sábado, 26 de diciembre de 2015

Gobernar con los marcianos.

Desde que los antiguos griegos intentaron la cuadratura del círculo y tropezaron indefectiblemente con el número transcendente π, no había habido otro intento de tal magnitud como el realizado ayer por la baronesa socialista Susana Díaz.
Su propuesta consiste en oponerse a la reelección de Rajoy, no gobernar con el apoyo de Podemos y que no se repitan las elecciones. Descartado que el PSOE gobierne con el apoyo del PP o dé su apoyo a Podemos, solo quedan dos opciones: esperar cuatro años con un gobierno en funciones hasta que se repitan las elecciones o gobernar en coalición con los marcianos.
El domingo, al parecer, se reúnen los señores y señoras feudales con Pedro Sánchez para imponerle la propuesta que este habrá de llevar, le guste o no, al Comité Federal si no quiere salir escaldado del cónclave socialista. Y es hora ya de decir basta.
Desde la renuncia de Felipe González nuestro partido se ha convertido en un reino de taifas que ha pretendido controlar desde los poderes locales la actuación de los líderes que mediante congresos o primarias elegíamos los militantes. Y así, con actuaciones cainitas de mayor o menor pelaje nos los fuimos cargando uno a uno si no se plegaban (y plegaban la decisión de los militantes) a los intereses interesados de los barones territoriales.
Y si Felipe fue la excepción y pudo liderar el partido libre de ataduras, lo logró con un golpe de fuerza. Dimitió como secretario general y puso en marcha un congreso extraordinario en el que tuvo el respaldo claro y mayoritario de la militancia. Y desde ahí, con aciertos y algún error, dirigió claramente el partido de congreso en congreso. Porque solo un congreso puede contradecir lo que determinó el anterior.
He leído que Pedro Sánchez pretendía aplazar el Congreso hasta que se solucione la gobernabilidad de España. Si es cierto, sería un error. Si la situación del Comité Federal se hace insostenible. Lo que procede es un nuevo congreso incluso adelantado. Convocarlo, si estatutariamente puede, o forzarlo con su dimisión y la de su ejecutiva.
Solo así podría la militancia expresar su opinión sin intermediarios y establecer, creo que por mayoría aplastante, su apoyo a que Pedro Sánchez, sin atravesar por supuesto las líneas rojas que sabemos que no debe atravesar, intente la formación de un gobierno de progreso para que no sea el PSOE el obstáculo a esta alternativa y, en línea con lo explicado en mi artículo anterior, no pague electoralmente el fracaso de las negociaciones.
Para ello hay tiempo. Hasta el día 13 no se constituye el Congreso de los Diputados. Luego, sin plazo predeterminado, el Rey tendrá que consultar a los líderes de los grupos parlamentarios y proponer un candidato al Presidente del Congreso. Luego, desde el primer intento de investidura del candidato propuesto, quedarán todavía dos meses hasta que se proceda a la disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones. Tiempo, por tanto, más que suficiente para la celebración de un Congreso extraordinario del PSOE.
Desde la legitimidad moral de no haber apoyado a Pedro Sánchez en las primarias, ¡Ánimo, Pedro! Y a por todas.
Rafa Castillo.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Y ahora, qué?


Hasta el día 20, los ciudadanos reflexionamos sobre el destino de nuestro voto. Desde el día 20, corresponde a sus destinatarios reflexionar sobre el sentido de nuestro voto. Y eso es lo que tenemos que exigir que hagan.
Ni espero, ni me importa que lo hagan, los del pensamiento único y simple ni los de sus nuevas generaciones modernizadas. Me dirijo a los míos, al PSOE y a todos los demás que desde posiciones más próximas o más alejadas comparten la necesidad de una política más social y más de izquierda. Y los primero que les digo que es la hora de la grandeza y que sobran todos aquellos cuyo interés es el tactismo, desde fuera para comer espacio a otros partidos y desde dentro para cargarse a algún líder.
Hay en el PSOE barones y baronesas que creen que lo mejor es no pactar un gobierno de izquierda y liderar la oposición a Rajoy en espera de rentabilizar en las próximas elecciones el fracaso de un gobierno en minoría. Y se equivocan y actúan mal. Se equivocan porque su oposición pasará desapercibida en la opinión pública donde tenemos perdida la batalla ante podemos. Y porque el mínimo pacto de estado que haya que hacer, y puede que alguno haya que hacer objetivamente, dará pie a la resurrección del mensaje, simple pero efectivo, de que de nuevo gobierna el PPSOE. Y actúan mal porque si el gobierno fracasa le irá mal a España. Y, en mi opinión, si lo hacen bien conforme a sus criterios también.
Y en sentido contrario. También en Podemos están usando la calculadora de votos. A ellos si les vendría bien una repetición de elecciones. Saben que en este caso se comerían al PSOE hasta convertirlo en un partido marginal, y con sus votos se convertirían en una auténtica alternativa de gobierno. Curiosamente este mismo argumento lo utiliza al PP para presionar al PSOE para que le deje gobernar. Si se repiten las elecciones, desaparecéis.
Esta táctica de los de Pablo Iglesias se debe en gran parte a la concepción mesiánica de algunos de sus dirigentes. Solo ellos representan auténticamente a la gente y por tanto solo ellos son la solución. Así pues, mejor no pactar con los socialistas y que se repitan las elecciones. Y la prueba de que en Podemos no quieren un pacto de izquierda es donde han situado las líneas rojas. ¿En la política social o el establecimiento de impuestos progresivos? ¿En el salario mínimo, en las pensiones o en la renta social? ¿En la nacionalización de la banca o el freno a las privatizaciones? ¿En la dación en pago o el fin de los desahucios? ¿En la reforma electoral o el mandato revocable? ¿En la supresión de altos cargos o el fin de las puertas giratorias? ¿En la lucha decidida contra la corrupción o el fraude? ¿En el fin de la Monarquía y la supresión del Senado?
No. La línea roja de Podemos está ahora en el referéndum vinculante para la autodeterminación de Catalunya. Como ilustra bien la tira de Peridis en El País, “antes éramos bolivarianos, después fuimos socialdemócratas y ahora somos soberanistas”. Y se establece esta línea roja porque se sabe que es la única que no se puede aceptar. En casi todas las otras se podría negociar o podrían ser aplicadas parcial o gradualmente. Pero esta no. Porque el PSOE no está de acuerdo, porque es ilegal y porque no se podría aplicar porque el PP la recurriría.
Que no se equivoque Iglesias. Sus votantes, en la euforia de unas elecciones que les resultaron emocionantes y esperanzadoras, descontaron el tema del referéndum. Le sirvió para ganar votos en Catalunya, Euskadi e incluso en Galicia. Pero nadie en Murcia, Cáceres o Málaga le votó por el referéndum. Le votaron a pesar de él. Pero no le perdonarán que pierda una oportunidad de cambiar la política de este país por mostrarse más soberanista que Oriol Junqueras. Y el importante capital de votos que atesora puede desvanecerse si deja pasar, por cálculo estratégico esta oportunidad.
Pero, volviendo a los míos. Lo primero es decir que los míos deberían pensar en los nuestros. Digan lo que digan los barones, baronesas y algunos otros que dan la Vara, los votantes no nos dieron el mandato de estar en la oposición. Nuestros votantes nos votaron para que gobernemos, para que transformemos la sociedad, para que revirtamos este austericidio y para recuperar el estado de bienestar y la justicia social.
Y si no tuvimos más votos (en las dos últimas elecciones perdimos más de cinco millones) habrá que ver hacia donde se escaparon. ¿Hacia el PP? Evidentemente no. Se han ido, guste o no, hacia Podemos. Por tanto no los recuperaremos facilitando la investidura de Rajoy o propiciando nuevas elecciones, en las que nuestro castigo será aún mayor. Volverán a nosotros si ven claro que hemos entendido el mensaje y ponemos toda la carne en el asador para hacer lo que quieren que hagamos, para hacer lo que tenemos que hacer.
Muchas encuestas y sondeos dicen que el 50% de los ciudadanos quieren un gobierno de coalición de PSOE y Podemos. ¿Son muchos o pocos? ¡Son los nuestros! La otra mitad son los que apoyan a la derecha. Y esto tenemos que verlo claro tanto los rojos como los morados.
Por eso la solución inteligente es un buen pacto, y la buena solución es un pacto inteligente. Y un pacto inteligente es enmarcarlo en el eje adecuado, que no es el soberanista, sino el de derecha izquierda. Y planteado así, será Podemos quien tenga la palabra y diga si quiere que haya o no un cambio real en este país.
Nosotros sabemos, y ellos también, que no es posible una solución a la griega. Es inviable y solo generaría frustración social. Pero como decíamos hace años, “menos mal que nos queda Portugal”. Si en 1974 buscábamos con interés si algún general español usaba monóculo, como el general Spínola de la Revolución de los claveles, hoy tenemos que mirar como línea a seguir el nuevo gobierno portugués. El gobierno de los avances posibles, de mejoras lentas, pero seguras y firmes. Y mejor que con apoyos externos, un gobierno de coalición. Un gobierno de coalición PSOE Podemos e incluso IU, y si es posible con apoyo de los nacionalistas.
Un gobierno con amplitud de objetivos en avances sociales pero que haga cambios realistas en función de los límites que permite la coyuntura. Y un acuerdo parlamentario para crear una ponencia constitucional que estudie la necesaria reforma de la Constitución.
Y no caigamos en la trampa de las derechas de este país. El interés general de España no lo definen ellos. No son los únicos intérpretes de lo que es bueno para el país. Lo decide la sociedad cuando vota y se expresa en la proporción del voto, y todas las opciones, gusten o no, son igual de legítimas. Y, digan lo que digan, se puede pactar hasta con los independentistas. Claro que no pactar la independencia. Pero si se les puede poner en la tesitura de decidir si apoyan un gobierno de progreso social y una reforma constitucional que blinde los derechos sociales y que amplíe, ¿Por qué no? Los ámbitos de autonomía. Y ellos dirán si sí o si no.
Somos náufragos en un bote salvavidas. Tenemos diferencias, pero tenemos que aplazarlas momentáneamente por legítimas que sean, y remar juntos hacia la orilla del progreso social.
Por eso, yo que en las primarias de partido voté en contra de Pedro Sánchez, le doy ahora el máximo apoyo para intentar un gobierno de progreso. Con todos los que quieran unirse. Excepto las rancias derechas del PP y Ciudadanos, por supuesto.
Rafa Castillo.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Españoles al 3%

