sábado, 28 de mayo de 2011

¿Quién puede decir que es lo mismo?

Hay un cierto momento en la transición española en el que los que entonces denominábamos cuerpos represivos se convierten en fuerzas de seguridad del Estado y las mismas personas, aún con el mismo uniforme gris, pasaron de apalear a los manifestantes a protegerlos de los grupos fascistas (guerrilleros de Cristo Rey, por ejemplo) que iban a reventar las manifestaciones. Eran los mismos policías, formados en las academias franquistas, pero su actitud había cambiado. ¿Por qué?
Simplemente porque había cambiado el gobierno y las instrucciones que recibían. Los mossos d’escuadra que ayer apalearon manifestantes sentados que cubrían la cara con sus manos son los mismos que hace dos años tenían otra actitud con el tripartito. ¿Por qué?
Los policías que tuvieron una actuación ejemplar en la Puerta de Sol en Madrid ante los congregados del 15-M son los mismos que actuaban violentamente en Colón el día del “no a la guerra”. ¿Por qué?
La respuesta es fácil. La policía es la misma. Lo que cambian son los gobiernos y las instrucciones que imparten. Y de ahí podemos adivinar el futuro que nos espera si no lo evitamos. Baste oír las demandas de Esperanza Aguirre o de su Consejero de Interior. Y de algunos electos del PP ya antes de empezar a ejercer.
Como decimos en gallego, “ti fíate e non corras”. Contradiciendo el dicho popular, y con todo el respeto, son los mismos perros, pero con distintos collares.
A los ciudadanos en marzo nos tocará elegir que manos dirigirán los collares.
Rafa Castillo.

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