martes, 17 de mayo de 2011

Si no votamos, votan.

Sinceramente. Comparto las inquietudes y planteamientos de los movimientos como “indígnate” “democracia real”, etc. que están surgiendo y así lo he ido recogiendo en mis escritos en el blog, uno de los cuales se tituló precisamente indígnate. Y es cierto que algo hay que hacer. Y, habida cuenta del escaso éxito, como era previsible, de mi llamamiento en dicho artículo, opto por sumarme a uno de más capacidad de convocatoria como es el POR (Piensa, Opina, Reacciona) promovido por Prisa Radio y encabezado por Iñaki Gabilondo.
Pero estos movimientos, provocados como no puede ser de otra manera como reacción a la situación actual, no pueden llevarnos a una acción precipitada, sino a una profunda reflexión, como la que plantea POR, moderadamente dilatada en el tiempo y en la que todos aportemos nuestras ideas para construir el futuro que entre todos decidamos.
No se trata de destruir lo existente y ver como amanece mañana. La experiencia histórica nos dice que esas situaciones de desconcierto, en las que rotos los moldes cada cual propone su salida, acaban “solucionándose” con un líder providencial que impone su solución a base de sable.
Por eso es necesario que los ciudadanos de todo el mundo mostremos nuestra indignación con manifestaciones y actos en los que se vaya decantando nuestra unidad y sirvan para despertar a los que aún no son conscientes de la magnitud del problema para así aumentar nuestra fuerza y moral a medida que vayamos construyendo la alternativa.
Pero, ¿y mientras? Mientras, retrasemos el avance del poder no vaya a ser que este se afiance definitivamente y haga imposible el cambio. Y votemos todos. Porque los que apoyan la situación actual van a votar. Y controlarán el poder. Y aumentará la marcha atrás. Y triunfarán las posiciones de la extrema derecha.
Demos un mensaje con un voto progresista crítico, que sirva para advertir a la sociedad de que no estamos dispuestos a seguir así, y para propiciar un debate en los partidos de izquierdas sobre la alternativa que deben plantear a esta situación. Y no hablo ya de votar a un partido u otro. Votar al que más se aproxime al pensamiento de cada uno, o al que mayores posibilidades de vencer tenga.
Si se me apura, es la hora de la militancia. Es la hora de que todos militemos en los partidos para transformarlos desde dentro y no tener que elegir entre las alternativas que nos ofrecen, sino crear la que estimemos oportuna. No vale decir que partidos y sindicatos no valen para nada. Nosotros tenemos que ser los partidos y sindicatos.
Y entre tanto pensar que no vale la indiferencia y el pasotismo. Haya muchos o pocos votos, se elegirá el mismo número de concejales y diputados. Solo que si yo no voto, aumento el poder del voto del que piensa lo contrario que yo.
Rafa Castillo.

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