Hay quien pretende renunciar a España, pero en el fondo es más español que la tortilla de patatas. Y es que si algo representa en literatura lo español, es la novela picaresca. De una de sus obras cumbres, El Lazarillo de Tormes, destaco la siguiente escena.
Al ciego a que Lázaro guiaba le regalaron un racimo de uvas. Acordaron compartirlas e ir comiéndolas cogiendo cada vez una cada uno. La escena remata como sigue:
“Hecho así el concierto, comenzamos; mas luego del segundo lance, el traidor mudó propósito, y comenzó a tomar de dos en dos, considerando que yo debía hacer lo mismo. Como ví que él quebraba la postura, no me contenté ir a la par con él; más aún pasaba yo adelante; dos a dos y tres a tres, y como podía las comía. Acabando el racimo, estuvo un poco con el escobajo en la mano, y meneando la cabeza, dijo:
-Lázaro: engañado me has. Juraré yo a Dios que has tú comido las uvas de tres en tres.
-No comí- dije yo -; mas, ¿por qué sospecháis eso?... Respondió el sagacísimo ciego:
-¿Sabes en qué veo que las comiste tres a tres? En que comía yo dos a dos y tú callabas.”
Y ahí está el problema. No solo en que la Familia (la de don Vito Pujol) recibiese los tres por ciento de cada obra o adjudicación. El coste para los ciudadanos, catalanes y españoles, es mucho mayor. Las empresas no hacen donativos altruistas. Los hacen siempre con un fin. Tal vez si en las licitaciones ofreciesen una rebaja del precio del 3% resultarían adjudicatarias. Pero no. Dan ese 3% al pícaro de turno porque así pueden contratar sin rebajas obteniendo beneficios muy por encima de los que resultarían en condiciones normales. Y las obras se licitan caras y se encarecen después con reformados de proyectos que incrementan los costes que todos pagamos. Y si, como parece, las comisiones aumentan y llegan al 5 o 6%, que nadie dude de que el beneficio neto de la empresa crece en esa proporción.
Y ello porque esta derecha típicamente española, se llame PP o Convergencia, habla del liberalismo como el mejor de los sistemas, y de la gestión privada de los servicios públicos como el sistema más eficaz. Y si es eficaz. Eficaz para enriquecer a sus amigos y comer las migajas que caen de sus mesas.
Porque, al final, como siempre, lo peor no es ya lo que roban, sino el daño colateral que producen.
Rafa Castillo.

domingo, 8 de noviembre de 2015

El saben aquel que diu...

El saben aquel que diu…? Así empezaba los chistes aquel humorista siempre serio, siempre de negro con su cigarrillo y cubalibre con naranja. Y hoy me viene a la memoria uno de sus chistes que paso a resumir.
Se trataba de un aprendiz de barbero que afeitaba un cliente. Le hizo varios cortes, y tras cada uno el jefe le arrojaba algo (el jabón, las tijeras, un taburete…) el mozo se agachaba y los objetos impactaban en el cliente. Finalmente le cortó una oreja de cuajo y el cliente le dijo: písala nen, que no la vea aquel señor!
Viene esto a cuento da casos de actualidad como el de la Volkswagen u otros recientes como cuando la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia descubre fraude en los precios de eléctricas o petroleras por acuerdo entre las empresas.
Todos estos fraudes tienen como primera consecuencia un rápido aumento en las ganancias de la empresa. Ganancias que se traducen en suculentos ingresos para los gestores y los grandes accionistas. Pero el problema para los demás empieza cuando se descubren. Se sanciona a las empresas. Los directivos siguen cobrando o dimiten llevando consigo una importante indemnización. Y para pagar la sanción las empresas recortan las inversiones, despiden al personal o, sin necesidad ya de ponerse de acuerdo, suben los precios para pagar la sanción sin perder dinero.
La mayor condena que se le podía hacer a un ciudadano de las polis griegas era la condena al ostracismo. Desaparecer de la sociedad y perder los derechos ciudadanos. Ser condenado al olvido. Y eso había que hacer con esa clase empresarial desalmada que no duda en multiplicar sus beneficios sin tener en cuenta las nefastas consecuencias que sus acciones causan a la sociedad que les permite desarrollarse. Sin temor a ser criticado por exagerado, lo que algunos practican es un auténtico terrorismo social. Terrorismo que destruye las escasas pertenencias de los ciudadanos y que pone en quiebra toda la estructura social. Que no mata con bombas, pero si con miseria.
Por eso es necesario un cambio legislativo que haga que las malas prácticas empresariales las paguen no las empresas sino los gestores que las practican y quienes se benefician de ellas. Y si un ciudadano puede ser desahuciado de su casa por no poder (ojo, no por no querer) pagar la hipoteca, e incluso se le puede embargar parte del sueldo, ¿por qué no se va a poder desahuciar de sus riquezas y pingües beneficios a quien roba a la sociedad? Y de paso a los que se enriquecen con la corrupción, la otra lacra social que nos empobrece a todos.
Se dirá que no es fácil, que tendrán sus bienes a nombre de testaferros. Bien. Pues que no puedan usarlos. Que, como condenados al ostracismo, se les prive la posibilidad de que los testaferros les presten el uso de los bienes a su nombre. Si alguien les “presta” un chalet de lujo o un cochazo… expropiado. Si comen en un restaurante de alta categoría… de patitas en la calle y a comer hamburguesas. Que no puedan disfrutar en absoluto de lo robado. Que a nadie le merezca la pena volver a hacerlo.
Y mientras, mientras no se tomen medidas de este tipo, por favor, que no se investiguen los fraudes, que nos será peor.
Pisa la oreja, nen, que no la vea aquel señor.
RaFa Castillo.

