miércoles, 22 de junio de 2016

Ya lo decían Lennon & McCarney

Dices que quieres una revolución
Bueno, ya sabes
Que todos queremos cambiar el mundo
Me dices que eso es evolución
Bueno, ya sabes
Que todos queremos cambiar el mundo
Pero cuando habías de destrucción
Entérate de que no podrás contar conmigo
¿No sabes que todo irá bien?

Dices que times una buena solución
Bueno, ya sabes
Que nos encantaría conocer tu plan
Me pides una contribución
Bueno, ya sabes
Que hacemos lo que podemos
Pero si quieres dinero para gente con la mente llena de odio
Lo único que te digo, hermano, es que tendrás que esperar
¿No sabes que todo irá bien?

Dices que cambiarás la constitución
Bueno, ya sabes
Que nos encantaría cambiar el pensamiento
Me dices que es la institución
Bueno, ya sabes
Que sería mejor que liberaras tu mente
Pero si sigues llevando retratos del Presidente Mao
Seguro que no conseguirás nada de nadie
¿No sabes qué todo irá bien?
Rafa Castillo.

lunes, 20 de junio de 2016

Niego la mayor, la menor... y también la mediana.

Dicen Mariano Rajoy y los suyos que va también la economía española que hay margen para bajar impuestos. Y yo empezaré por negarle la mayor.
Decir que la economía va bien es otra de las mentiras a las que tan acostumbrados nos tienen desde el partido popular. Mienten, y no digo se equivocan, porque saben que Bruselas aplazó el recorte de 8.000 euros en el presupuesto simplemente para favorecer descaradamente (le llaman no influir) a favor en las elecciones del súbdito favorito de la troika.
Pero en cuanto haya gobierno habrá, si nada lo impide, que aplicar ese recorte y la multa correspondiente, con el agravante de que el tiempo transcurrido implicará que se aplique todo junto. Es decir, con mayor dureza.
Pero niego también la menor. No hay margen para bajar impuestos, aun cumpliendo los objetivos de déficit, mientras se produzcan recortes en las cotas que habíamos alcanzado en el estado de bienestar. Mientras la dependencia no alcance la financiación necesaria para ser de calidad. Mientras las becas sigan siendo menos y de menor cuantía. Mientras las pensiones crezcan por debajo del IPC en lugar de alcanzar niveles mínimos. Mientras se tomen medidas como regatear a los enfermos la medicación contra la hepatitis B por problemas presupuestarios. O se atrase la edad de vacunación contra la meningitis para ahorrar.
No se pueden bajar los impuestos. Es más, y hay que decirlo claro, hay que subir los impuestos de forma muy progresiva (nada a las rentas bajas, algo a las medias altas y mucho a las altas, y a los ingresos de capital o patrimonio) hasta que se recupere el estado de bienestar tal y como lo conocíamos y previendo además mejoras como por ejemplo en equipamiento médico, nuevas medicaciones contra enfermedades como el cáncer hoy en investigación y que resultarán muy caras y otras semejantes. Y además invertir en I+D+i en estos campos y otros como las energías renovables, como se venía haciendo antes de la era de Rajoy, nuestro salvador.
Y ya puestos voy a negar también la “mediana”. Entiendo que hablar de impuestos, especialmente de subirlos, es un tema complejo e impopular y muy difícil de explicar en una campaña electoral. Por eso no está mal que quienes no nos presentamos abramos ese debate.
Las principales aportaciones de los contribuyentes a las arcas del Estado son por dos vías. Impuestos y tasas. Y está claro que lo que no se financie con impuestos, directos o indirectos, se hará con las tasas. Y esta es la trampa oculta que nos hace la derecha. Bajan los impuestos pero suben las tasas: copagos farmacéuticos y en educación, del transporte para diálisis, por ejemplo, del acceso a la justicia y otros muchos que podríamos citar.
Pero las tasas, con algunas exenciones para casos muy limitados, las pagan todos por igual, ricos y pobres. Por contra los impuestos se pueden graduar en función de la renta. Los directos, IRPF, impuestos sobre el capital o el patrimonio, de forma clara. Pero incluso los indirectos como el IVA pueden tener elementos de progresividad con tipos muy reducidos para los productos de primera necesidad, que consumimos todos, y tipos muy altos para aquellos artículos que por no se imprescindibles, o por su elevado coste, podemos considerar de lujo.
Pero quien quiera, que vote la mentira.
Rafa Castillo.