miércoles, 28 de diciembre de 2011

La reforma de los mercados.

Al fin, lo que un día propuso Sarkozy y no logró hacer, la reforma de los mercados, va a hacerse realidad en la capital de uno de los llamados países periféricos de la UE.
No le llevará un exceso de tiempo a la otrora presidenta consorte del gobierno de su país. Tiene suficiente preparación política aunque sea por ósmosis de un mediocre cónyuge. Con tal maestro conocerá además múltiples idiomas, condición imprescindible para negociar con todos los agentes económicos que interactúan en los mercados.
Pronto se acabarán, gracias a la nueva líder, las confusiones que reinan habitualmente entre los operadores que en ocasiones no saben con que producto quedarse. Desde ahora los encontrarán perfectamente diferenciados y convenientemente separados para evitar la interferencia de unos con los otros.
Esta vez sí, Madrid tomará el relevo de París y será quien lidere los nuevos tiempos. Madrid será la primera ciudad del mundo que cuente con mercados saneados. Por primera vez, cada cosa estará en su sitio, en su departamento individualizado.
Al fin, Ana Botella tiene clara la diferencia entre peras y manzanas.
Rafa Castillo.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Nunca es el momento.

 
Son ya muchos los años que los militantes, cuando hablamos de la necesidad de debate y cambios en nuestro partido, oímos siempre la misma respuesta. Ahora no es el momento porque estamos ya en la precampaña de tales o cuales elecciones. Y la verdad, es que es cierto. Falte lo que falte para las siguientes elecciones, los partidos nos tienen siempre en precampaña, y además, entre generales, municipales, europeas, las de las cuatro autonomías del artículo 151 y algún referéndum de cuando en cuando, salimos casi a 2 elecciones por año.
Y así, claro, nunca es el momento. Y más si jugamos al cortoplacismo. Salimos de la derrota electoral de la historia en las municipales, y lo que el partido nos ofrece es elegir, perdón, aclamar un nuevo líder. Y luego una Convención para aparentar que hacemos algo más que debatir de nombres. Y cuando revalidamos la derrota cum laude en las generales, un congreso exprés sin tiempo para debatir ni tan siquiera para encontrar un nuevo líder que nos dé esperanza. ¿El pretexto? Hay unas elecciones andaluzas y el congreso nos sirve para apoyarlas. Y por eso se hace en Sevilla.
En Galicia hacen lo mismo. Como presumen que las elecciones autonómicas las adelantarán a mayo, congreso en marzo, para que no nos cojan en pleno congreso. ¿Habría mejor mensaje a la ciudadanía que el que al convocarse las elecciones nos encontrasen trabajando en sus problemas? ¿Vale más un cartel o una idea? ¿Y si no las adelantan? ¿Y si las adelantan a marzo?
¡Es que no han entendido nada! Volvemos a lo de siempre. Máscaras y juegos de artificio. Se hacen congresos y conferencias para aparentar un debate inexistente, y se convierten los procesos de elección de dirigentes y órganos del partido en sistemas de cooptación en lugar elecciones que den opciones a los más válidos. Y así nos va. Renovamos los dirigentes con los mismos, y las ideas... ¿qué eran?
El otro día estuve de oyente, como siempre, en el Comité Provincial de mi provincia. Dirigentes de siempre ahora sin cargo y ya con años, parecían miembros de las juventudes recién llegados. Críticos como si siempre hubiesen sido reivindicativos en todo su pasado. Alguno llegó a decir a la ejecutiva que siempre veía mismas caras. Y es cierto. Las veía pero no delante, sino al lado.
¿Quién no ha visto compañeros rotarse en Congreso, Senado, Parlamento Autonómico y Europeo, substituyéndose en dichos cargos siempre los mismos? ¿Quién no ha visto listas renovadas constantemente en los puestos de relleno mientras en los de salida rotan siempre los mismos? ¿No es precisamente, cuando las expectativas de puestos se reducen, cuando surgen los neocríticos que quedan sin puesto?
Es tal la importancia que se le da a las ideas, que en mi asamblea local, cuando las ejecutivas proponen incluir en las listas de diputados a un compañero, no lo hacen en función de nuevas ideas con las que estimular la transformación de la sociedad, sino para relanzarlo como candidato a la alcaldía. Tengo que reconocer que hace tiempo compartía yo esa forma de pensar. Cuando mis padres me decían que tenía que ser ingeniero de mayor para ganar mucho dinero, yo soñaba con llegar a ingeniero, ganar mucho dinero, y comprar un trolebús para dedicarme al transporte de viajeros que era lo que me gustaba. Pero tenía entonces seis años.
Por cierto. ¿Sirve de algo la propuesta de candidatos que hacen las agrupaciones locales? Ahí dejo la pregunta.
Tenemos que salir de este bucle. Y tenemos poco tiempo. Solo hay, por tanto, dos opciones. O encontramos un nuevo candidato que se presente como provisional y nos conduzca a un nuevo proceso congresual serio y de debate, o aplazamos este congreso negando todos los asistentes el respaldo a los candidatos de siempre, de forma que ninguno se pueda presentar.
Es la hora de la militancia. Recuerdo que Paco Vázquez decía en un Comité Nacional Gallego algo como “los dirigentes a dirigir, los gobernantes a gobernar y los militantes a pegar carteles”. Tenemos que acabar con eso y cambiarlo por “los militantes a decidir las directrices y los programas, los dirigentes a desarrollarlos y los gobernantes a cumplirlos”.
Felipe decía, en los malos momentos, más militante que nunca. Nosotros igual. Más militantes que nunca. Fuimos disciplinados militantes explicando lo imposible desde entonces hasta el mismo día de las elecciones. Fuimos más militantes que nunca. Ahora nos toca ser militantes de verdad y sin complejos. Y por tanto, gobernar el partido como corresponde en una organización democrática.
Y sobre todo, que no nos quiten a las bases el papel que nos corresponde. Nosotros somos los críticos, y nosotros somos la alternativa.
Rafa Castillo.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Debate de liderazgo.