jueves, 15 de octubre de 2015

Presionar a los jueces

El esperpento de sobreactuaciones a que nos están habituando los ultranacionalistas Artur Mas y Mariano Rajoy los lleva a adoptar medidas innecesarias o con intenciones ocultas.
Hacía un año que estaban anunciadas las elecciones “plebiscitarias”, pero Rajoy esperó a la inmediatez de la campaña electoral (la de las Generales, por supuesto) para hacer, cara a la galería, una innecesaria reforma de la Ley del Tribunal Constitucional. Innecesaria como demuestra la imputación de Mas y sus consejeras.
No hizo en cambio una reforma que hubiese tenido más calado. Modificar el Código Civil estableciendo, en los términos legales oportunos, que la adquisición de la nacionalidad de un nuevo Estado implica la renuncia a la española. Pero Rajoy, y sus asesores, non dan para más.
El debate de estos días es si el acompañamiento a los imputados que van a declarar es o no una presión a los tribunales. Y yo creo que sí. Pero no, como es opinión mayoritaria, para que no les condenen, sino todo lo contrario. Para que los jueces “resistiendo la presión” condenen al President. Al fin Artur Mas sabe que el proceso no tiene más recorrido, y esto le permite una salida como héroe patrio. Y además, el día del asesinato de Companys. Quien puso la fecha se lució.
El propio Artur Mas colabora a la presión yendo a declarar a la Audiencia en lugar de hacer la declaración desde su despacho, como haría en otras circunstancias. ¿Irá a la Audiencia si tiene que declarar en el caso Pujol o algún otro de corrupción de su partido? Apuesto que no. En esos casos no hará el paseíllo. Pero ahora conviene.
Porque si no hubiese esa presión está claro que el President y sus consellers no serían procesados. Realizado el trámite de declaración el caso se hubiese cerrado. Ni los propios fiscales veían en esto un caso. Fue solo la impresentable presión del gobierno de Rajoy sobre el Fiscal General del Estado la que hizo posible que este caso existiese.
Y es que, cuando hablamos de presionar a la justicia, hay que fijarse bien en todos los que presionan.
Rafa Castillo.

martes, 13 de octubre de 2015

El testamento de Rajoy

Ya desde el año 1996 hasta por lo menos el 2000, José María Aznar y su superministro del milagro económico Rodrigo Rato aludían constantemente a la herencia recibida de Felipe González para justificar los recortes que entonces establecieron.
Toda esta legislatura y aún después de 4 años, Rajoy, Montoro y De Guindos remiten constantemente a la herencia de los gobiernos de Zapatero como causa de la crisis y los recortes. Olvidan, eso sí, que las burbujas inmobiliaria y bancaria fueron originadas en la época de Aznar cuando Álvarez Cascos convirtió todo el país en un solar.
Pero ayer hemos visto al menos una parte de cuál será la herencia que Mariano Rajoy deje a su sucesor. El reiterado incumplimiento del déficit público comprometido que exigirá un nuevo ajuste de unos 10.000 millones de euros. Y a diferencia de los otros legados este ya va incluido en el testamento.
Repasemos. El gobierno prolonga la legislatura para dejar atado al nuevo gobierno con SU presupuesto. Y al final no solo atado sino también con un cabo suelto de la soga para apretar más. Deja hecho el presupuesto, no por interés del país, sino para incluir en él su programa (perdón, no programa, publicidad electoral) con rebajas de impuestos y mejoras para los funcionarios. Y lo deja a sabiendas de que no se puede cumplir. ¿Para qué se hace entonces? Muy fácil. Para que la gente crea que la economía va tan bien que se pueden hacer estos regalos.
Y este gobierno y su partido, que siempre apelan a su responsabilidad, no adoptan la medida que hoy tendrían que adoptar. O modificar el presupuesto en el Senado aplicando las indicaciones de la Comisión Europea, o retirarlo dejando las manos libres al nuevo gobierno para realizar el presupuesto, y en su caso los ajustes, de acuerdo con el mandato electoral que reciba.
¿Por qué no lo hace? Porque este gobierno y su partido sigue considerando (y llamando) estúpidos a los ciudadanos. Aún esta noche desde USA Rajoy decía que no había problema porque su gobierno cumplió siempre los objetivos. Una auténtica mentira. Debería crearse un tipo delictivo para cuando un gobernante miente con tanto descaro.
Y hay que denunciar también aquí la indisimulada injerencia de la Comisión Europea en las elecciones generales. No obligan a hacer nada al gobierno para no interferir, según dicen, pero esto en realidad lo que hace es facilitarle las cosas a su alumno preferido, Mariano Rajoy, para que gane las elecciones. Baste recordar la premura con la que forzaron a Zapatero a adoptar medidas o su actuación en Grecia. ¡Que me cambien esta Europa!
Hagamos ahora un poco de pedagogía electoral. El gobierno vende una rebaja de impuestos (el IRPF). Bien es cierto. Pero, ¿Cómo se aplica? Quien gane de media 1.000€ al mes, tendrá una rebaja de 0,00. Quien gane 2.000, la tendrá de 20€. Quien gane 4.000, ¿la tendrá entonces de 40? No. De 80. El doble del doble. Muy justo.
Y entonces, ¿Qué hacemos? Pues tenemos elecciones y habrá que votar. Y que nadie se engañe. Con diferentes siglas hay dos opciones. Las de siempre, las clásicas, derecha o izquierda.
Optar por la derecha, llámese PP, Ciudadanos, Convergencia… significará más recortes en sanidad, educación o servicios sociales y una subida del IVA de los productos básicos (medicamentos, alimentación…). Optar por la izquierda, PSOE, IU, BNG, ANOVA… debería suponer una reforma fiscal con subida del IRPF a las rentas altas o del IVA a los productos de lujo.
Toca escoger.
Rafa Castillo.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Hay que repetir las elecciones catalanas.

Ya sé que aún no se celebraron las elecciones, y no escribo este artículo pensando en publicarlo después del 27. Tampoco me he vuelto loco. Pero desde ya estoy convencido de que hay que repetir las elecciones catalanas.
Y baso esa opinión en que, estando seguro de que el 99% de los catalanes saben lo que quieren votar, idéntico porcentaje no sabe lo que vota. Es decir, votarán con el corazón pero totalmente aislados de la razón.
Así como el que no quiere, pero queriendo, Artur Mas convoca unas elecciones autonómicas que no son autonómicas. Que no son oficialmente plebiscitarias pero las considera como tales, pero al mismo tiempo un plebiscito en el que no se cuentan votos sino escaños y en el que una mayoría de un escaño, que no podría cambiar una coma del Estatut, puede derogarlo.
Y, como aquí se trata de que piensen las vísceras, anima a los catalanes a votar la independencia de una Catalunya, que por el hecho de serlo se convertirá en la Arcadia feliz, la nueva jauja del siglo XXI, donde desaparecerá el paro, aumentarán sueldos y pensiones y hasta se acabará, así porque sí, la violencia de género. No nos extrañe que en lo que queda de campaña acabe emulando a Moisés y nos diga que el Ter será de leche y el Llobregat de miel. Pero ni una sombra de problemas para el nuevo estado y sus ciudadanos.
Y por el otro lado tenemos al PP que también convierte en plebiscitarias las elecciones y se oferta como única alternativa para preservar la unidad de España. Pero la costumbre de Rajoy de ponerse de perfil ante los problemas lo llevó a ignorar la situación hasta el último momento y no abrir un debate sosegado sobre las consecuencias de la situación. De modo, que ahora, cuando se hacen análisis serios sobre los problemas, suenan a simples amenazas por llegar tarde y mal. Claro que puede que los populares lo que busquen sea suplir el recurso a ETA de pasadas elecciones por el de la independencia para así garantizarse las elecciones generales en las que ya no se hablará de crisis, paro y pérdida de derechos, sino de la unidad de España.
Y además, todas las razonables advertencias que se hacen acaban de ser echadas por tierra por el ínclito Mariano. El número uno en la carrera de derecho y las oposiciones a registrador se presenta a una entrevista (cuanto mejor le hubiera ido en el plasma) sin saberse la lección, y toda su carrera y su “defensa” de la Constitución no le sirven para saber que nadie puede ser privado de su nacionalidad española de origen. Al final Marianico no tiene plan B. Ni plan A.
Y claro, como a río revuelto ganancia de pescadores, esta metedura de pata garrafal del presidente la aprovechan los independentistas para descalificar toda la argumentación sobre las consecuencias no deseadas de la declaración unilateral de independencia. Y mienten de nuevo.
Porque aunque los catalanes sigan siendo españoles, Catalunya no lo será, ni tampoco será europea. La cuestión es si los catalanes, para seguir siendo españoles tendrán que renunciar a ser catalanes. Si España no reconoce al Estado Catalán, no habrá convenio de doble nacionalidad. Entonces, si un ciudadano adquiere la nacionalidad catalana, ¿debe entenderse que renuncia a la española? Cito solo, sin entrar en su análisis que dejo a más entendidos, el segundo párrafo del artículo 24.1 del Código Civil: La adquisición de la nacionalidad de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal no es bastante para producir, conforme a este apartado, la pérdida de la nacionalidad española de origen. Luego, a sensu contrario…
Ahora bien. Los elementos que definen un Estado (que no es lo mismo que una Nación) son el territorio, la población y el poder. Y es posible que el pretendido nuevo estado carezca de uno de sus elementos definidores, la población.
En efecto, la eventualidad de perder la ciudadanía española y el estatus de ciudadano europeo, puede llevar a la mayoría de los catalanes a no solicitar esa nacionalidad. Curiosamente, como españoles residentes en el extranjero podrían votar en las elecciones españolas, pero no en las catalanas. Mantendrían el estatus de ciudadanos europeos que no tiene ningún valor en países no comunitarios, como en este caso Catalunya. Y serían extranjeros en su propio estado.
Al final Catalunya sería un estado poblado por siete millones y medio de extranjeros y tres ciudadanos catalanes. Oriol Junqueras por convencimiento. Artur Mas porque tan desbocado ya no sabe a dónde va. Y Jordi Pujol que se apuntará a ver si con la proclamación del nuevo estado le dan una amnistía.
Rafa Castillo.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Es esta la mano invisible del mercado?

