalismo que acaba reforzándolo y condenando los avances sociales de forma que al final, y como siempre, pagan la crisis quien no la provoca, los trabajadores y los más desfavorecidos.
Y encima al paro con una hipoteca que pagar de la que nadie les perdonará un euro por mucho que el banco haya sobrevalorado la vivienda. Eso sí, si la misma persona había sido animada por el banco a poner sus ahorros en los depósitos basura, los pierden y nadie responde de nada.
Al final todo se resume en lo siguiente. Ellos no pierden nada y acabarán ganando más, con un empleo más precario y unos trabajadores más débiles. Los sueldos ya no crecerán en función del IPC, pero nadie pone límites a las ganancias ni impuestos a los beneficios. Los trabajadores tendrán que aumentar su productividad pero ganando menos con la espada de Damocles de un paro sin prestación y viendo recortados todos sus derechos.
Las alternativas de izquierda para salir de la crisis han sido borradas del mapa en Europa y los mismos que las impidieron se encargarán de pregonar su fracaso. Hemos tenido que aceptar, y sonriendo para que vean que lo hacemos por convencimiento, todo lo que nos impusieron. ¡Y lo que te rondaré morena! Vayamos pensando en lo que viene. O renunciamos por las buenas a la sanidad, educación y pensiones públicas, o habrá otra crisis que lo obligue. ¡A ver si vamos a tener que seguir compartiendo la habitación del hospital con cualquiera! De eso nada. Unos a sus clínicas privadas y los pobres a la beneficencia.
Decía Castelao “mean sobre nosotros y tenemos que decir que llueve”. Yo añado, tenemos que decir que llueve, que la lluvia es beneficiosa y que nos gusta ver llover.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Coherencia

Hace unos días Guillermo Vázquez, portavoz nacional del BNG hizo una afirmación cuando menos curiosa en un político que no creo que tenga mucho de monárquico, y menos de partidario de que el Rey tenga un papel político en el estado actual.
Efectivamente denunció el que calificó como clamoroso silencio de la monarquía española con respecto al conflicto del Sahara.
No voy a ser yo quien cuestione el derecho de Guillermo Vázquez ni de nadie a opinar sobre lo divino y lo humano. Es más, si hubiese criticado la postura del gobierno, posiblemente compartiría al menos una parte de las críticas.
En una monarquía democrática moderna como la actual española el Rey no juega ningún papel político y no puede, por tanto, expresar opinión en público sobre los temas de Estado. Tiene el derecho y el deber de estar informado, pero sus intervenciones públicas no pueden pasar del plano institucional, y en todo caso siempre bajo las directrices del gobierno que es quien dirige la política interior y exterior del país.
¿Qué diría el portavoz del BNG si el Rey opinase sobre el aborto, el Estatuto o las transferencias a Galicia? No es coherente decir que sobre eso no puede opinar pero criticar su falta de opinión cuando nos conviene.
Más coherente me parece la intervención de Jorquera pidiendo explicaciones al Gobierno sobre el documento 'Transforma España' que el pasado día 16 la Fundación Everis entregó al Rey don Juan Carlos, en el que se recogían una serie de soluciones y actuaciones para salir de la crisis. Porque los documentos políticos deben de ir dirigidos al Gobierno que para bien o para mal es quien tiene que tomar decisiones y no al Rey que carece de potestades.
Salvo, claro, que Guillermo Vázquez quiera regresar al absolutismo o al despotismo ilustrado.