La verdad que estos congresos exprés, esto sí es alta velocidad, nos lo ponen difícil. Y no es, no, porque por ejemplo el día 8 de enero envíen a las agrupaciones locales la propuesta de ponencia marco y que el propio día 9 o hasta el 15 como máximo, pueda ser la asamblea local. Es decir. Tendremos entre 1 y 8 días para leerla, preparar posibles enmiendas, trabajarlas en conjunto, debatirlas y aprobarlas.
No. Lo que nos pone difícil está velocidad de vértigo es fijar las propias ideas. Algunos somos lentos para eso, y tan torpes que tardamos en analizar los pensamientos de los demás. Y me pongo a mí mismo como ejemplo.
En el ejercicio de mi cargo orgánico en el partido, el de oyente, asistí el sábado al Comité Nacional Gallego del PSG-PSOE. Hoy estuve en el Comité Provincial de Lugo y entre ambos asistí en Santiago a un interesante debate entre un representante de una empresa de marketing político y personas del prestigio de Barreiro Rivas y Antón Losada. Los tres actos hicieron variar mi seguramente poco fundada, opinión. Pongamos por ejemplo el día de hoy.
Leí, después de comer, lo publicado en la prensa sobre las opiniones del Secretario General de Pontevedra que decía que, mientras muchos piden que hablemos de los problemas de la gente, él opina que es el momento de hablar de nosotros mismos, de hacer un debate nominal.
Ni que decir tiene que fui a Lugo echando pestes contra la opinión de mi compañero, yo que propongo como fundamental el debate de ideas, no de personas ni liderazgos, y que pienso que estos congresos exprés, en España y en Galicia, cierran en falso las heridas y serán causa de nuevas crisis. Pues bien. Al salir del CPL ya había cambiado radicalmente de idea.
Seguro muchos recuerdan las famosas pirámides, aquellos timos de finales de los 80 en los que aportabas una cantidad de dinero y se te garantizaba que al llegar a la cima de la pirámide tendrías unos grandes beneficios. La verdad es que cuando llegaba el primero se salía (y cobraba) y la pirámide se dividía en dos iguales, cada una con la mitad de miembros que volvían a crecer hasta que los siguientes llegaban a la cumbre. Pero, recalco, cada una tenía la mitad de los miembros de las originales.
Pues bien. Eso pasa en el PSOE, federal y gallego, desde que recordamos los ya veteranos militantes. Se fue, por ejemplo, Felipe en Madrid, o Paco Vázquez en Galicia y la corte de ejecutivos aduladores se dividió en dos, Almunia – Borrell o Touriño – Cortizo en cuyas líneas se repartieron los mismos que ya estaban siempre. Y lo mismo pasa ahora tras Touriño y Zapatero. Al final desaparecen los líderes, Felipe, Touriño y Zapatero, y los demás siguen los mismos pero en dos bandos. Los que lograron que no les levantasen el culo de la silla, y los que, ante la escasez de puestos recibieron la patada en dicha parte anatómica, y pelean desesperadamente para volver a aposentarla sobre la misma poltrona.
Y así se mantiene el continuo bucle en el que el ayer diputado autonómico es el actual senador y será el futuro diputado estatal, mientras los otros son sus delfines que le calientan o guardan el puesto.
Y claro. Cuando perdemos, esos mismos de siempre, dicen que no supimos hacer llegar el mensaje a los electores, jugando en la ambigüedad de si fueron ellos los malos comunicadores o fuimos las bases los incapaces. Y como no está claro, nos reafirman a cada uno en su papel. Ellos dirigentes, y los demás bases. Porque eso sí. Ellos, la Beautiful People del partido, son los que cumplen los criterios del marketing.
Pues, que quieres que te diga. Llegué a la conclusión de que no. Que el marketing no es quien decide la victoria electoral. Ni las campañas, con más o menos actos y carteles. Ni siquiera los militantes inasequibles al desaliento pegándolos. Es más. Por primera vez fue cierto eso de que le ganamos a las encuestas. Bajamos más de lo que preveían.
Sigo pensando que hay que recuperar y renovar los ideales socialistas, pero ahora veo que ni eso basta.
No es que los ciudadanos no entiendan nuestro mensaje. Es que ni nos escuchan. Y no nos escuchan porque ellos también viven su bucle con nosotros. ¿Cómo vamos a convencer a nadie de que renovamos las ideas, si son siempre los mismos los que lo dicen?
Es hora de que quienes estuvieron en la visibilidad del partido, desde hace mucho o desde hace poco, en cargos orgánicos o institucionales, siempre en el mismo o autorrenovándose cada vez, buenos gestores y políticos o malos, populares o rechazados, responsables de la derrota o salvadores del naufragio, es hora de que todos tengan la generosidad de dar un paso atrás, no por culpables, sino por sacrificio, necesidad o grandeza.
Tal vez el mensaje llegue mejor a la gente con un dirigente o candidato feo y tartamudo, pero que de a los ciudadanos la señal de que algo ha cambiado.
Y para los que no lo asuman así, habrá que aplicar la doctrina de Modesto Pose, el Secretario Provincial de Pontevedra. Debate nominal. Es decir, como en Gran Hermano. Todos nominados para abandonar el terreno de juego.
Rafa Castillo.