A veces una noticia te puede hacer pensar: Qué bien! Al fin se toman medidas.
Eso me pasó al ver en la edición digital esta noticia http://www.lavozdegalicia.es/noticia/economia/2015/09/20/competencia-revela-marcas-coches-amanaron-precios-durante-9-anos/0003_201509G20P41991.htm
Pero luego piensas, le das dos vueltas, analizas y ves que es algo terrible.
Claro. Piensas, estas 21 empresas que ganaron más de lo debido pactando precios durante 9 años van a llevar su merecido. Y van a pagar 171 millones de multa. Y sí, pero no.
Esa multa no devolverá ni un euro l los cinco millones de ciudadanos que compraron un coche en esos años. Pagaron un precio por encima de lo que marca el sacrosanto mercado, pero este no les devolverá nada.
(Permítaseme un inciso. No os da la impresión con estos del liberalismo y el mercado que nos pasa como con las iglesias y religiones? Nos imponen un dogma, pero al final ellos no lo respetan. Los religiosos anatemizan el sexo, pero luego, algunos, ejercen hasta la pederastia. Los gurús económicos reniegan del Estado hasta que necesitan un rescate.)
Volvamos a los coches. Está claro ya que quienes compraron un vehículo por encima del precio del mercado no recuperarán ni un “duro”. Pero al menos tendrán el consuelo moral de que las empresas los beneficiarán con una millonaria multa al erario común. Craso (nunca mejor dicho, craso=rico) error.
Cierto que las empresas pagarán la multa (o no!). Pero que implicará eso? Al final que los próximos 500.000 coches que se vendan serán 342€ más caros. La multa irá a la cuenta de resultados y se aplicará, esta vez sin necesidad de pacto, a los precios del producto.
Y es que manteniendo la cuenta de resultados, los culpables, ejecutivos de empresa y miembros de los consejos de administración, mantendrás sus beneficios, sus primas y sus cláusulas de rescisión. La empresa al final del proceso seguirá teniendo ganancias y retribuirá (no hasta la obscenidad sino hasta la pura pornografía) a los buenos gestores que dan tan buenos beneficios.
Igual que el dolo es un agravante en un robo (común) o un asesinato, ¿cúando legislaremos que el dolo en la gestión de grandes empresas, el enriquecimiento ilícito o el fraude al mercado sea un delito personal de sus causantes?
Rafa Castillo.

martes, 14 de julio de 2015

Europa, sí. Pero no así.

En 1962 el IV Congreso del Movimiento Europeo (para los franquistas el Contubernio de Múnich) estableció que la integración, ya en forma de adhesión, ya de asociación de todo país a Europa, exige de cada uno de ellos instituciones democráticas. Y desde entonces todos los españoles, y griegos y portugueses, soñábamos con integrarnos en Europa como culminación de la instauración de la democracia en nuestros países.
Esa era la Europa que queríamos y la que avanzó durante más de 30 años en una senda de integración, de progreso y de solidaridad hasta mediados de los 90 con personajes como Mitterrand, Kohl, Felipe y Delors. Pero desde entonces iniciamos una senda recesiva que demuestra, una vez más, que no aprendemos de la historia.
Alemania debería ser la primera que recordase lo que significó al final de la primera guerra mundial el Tratado de Versalles en 1918. Se dice que los alemanes tienen un miedo atávico a la inflación por el efecto que esta tuvo en la caída de la República de Weimar. Pero olvidan que el principal origen del nacismo fue la humillación alemana impuesta en aquel tratado.
En el 321 AC, los samnitas derrotaron a los romanos haciéndoles pasar bajo las Horcas Caudinas. El general samnita desoyó así el sabio consejo de su padre. “desátalos y libéralos, o mátalos a todos”. El anciano explicaba que si dejaban libres a los romanos tras desarmarlos, podrían obtener el respeto y aun la amistad de Roma; aunque si ejecutaban a todos los romanos, entonces Roma sería tan débil que no constituiría una amenaza durante muchos años. Su hijo le preguntó si no existía una alternativa intermedia, a lo que Herenio respondió que sería una completa locura, ya que dejaría a los romanos deseosos de venganza sin haber sido debilitados.
El pasado día 11 los vecinos de A Pobra do Brollón conmemoramos la revuelta Guímara. Efectivamente nuestros antepasados celebraron bajo el árbol de Brollón un referéndum sobre el nuevo impuesto que la Condesa de Lemos, Ángela Merkel, quería imponerles. Los vecinos decidieron, por amplia mayoría, oponerse al nuevo tributo. Pero la superioridad militar del condado se impuso. Y hubo que pagar. Pero, como siempre, los ciudadanos libres se resisten a la humillación. Y obligaron a los recaudadores a agacharse a recoger el tributo bajo las puertas.
¿Cuánto tiempo aguantaremos la humillación los ciudadanos europeos?
Rafa Castillo.

jueves, 9 de julio de 2015

Objeción de conciencia.

El Tribunal Constitucional acaba de reconocer la objeción de conciencia de un farmacéutico para no dispensar la conocida como píldora del día después por considerarla abortiva y estar, por tanto, en contra de sus convicciones.
La primera consideración es si la condición de abortiva está al albur de cualquiera o la definen las instituciones sanitarias pertinentes o la Organización Mundial de la Salud. Reduciendo al absurdo, un ferretero podría objetar la venta de cuchillos de cocina por considerarlas armas blancas, o incluso alguien podría denunciar por tráfico de armas a un banco que por abrir una cuenta regala un lote de cuchillos.
Constitucionalizar que la consideración personal de cada uno pueda definir que lo que la OMS considera anticonceptivo es abortivo, nos llevaría a cientos de situaciones imprevisibles que crearían inseguridad entre los usuarios de los servicios.
Por otra parte, el derecho a la objeción de conciencia no puede ser nunca absoluto y prevalecer siempre sobre los derechos de los demás. Se dice que la usuaria a quien se le denegó la dispensación tuvo la opción de acudir a otra farmacia. Y puede que en este caso fuese así. Pero, ¿Qué pasaría si habitase una zona aislada (pongamos una isla pequeña escasamente habitada) donde no hubiese fácil acceso a otra farmacia? ¿O si todas las farmacias de una amplia zona geográfica objetaran? ¿Limita la geografía el derecho de objeción?
Una de las situaciones típicas de la objeción de conciencia fue, en su día, la objeción al servicio militar obligatorio. Pero este derecho tenía una contrapartida que no ponía a quien lo ejercía en una posición mejor que a quien no. Había que hacer una prestación social substitutoria. Pero imaginemos ahora que en el ejército profesional, una persona accede a un puesto de trabajo en él, pero objeta al uso de armas o participar en operaciones militares. Volvemos al absurdo.
Porque, reconociendo el derecho personal a la objeción de conciencia, este debe decaer cuando se ejerce un servicio público o públicamente regulado. Si yo soy médico y no quiero practicar abortos legales, puedo dedicarme a la medicina interna o a la hostelería, pero no copar las plazas de ginecología impidiendo un derecho de los usuarios.
¿Permitiríamos que un testigo de jehová, que objetan contra la transfusión sanguínea, impusiese su criterio moral en un quirófano?
Rafa Castillo.

miércoles, 1 de julio de 2015

Los referéndums los carga el diablo.

