jueves, 19 de mayo de 2011

Todos somos iguales... relativamente.

Cuando las elecciones autonómicas gallegas de 2009 fue determinante en la derrota del bipartito el coche blindado que la Xunta compró para el presidente Touriño (Fraga tenía 3) o un paseo de Quintana en un yate.
En cambio, que a Camps le regalen trajes de incalculable valor empresas con dudosos contratos con la Generalitat valenciana, a Rita Barberá carísimos bolsos o que el gobierno popular beneficie a empresas de la mujer de Fabra, no importa a nuestros electores. Y eso que estos son objetos personales, mientras que el coche no era para uso personal de Touriño, sino del Presidente de la Xunta de Galicia, por más que Feijoo se negase a usarlo por puro electoralismo.
Y fundamental en aquel resultado fue el papel de la prensa gallega magnificando el “derroche” que suponía aquel coche cuya compra parece ser la causa de la actual crisis. Igual pasó con la cobertura que se le dio al problema del chalet de Patxi Vázquez.
Estos días solo un periódico gallego, Xornal de Galicia, http://www.xornal.com/artigo/2011/05/17/galicia/paralizan-lugo-chale-mujer-barreiro-licencias-irregulares/2011051700443900164.html se hace eco de la paralización de la construcción de un chalet de la mujer de Barreiro (presidente provincial en Lugo del PP y candidato a presidir la Diputación) por ejecutar una obra más allá de la licencia concedida con las consecuentes implicaciones de presunta irregularidad urbanística y de fraude a la hacienda municipal que las fuentes consultadas por el periódico dicen que puede alcanzar los 20.000€ y que solo la diferencia ahora reconocida por la mujer de Barreiro supone un fraude del 50% de la cantidad declarada.
El señor Barreiro, en lugar de denunciar como falso lo publicado, se limita a decir que la casa es de su mujer. Añade que “no todos somos iguales”. Efectivamente, unos son más iguales que los otros.
Rafa Castillo.

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