lunes, 23 de mayo de 2011

Saber leer.

Pasadas las elecciones, nos toca, no analizar los resultados que son demasiado evidentes, sino sacar las conclusiones.
Y corremos el riesgo de equivocarnos de debate. El problema no está en primarias sí o primarias no. No vamos a recuperar los votos perdidos con un candidato u otro. Ni con eslóganes más o menos ingeniosos. Si nos limitamos a eso estará claro que no entendimos el mensaje y que nos situamos de espaldas a la realidad.
Hay que analizar la situación sin perder de vista el 15-M. Y no es que fuesen los acampados y manifestantes del colectivo Democracia Real Ya los causantes de nuestra derrota. No. Pero esos son los que serían nuestros votantes naturales y ya no nos votan. Y no es que no nos voten por el 15-M. Hicieron el 15-M porque no nos votaban. Y porque están deseando votar. Ven una situación difícil y no encuentran a nadie que encarne sus aspiraciones. No es un grupo marginal de antisistema. Son gente que quieren votar y quieren un gobierno que mande de verdad. Una de las frases que más se oyen es: ¿por qué mandan los banqueros si no les votamos? Necesitan alguien que controle el sistema desde la democracia.
Y o bien asumimos las reivindicaciones de la sociedad o lo hará otro partido o surgirá uno nuevo... o vendrá otro fascista a “salvarnos”.
Hemos perdido electores porque hemos equivocado, no ya nuestro mensaje, sino nuestra esencia. En España y en toda Europa.
¿Alguien recuerda lo que era la Internacional Socialista? Había hace años un socialismo internacional, con una serie de criterios comunes. Se fue diluyendo desde que apareció la tercera vía de Tony Blair y desaparecieron los grandes líderes del Socialismo Internacional. Olof Palme, Willy Brandt, Mitterrand, Soares, Sandro Pertini, Felipe…
Hoy el socialismo no se ha adaptado a la sociedad del siglo XXI. No encuentra su papel. Habíamos logrado altas cotas del estado de bienestar que existe gracias a nosotros, pero, ¿qué más?.
Nos adaptamos, como no hubiese podido ser de otra manera, a convivir con el capital. Lo aceptamos porque funcionaba y creaba riqueza. Pero nos olvidamos de ponerle normas, de limitarlo. Y se desbordó. Provocó una crisis y acabó con nosotros. Y, ¿tenemos que asumir sus imposiciones? Seguramente en el corto plazo sí. Pero debemos de crear e impulsar otra salida. Otra salida a nivel internacional estableciendo los límites y el control del mercado. Tenemos que imponer, y solo se puede hacer a nivel mundial, una fiscalidad más progresiva que haga que quien gana dinero de verdad, pague impuestos de verdad. No pueden ser los trabajadores y los autónomos quienes financien el 100% del bienestar.
No puede ser que la crisis enriquezca a los ricos y empobrezca a los pobres. Eso es lo que no entienden los del 15-M. Y es lo que se espera de los socialistas.
Por eso, la solución no es elegir un candidato. Presentar una nueva cara más o menos bonita, o alguien que haga preciosos discursos de retórica e ironía. Eso nos dará tres telediarios gloriosos, pero la gente nos verá como un reality show.
Tenemos que hacer un congreso o una conferencia política en la que lo importante no sea como es habitual elegir un líder o cambiar los estatutos del partido para que sean más fáciles nuestras estrategias de poder interno. Tenemos que hacer un congreso o conferencia para debatir los problemas reales de la sociedad, lo que esta espera de nosotros. Hecho con tiempo (tenemos 6 o 7 meses) para que el debate sea real, invitando a los progresistas de fuera del partido a aportar sus ideas en las ponencias, en las enmiendas aunque luego, como es natural, sean los militantes quienes las aprueben. Un congreso o convención en el que las agrupaciones estudien y debatan de verdad las ponencias y puedan hacer sus aportaciones en una, dos o tres sesiones, si hace falta. Y que luego los militantes elijan los representantes en función de la línea política que defiendan, y no para hacer pasillos, codearse con el poder del partido y ascender en el escalafón.
Y así puede que los ciudadanos vean en nosotros una esperanza. Si no, ¿para qué existimos?
 Rafa Castillo.

1 comentario:

  1. Juan José López27 de mayo de 2011, 2:19

    De acuerdo totálmente. Y más ahora que las primarias se han desinflado. ¡Ojalá se imponga el sentido común!. Basta de seguir la inercia de los últimos tiempos. Hay que reaccionar para no perder el tren... y si seguimos así lo perdemos. Y el próximo tardará y todos lo pasaremos mal mientras tanto. Todos menos los enemigos de la clase obrera. Salud.

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