Ya fue un debate cuando se restauró la democracia en España. No en vano la Ley del Referéndum Nacional era una de las seis Leyes Fundamentales (pseudoconstitución) del Movimiento Nacional. Y que recuerde Franco la utilizó dos veces, con un éxito tan sonado que en España había más franquistas que habitantes. Pero es indudable que, descontando el probable pucherazo, una amplísima mayoría de ciudadanos participaba y votaba a favor.
La institución del referéndum se dota siempre de un indudable carácter plebiscitario, y por tanto maniqueo. Buenos y malos, o conmigo o contra mí. Por eso es habitual que las dictaduras y los populismos intermedios entre dictadura y democracia los utilicen. El ciudadano vota normalmente no con la cabeza sino con el corazón, movido por emociones y no por la razón.
Ello no quiere decir que no tenga madurez para votar. Nada más lejos de mi voluntad que poner en duda la democracia y todos sus instrumentos. Pero el mundo de hoy es muy complejo y es difícil encontrar problemas cuya solución sea tan fácil como un sí o un no. E igual que me asustan los políticos predecibles como Rajoy, aquellos que ya saben la solución antes de que se plantee el problema, y prefiero a los que piensan, reflexionan, consultan y luego resuelven, tampoco me considero capacitado, y como yo la mayoría de ciudadanos, para saber siempre que es lo mejor.
Yo creo que las democracias occidentales, totalmente perfectibles y necesitadas de regeneración, nos dan, sin embargo, la mejor solución. Cuando votamos a un partido político votamos por un sentimiento que representa, pero también a una trayectoria, una historia, un ideario, un programa y unas propuestas. Y a unas personas visibles en las que depositamos nuestra confianza en que actúen en nuestro nombre siguiendo aquellos condicionantes. Puede fallar, pero es corregible. Por eso las elecciones son periódicas.
Y es que además la política hace extraños compañeros de cama, o, dicho de otro modo, hace a extraños, compañeros de cama. La situación que vivimos trae en parte su origen en el Referéndum en Francia sobre el proyecto de Constitución Europea. Y en aquel Referéndum votaron el contra tantos los ultranacionalistas de Le Pen, que no querían Europa, como elementos de la izquierda que querían más Europa. Y al final, no hubo Europa. No cabe duda que un debate y negociación en la Asamblea Nacional Francesa hubiese propiciado un acuerdo entre los partidarios de la Constitución y los de mayor integración.
Y ahora tenemos el Referéndum griego. Y, reconociendo que los griegos tienen el mismo derecho que tuvieron los franceses a decidir su futuro, me asusta ver en el mismo bando de Syriza a los fascistas de Amanecer Dorado. Otra vez un extraño en mi cama. Y luego hay que ver como se gestiona con ellos ese resultado.
Ocurre además que Grecia, como antes Francia, no lo olvidemos, va a decidir en su Referéndum el futuro de todos. Como pretende hacerlo también Cameron en el reino Unido.
Entonces, después de ver la troica, las instituciones, los bancos, algunos gobiernos egoístas y pueblos que deciden unilateralmente el destino de todos, mi pregunta es: ¿Alguien sabe donde está el Parlamento Europeo? ¿Y por qué no un Referéndum de todos los ciudadanos europeos en circunscripción única sin territorializar los resultados sobre la Europa que queremos construir?
Y por supuesto. En el Referéndum griego votaré (si pudiese) NO.
Rafa Castillo.

miércoles, 17 de junio de 2015

la dimisión de Zapata

Por contar unos chistes negros de mal gusto través de twitter, presentó su dimisión, antes de las 48 horas de mandato, el concejal de cultura del ayuntamiento de Madrid, Guillermo Zapata. Y está bien. E hizo bien. Si se quiere establecer un nivel alto en la ética y la estética en política, hay que empezar por la coherencia. Ojalá este sea el listón por el que se midan todos. Que no será. Y ojalá, quienes más exigentes fueron, apliquen, en si mismos y en los suyos, el mismo baremo. Que no lo harán.
Y claro, el mal gusto no es causa de dimisión, pero está bien dimitir por un chiste negro. Lástima que no se dimita por una tarjeta negra, por dinero negro o por financiación en negro. Hasta en el racismo hay tonos y matices.
Pero yo me quiero hacer una pregunta a mi mismo. Y quiero que todos se la hagan. Más que nada por aquello de quien tiene que tirar la primera piedra. No vaya a ser que entre todos estemos apedreando a Zapata, tal vez no sin motivos, pero si injustamente.
No soy racista, xenófobo, sexista, homófobo ni partidario de ningún tipo de diferenciación. Pero, ¿quién de nosotros, y yo el primero, no se rio (o contó) con chistes de negros, judíos, gitanos, maricones (o mariquitas), machistas… ¿Quién no rio con los chistes de gangosos de Arévalo? Es más, quien de niño no se rio alguna vez de un (no de un chiste) discapacitado, físico o psíquico? La ventaja que tuvimos muchos es que entonces no había twitter.
Zapata dimitió, para algunos suficiente, para otros no. Para mi, de forma elegante. Nos evitó la escena tan habitual de pido perdón, hice mal… pero tú más. Y como no lo hizo, sin compartir su militancia, lo voy a hacer yo por él.
Capón, alcalde de Baralla dijo que los condenados en el franquismo, algo harían. Y no dimitió. Porque supongo que era un chiste. Si no, sería peor.
Rajoy dijo cuando el Prestige, son hilillos de plastelina. Y no dimitió. Porque supongo que era un chiste. Si no, sería peor.
Trillo dijo que veía las playas de Galicia, cuando el Prestige, explendorosas. Y no dimitió. Porque supongo que era un chiste. Si no, sería peor.
Andrea Fabra berreó en el Congreso (sobre los parados) aquel “que se jodan. Y no dimitió. Porque supongo que era un chiste. Si no, sería peor.
Pablo Casado dijo “Los de izquierdas son unos carcas, todo el día con la fosa de no sé quién”. Y no dimitió. Porque supongo que era un chiste. Si no, sería peor.
Esperanza Aguirre dijo que había que retiran los pobres de la calle porque son mala imagen para el turismo. Y no dimitió. Porque supongo que era un chiste. Si no, sería peor.
Rajoy dijo: Europa no nos pone condiciones, soy yo quien se las pongo a ellos. Y se fue al fútbol. Y no dimitió. Porque supongo que era un chiste. Si no, sería peor.
Rafael Hernando dijo que algunos se han acordado de su padre, parece ser, cuando había subvenciones para encontrarle. Y no dimitió. Porque supongo que era un chiste. Si no, sería peor.
Rajoy dijo que no sabía si las cuchillas de las vallas de Melilla podían hacer daño a los inmigrantes. Y no dimitió. Porque supongo que era un chiste. Si no, sería peor.
Marta Casado García dijo "¿Y tú? ¡Casada con un negro! ¡No sé qué es peor! A veces habla quien más tiene que callar”. Y no dimitió. Porque supongo que era un chiste. Si no, sería peor.
Rajoy dijo: Se fuerte, Luis (Bárcenas). Mañana te llamo. Y no dimitió. Porque supongo que era un chiste. Si no, sería peor.
Teófila Martínez dijo aquello de “piden ayudas para comer y resulta que tienen cuentas en twitter, y eso, que yo sepa, cuesta dinero”. Y no dimitió. Porque supongo que era un chiste. Si no, sería peor.
Montoro dijo: tantas cosas… Y no dimitió. Porque supongo que era un chiste. Si no, sería peor.
El alcalde anterior de Badalona dijo que iba a limpiar la ciudad (de inmigrantes). Y no dimitió. Porque supongo que era un chiste. Si no, sería peor.
Rajoy dijo, en España ya nadie habla del paro. Y no dimitió. Porque supongo que era un chiste. Si no, sería peor.
Alguien dijo: Ay de vosotros, fariseos hipócritas, que veis la paja en el ojo ajeno, pero no veis la viga en el vuestro. Y nadie del PP (que se declaran sus seguidores y defensores) dimitió. Seguro que pensaron que era un chiste.
Rafa Castillo.

viernes, 12 de junio de 2015

Fusionar ayuntamientos?

Ayer estuve en Santiago en unas jornadas sobre sostenibilidad financiera y reforma de las entidades locales. El primer ponente, catedrático de derecho administrativo en la Universidad de Valladolid, afirmó que no estaba de acuerdo con que los ayuntamientos tuviesen servicios diferentes según tramos de población, si no que todos los ciudadanos deberían de tener los mismos. Y claro. Nada que objetar.
Lo malo que esa afirmación la usaba como coartada para defender su tesis. La conveniencia de agrupar ayuntamientos para que así todos viviésemos en grandes ayuntamientos y por tanto tuviésemos todos los servicios. Y como eso es difícil de lograr voluntariamente, debe de ser impuesto por el legislador. Afirmaba que los vecinos se oponían por razones sentimentales y contestaba, entre risas, que la fusión de ayuntamientos no implicaba necesariamente el traslado de los cementerios. Concluía que no se puede perder la racionalidad por el sentimentalismo.
Me quedé con ganas de contestarle, pero no tuve ocasión. Por eso lo haré aquí. No son motivos sentimentales los que hacen que los vecinos de los pequeños ayuntamientos se opongan a su fusión o absorción. Son motivos racionales. Muy racionales.
En principio no veo grandes ventajas a la fusión. A ver. Aunque fusionasen A Pobra do Brollón con Madrid, efectivamente, en mi ayuntamiento (fusionado) tendríamos en Museo del Pardo, pero seguiría a 500Km. de mi casa. O si la unión fuese con Monforte de Lemos, tendríamos piscina municipal, pero seguiría a 15Km. Ni uno menos.
Se abaratarían los servicios? No creo. Recoger la basura exigiría los mismos recorridos y por tanto el mismo gasto. Harían falta los mismos puntos de luz, y no habría forma de reducir, ni por economías de escala, los quilómetros del servicio de agua. El único ahorro sería en sueldos de corporativos. Pongamos que unos 20€ por habitante, de media.
Pero lo que los vecinos saben es que tras el cierre del ayuntamiento vendría el cierre del colegio. Y los alumnos tendrían que hacer cada día, entre ida y vuelta, 30Km. más hasta Monforte. Y media hora más. Y el cierre del centro de salud. Otros 30km. por visita. Unas 6 de media al año? 180Km. más o menos. 36€. Ya salimos perdiendo.
Y lo que no saben los teóricos de la eficiencia, porque desconocen la realidad social de los pueblos, pero si lo saben bien los vecinos, es que en poco tiempo cerrarían los nueve establecimientos de hostelería del municipio, las dos farmacias, los dos estancos, los tres supermercados, las dos mercerías, la comercial agrícola, el bazar de material eléctrico, las cuatro sucursales bancarias, la gestoría y la oficina de representación de orquestas.
Se puede estimar que de los 1.800 habitantes del ayuntamiento unos 200 se irían a vivir a Monforte. Para los 1.600 restantes, comprar tabaco o medicinas, hacer una gestión bancaria o tomar una cerveza con los amigos tendrá un coste adicional de seis euros cada vez. Pura economía. Porque no viven aquí porque quieren. Sus casas no son segundas viviendas de adinerados de la capital que buscan fines de semana bucólicos. Aquí tienen sus casas, sus tierras, su pequeña explotación agraria. Su vida.
Y para los que se tengan que ir, las cosas no serán más fáciles. Tendrán que alquilar un piso en Monforte (donde aumentarán los precios de alquiler ante la demanda de todos los que vayan de los ayuntamientos vecinos), pero mantendrán su casa en el pueblo por la que seguirán pagando la contribución y servicios como el de recogida de basuras. Y la energía eléctrica.
Pero es que además, en Galicia, esto tiene un “valor añadido”. En A Pobra, por ejemplo existe un pueblo que se llama Biduedo, en la parroquia de Óutara. Dos casas habitadas y cuatro habitantes en total. A mitad de camino entre A Pobra y O Incio. Es una de las 108 entidades singulares de población que componen el municipio. Seguramente el alcalde y todos los concejales saben donde está. Y lo conocen y saben sus carencias.
Cuando ocho ayuntamientos próximos se integren en Monforte, este macromunicipio podrá tener más de 1.000 entidades de población. Y, por superdotados que sean, ningún concejal de Monforte conocerá los pueblos del ayuntamiento ni sus problemas. Cuando uno de los cuatro habitantes de Biduedo vaya al ayuntamiento a interesarse por el camino de acceso a su casa, tendrá que llevar un mapa para explicar donde está. Esto también lo ven los vecinos, y tampoco es sentimentalismo.
Al final, y esto deberían de saberlo los urbanitas, los pequeños ayuntamientos no son un derroche. Son una necesidad. Y el gasto que supone solventarla se llama solidaridad.
Palabra que desconocen los teóricos de la eficiencia.
Rafa Castillo.

jueves, 21 de mayo de 2015

Mariano Polifemo

Según la Odisea de Homero, Ulises era el hombre más astuto del mundo, capaz de engañar a los mismos dioses. Uno de sus engaños más conocidos fue el famoso Caballo de Troya que le permitió entrar clandestinamente en la ciudad y derrotarla.
En su regreso a Ítaca, Ulises y sus compañeros llegan a la isla de los cíclopes donde son capturados por Polifemo, hijo de Poseidón. Cuando este le pregunta su nombre, Ulises le dice que se llama Nadie.
Para escapar de su prisión, Odiseo emborracha al cíclope y consigue cegar su único ojo. Así logran salir de la cueva ocultos bajo las ovejas cuando Polifemo las sacó a pastorear. Al darse cuenta del engaño Polifemo pide ayuda a sus vecinos. Cuando estos le preguntan quien fue el que lo cegó y engañó, el cíclope contesta, Nadie me hirió y me engañó, por lo que los otros le responden: si nadie te hirió ni te engañó, ¿para qué pides ayuda?
Mariano Rajoy dice: En España ya Nadie habla del paro.
Rafa Castillo.

domingo, 10 de mayo de 2015

¿Un país ingobernable?

El tacticismo electoral que practican tanto los viejos como los nuevos partidos, que tras unas elecciones actúan en función de las siguientes, y la fragmentación del nuevo mapa político, amenazan con hacer ingobernables los ayuntamientos y comunidades del país, teniendo en cuenta el calendario electoral.
Lo que está ocurriendo en Andalucía es muy sintomático. Cuando Ciudadanos de Andalucía ya anunciaba su abstención en la segunda votación, llegó Albert Rivera y mando a parar. Decantarse antes del 24-M sería descubrir las cartas y posiblemente frenar su vertiginoso ascenso electoral. Y el pretexto fue dar una nueva vuelta de tuerca y pedir lo imposible. Imposible porque primero, nadie puede privar a Chaves o Griñán de su acta de diputado o senador porque es personal. El partido solo puede decidir no presentarlos en las próximas elecciones, pero no hacerlos dimitir.
Claro que se podría expulsarlos del partido y que pasen al grupo mixto. Pero si analizamos el tema fríamente, lejos de la actual vorágine, tendremos que concluir que, comparativa y objetivamente su nivel de imputación es aún débil. El instructor aún no se ha pronunciado después de sus declaraciones. Y sería prudente esperar ese pronunciamiento antes de tomar una medida definitiva. Y sin que esto suponga poner ni una uña en el fuego por ninguno de ellos. Claro que también podríamos fusilarlos al amanecer.
Pero, la derivada a futuros es el objeto de este análisis. ¿Mantendrá Ciudadanos su nivel de exigencia después del 24-M o la relajará? Porque, con los resultados que apuntan las encuestas electorales, la situación puede ser kafkiana. Por ejemplo, en Madrid y Valencia, capital y comunidad autónoma, se prevé una mayoría insuficiente del PP que solo se podría completar con el apoyo de Ciudadanos. La alternativa de que hubiese un gobierno alternativo se antoja inviable por su complejidad, el amplio espectro ideológico que implica y las tensas relaciones entre Ciudadanos y Podemos.
En estas circunstancias, y ante las elecciones generales de noviembre y las catalanas de septiembre, ¿permitirá Ciudadanos un gobierno del PP? ¿Exigirá, por ejemplo, la renuncia de Rita Barberá o de Esperanza Aguirre que a la sazón serán recientemente refrendadas, y, nos guste o no, políticamente legitimadas por las urnas?
¿Cuál es el punto de inflexión de la coherencia?
Rafa Castillo.

lunes, 23 de marzo de 2015

Análisis electoral.


Las elecciones andaluzas de este domingo dejan unos resultados que, sin ser extrapolables a nivel estatal, nos permiten avanzar por donde van las tendencias.
Sin duda la primera conclusión es que el PSOE ganó las elecciones superando las previsiones más optimistas de las encuestas. Este resultado, además de legitimar a Susana Díaz para gobernar en solitario, mantiene vivas las esperanzas socialistas de obtener un buen resultado en autonómicas y municipales, y de ser la primera fuerza en las generales.
La segunda es la derrota sin paliativos del PP. Derrota no achacable tanto al voluntarista y desconocido candidato, como a Rajoy y su gobierno que pasaron más tiempo en los mítines que en sus despachos. El partido popular ha roto su suelo electoral y este resultado puede ser un primer paso en una posible debacle a lo largo del año. Es difícil que pueda ganar las elecciones quien es irrelevante en comunidades tan importantes como Andalucía, Catalunya y Euskadi.
Luego está el caso de Podemos. No cabe duda de que irrumpen en el Parlamento Andaluz con fuerza. Pero no tanta como le daban las encuestas. Esto puede confirmar lo que muchos estudios de opinión apuntan en el sentido que han alcanzado su techo y comienzan a bajar lentamente sus expectativas. Además no han logrado uno de sus principales objetivos. Ocupar la posición de un PSOE hundido. Lo reconocía implícitamente ayer la candidata de Podemos con una media verdad, que suele ser mentira doble. Hemos logrado que PSOE y PP pierdan en conjunto 17 escaños. Cierto y falso. El PP perdió los 17. Los socialistas ninguno.
Quien si parece que viene para quedarse es Ciudadanos. Por primera vez la derecha sociológica del país encuentra una alternativa seria al PP. Un partido, tan de derechas como los populares, pero sin el pecado original del franquismo. Un partido sin caspa que puede convertirse en una nueva UCD que modere el extremismo del partido de Aznar y Rajoy. Atentos.
Queda finalmente la derrota sin paliativos de IU, auténtica víctima de la irrupción de Podemos. Quien debía ser el destinatario natural de los socialistas desencantados y establecer así un nuevo equilibrio en la izquierda española, se vio superado sin casi darse cuenta por un nuevo corredor con quien nadie contaba hace un año.
Y hablando de equilibrios. Con independencia de la autodefinición de cada partido (ni rojos ni azules, ni derecha ni izquierda) quienes votaron con pensamiento y sentimiento de izquierda incrementaron en ocho escaños su diferencia con quienes lo hicieron con ánimo de votar derecha, elevando esta a 27 diputados (68 a 41).
Veremos.
Rafa Castillo.

sábado, 21 de marzo de 2015

La ONG del PP

La verdad es que esta gente tiene la capacidad de centrar en enfoque de cualquier tema exactamente donde quieren y hacernos olvidar, a los demás, las cuestiones relevantes. Y mientras debatimos si son galgos o podencos, estos reyes del eufemismo nos la van colando doblada.
En paralelo al informe que tarde, mal y arrastras (por imperativo legal) elaboró la Agencia Tributaria para el juez Ruz, alguien del gobierno/partido (como me recuerda esto al Movimiento Nacional) elaboraba un contra informe en el que se comparaba al Partido Popular con una ONG al nivel de Cáritas o la Cruz Roja.
Y embarullan preguntándose si una ONG tiene que pagar impuestos por una donación ilegal recibida en vez de dedicar el dinero a su obra social. Y como la respuesta es no, nosotros tampoco. Claro. ¿Dónde está la falacia? En el concepto de donación ilegal. Porque una donación puede ser ilegal en su origen o en su destino.
Pongamos un ejemplo. Una empresa hace una donación de dinero negro a una ONG. Pero esta no tiene porqué conocer el origen del dinero. Es este el que es ilegal. Pero para la ONG es un dinero más que llega, que contabiliza y destina a sus fines. Nada que objetar a su comportamiento.
En el caso del PP, la situación es inversa. Puede incluso que alguien le haga una donación de dinero legal o legítimamente ganado. Es el partido quien lo ilegaliza al no contabilizarlo, incluirlo en la caja B y destinarlo para pagar en negro, por ejemplo, las obras de su sede. Es la ilegalidad en el destino.
Aparte de que las ONGs no tienen limitaciones, ni cualitativas ni cuantitativas, en su capacidad de recibir donaciones. Los partidos sí. Una cuantía máxima por donante o no recibir donaciones de quien contrata con la administración. Y también la obligación legal ¡y moral! De ser ejemplares en el manejo del dinero.
Y además, si tanto una ONG como un partido reciben un dinero cuyo origen ilegal conoce, ¿no tienen la obligación de denunciarlo?
Rafa Castillo.

domingo, 8 de marzo de 2015

¿No será un tal Judas el que le enseñó a besar?

El partido popular se ha visto obligado a cambiar su candidato a la presidencia de la comunidad de Madrid. No podía competir, en efecto, teniendo como candidato a Ignacio González con personas de la talla de Ángel Gabilondo de PSOE o Luis García Montero de IU. No cabe duda de que por primera vez el PSOE ha hecho cambiar el paso a todos.
Pero la jugada del PP nos permite analizar la miseria humana en toda su crudeza. Ignacio González era la mano derecha de la lideresa y quien portaba su estandarte durante su corto período de ausencia de la arena política. El tándem que ambos formaban permitiría a Aguirre controlar la agrupación más importante del partido y mantener el pulso con Rajoy, y la esperanza de substituirle tras un eventual batacazo electoral.
Pero, igual que en el ajedrez, los peones están para ser sacrificados. A Rajoy le convenía la Espe como candidata. Si pierde, desaparece. Si gana, ganamos todos. Pero el tándem completo era muy fuerte y por eso no iba a permitirlo. Y el ultimátum fue: tú sí, pero sola.
Hagamos un poco de política ficción. Desde el PP nacional se promueve la caída de Ignacio González reviviendo el caso del ático. Él se defiende como gato panza arriba y busca apoyos en el partido de Madrid. Y logra un pronunciamiento de la cúpula encabezado por los vicepresidentes. Pero ella no está. Ella no firma. Es entonces cuando Rajoy la llama y le anuncia que va a designarla. O cuando Ignacio le dice que tira la toalla.
Y es entonces cuando lo besa. “Ignacio González tiene todo mi apoyo para ser candidato”. Igual que cuando el presidente de un equipo de fútbol confirma que no tiene pensado cambiar de entrenador. Garantiza que ya no estará en el siguiente encuentro.
Como diría Sabina, “lo nuestro duró…”
Rafa Castillo.

lunes, 2 de marzo de 2015

Será el cambio?

Puede ser que finalmente la izquierda en España empiece a entender la realidad. Que se vayan dando cuenta de lo que la sociedad les quería decir el 15-M. que se habían desviado de su camino y de que así no íbamos a ningún sitio.
Los partidos, para su vergüenza también los de izquierda, se habían convertido en sindicatos de intereses. Pero no para velar por los intereses generales, ni siquiera los intereses de clase. Estos eran solo el pretexto para perpetuarse en el poder. El poder, que tenía que ser el medio para transformar la sociedad, se convirtió en un fin en si mismo. Para mantener mi poder, miro la encuesta y actúo en consecuencia.
Y al igual que a veces los árboles no nos dejan ver el bosque, la encuesta tapa la calle, la sociedad. Y el poder olvidó que tras los números había personas, y tras las estadísticas, problemas. Y en este juego de sombras, el poder político no era más que la marioneta del Poder.
Y para mantener su propio status quo, y justificar su eterna permanencia, las familias de los partidos vestían de democracia interna, primarias incluidas, el proceso de su endogámica reencarnación en la poltrona. El sistema aparenta democracia, pero ser candidato sin parroquia propia, era imposible. Y así siempre los candidatos eran los que tenían el respaldo de la nomenclatura.
Pero estas semanas, primero el PSOE cuya candidatura en Madrid era un claro ejemplo de lo expuesto, como IU que sufrió el efecto contrario al triunfar una candidatura populista, han dado un golpe de mano que, si se puede achacar de no ortodoxo en las formas, no deja de ser esperanzador en sus efectos.
Ambas formaciones presentan a la presidencia de la comunidad madrileña unos candidatos que no son hijos de las tradicionales familias ni de compadreos entre estas. Y que resultan, además, interesantes. Y abren la esperanza de un nuevo discurso de mayor altura que el consabido “y tú más”.
En el PSOE, Ángel Gabilondo, exministro y filósofo, es, según propia definición, independiente pero no indiferente. Sin militancia partidaria estoy seguro que es de militancia socialista. Su hermano Iñaki dice de él que ha sido valiente dando este paso. Pero tengo que reconocer que Pedro Sánchez también me ha sorprendido con su valentía y audacia. Un independiente de la talla de Ángel puede proporcionar el 24 de mayo una importante cantidad de votos. Pero a partir del 25 puede convertirse en un problema si la voluntad de regeneración del partido no es sincera. El candidato, gane o no, será una conciencia crítica molesta. Y experiencias ha habido.
Lo mismo puede predicarse del candidato de IU, García Montero. Milita en la formación pero sin dependencia de ninguna de las corrientes de la misma. Podría considerarse un independiente sin carnet. Al fin, como Gabilondo, alguien que va a valorar más su autoritas que la permanencia en el cargo.
Atentos a la campaña.
Rafa Castillo.

sábado, 7 de febrero de 2015

Hay alguien que pueda darnos una esperanza?

Aquí, está visto que no se salva nadie. Todos son tuertos. Tienen un ojo de gavilán para ver lo que hacen los demás, pero ni se enteran de lo que pasa a su lado. Y como ya hemos hablado largo y tendido de PP, el PSOE, CiU, IU, PNV y demás que tocaron poder, hoy les toca, aunque a algunos no les guste, a Podemos. Al fin, como decía la otra, ya están en el candelabro.
Seguramente son pequeñas cosas y más si lo comparamos con muchos casos conocidos cuyas cifras en millones son de vértigo. Pero dice el refrán que en el comer y el rascar todo es empezar. Y si quien sin tener poder va cometiendo sus pecadillos, que nos garantiza que no lo harán cuando lo tengan?
Pero lo peor es que lo de los herederos de los indignados resulta, por serlo, más indignante. Si quien ofrece solo regeneración política, sin otra cosa, sin mojarse en programas concretos, ocultando incluso sus siglas en los ayuntamientos, empieza con actuaciones como las tres o cuatro que van saliendo, que podemos esperar? Lo del ojo y la paja. Para darnos caña y moralina y verlos luego imputados, ya estábamos hasta las náuseas de los del PP, como Granados, por ejemplo.
Bueno, y lo del PP, como siempre, de traca. Cuando a la Vice se le preguntaba por los escándalos múltiples que salpican a los Populares, justificaba su silencio diciendo que desde la mesa del Consejo de Ministros no hablaba de los partidos. Ahora, con Podemos, la “Cospe” se ha vuelto dicharachera y se pregunta cómo estarían los servicios del bienestar si todos hiciésemos lo que Monedero? Pues mira, chica. Exactamente igual que si todos cobrásemos en “B”, hiciésemos nuestra vivienda como vosotros vuestras sedes o gastásemos con tarjetas Black.
Y gobernando el PP, mal, por supuesto.
Rafa Castillo.

sábado, 31 de enero de 2015

y la gota cayó... pero no había sitio en el vaso.

Hace días, semanas, ni siquiera vale la pena comprobar cuantas, escribí en mi blog sobre la gota que me colmaba el vaso. Decía que solo quedaba una para rebosarlo. Era una llamada desesperada para que no ocurriese. O para que alguien me convenciese para no actuar. Pero no. Inexorablemente me llevaron y me condujeron a la situación fatal.
Voy a ser, compañero Pedro Sánchez, totalmente coherente contigo. Y si fuese cierto que tú, secretario general de mi partido, aceptas la prisión permanente revisable para “salvar” el pacto antiterrorista con la restricción mental (puto eufemismo) de que cuando puedas la vas a eliminar, yo voy a solicitar y exigir, con la misma coherencia, no mi baja en mi militancia en el PSOE, si no la suspensión de la misma, justo hasta el día en que el partido anule esa prisión revisable.
Espero que cuando recibas mi comunicación no la consideres una renuncia de militancia. Estoy de acuerdo contigo en que no debe existir esa prisión permanente revisable. Solo que, como yo no tengo necesidad de mostrarme adepto a la guerra antiterrorista del gobierno fascista, voy a mantener, por mi y por ti, nuestra esencial postura contra ese planteamiento en espera de que cuando nos liberemos del complejo existencial al que nos somete la derecha, tu y yo coincidamos de nuevo en la defensa de nuestros valores.
Si no fuese así, lo que más me jodería es que prostituyendo el más noble pensamiento socialista me robases la opción de votar las siglas que más se acercan a mi pensamiento.
Desde la más íntima esperanza de quien se siente expulsado de su casa pero mantiene el sueño del feliz regreso…
Rafa.

lunes, 12 de enero de 2015

¿Libertad de movimientos?

Desde el abominable crimen del extremismo yihaidista contra la revista satírica francesa, la derecha extrema europea, Sarkozi, Le Pen o Rajoy y su ministro Jorge Fernández, proponen defender nuestras libertades recortándolas. ¿Será que si sin más pequeñas son más fáciles de defender?
Y efectivamente, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, dichoso río, la propuesta que acarician es la que ya tímidamente manifestaban y claramente deseaban. Meter mano en el tratado de Schengen y recortar, limitar o dificultar la libertad de movimientos. De las personas, claro.
Pero vamos a comprarles por un momento la idea y suponer que efectivamente la medida garantiza ¿? La seguridad y evita otros 19 muertos, en varios años y en toda Europa, a manos del terrorismo internacional. ¿Dije 19? Coincidencia. La misma cantidad en la que se cifran los fallecidos a diario, solo en España, por falta de medicación contra la hepatitis C. Habría que sumar otras enfermedades para las que no hay medicación por falta de interés especulativo de las empresas (enfermedades raras), hambre, suicidio y los miles de muertos vivientes por una crisis que no causaron pero padecen.
Y digo que les compramos la idea de que limitar y controlar los movimientos de las personas reduce el riesgo de fallecer en un atentado. ¿Y por qué no limitar y controlar los movimientos especulativos de los capitales que tantas muertes provocan? Si les parece bien violentar la privacidad de conversaciones en la red o correos, ¿por qué no hacer lo mismo con las transacciones telemáticas de capitales? Si vamos a hacer una lista de los viajes a Siria, ¿por qué no hacerlo con los turistas a Suiza, Luxemburgo o Andorra?
¿O es que este es el Mahoma intocable de nuestros extremistas de derecha?
Rafa Castillo.

jueves, 8 de enero de 2015

También soy Charlie-

Cuando sentí lágrimas de rabia e impotencia al oír las noticias a las dos de la tarde se me vino a la mente una escena de la película de los 60, “la caída del Imperio Romano”. En ella Timónides, consejero del emperador Marco Aurelio, es torturado estoicamente mientras intenta convencer a un líder bárbaro, por su bien, de que acepte la ciudadanía romana.
Y esta extraña asociación de ideas trae causa en que estos días el Presidente de Francia, François Hollande, hacía un discurso de integración y recordaba que el 25% de los ciudadanos franceses son de origen extranjero, criticando la islamofobia y los prejuicios raciales.
Y vosotros mordéis cruelmente la mano que os da de comer, la mano tendida a la paz y la amistad, atentando directamente a los fundamentos de la sociedad que quiere respetaros, a la libertad de expresión. Porque atentar contra el semanario francés 'Charlie Hebdo', es atentar contra la libertad y el respeto que Francia y las sociedades libres os brindan.
Vosotros y vuestros semejantes de todas las Yihads, guerras santas y cruzadas, de todas las intolerancias religiosas nacionales y raciales, todos los mártires y asesinos en nombre de supuestos valores superiores, no sois los santos representantes de ningún dios. Sois los proxenetas de las religiones, los pederastas de las ideas, los asesinos de los valores.
Decís luchar por Dios, por Yavhe o por Alá, pero simplemente tomáis su nombre en vano para imponer desde el poder o desde la muerte vuestro propio pensamiento mezquino. Pensamiento corto y pacato de quien es incapaz de reflexionar y lo fía todo a consignas simples que sirven para justificar vidas tan vacías como inútiles.
¿Dónde queda el amor, la compasión y la misericordia predicadas por los fundadores de las religiones bajo las que os escudáis? Si algún dios existe vosotros sois, y no los ateos o infieles, sus mayores enemigos. Y si algún dios apoya vuestra actuación, maldigo a ese dios. Y con el mismo valor y temor con el que los humoristas de 'Charlie Hebdo' trabajaban en la crítica libre de políticas, religiones y sociedades, manifiesto mi repulsa a vuestra actuación y a cualquier ente que los justifique y pongo delante de vuestra cobardía mi nuca indefensa.
En 'Charlie Hebdo' nadie ridiculizó ni caricaturizó a Alá o su profeta. Sois vosotros quienes lo hacéis.
Rafa Castillo.