lunes, 8 de febrero de 2021

Besteiro vs...

 

En Galicia dos veces el BNG le hizo el sorppaso al PS de G-PSOE en unas elecciones autonómicas. Y casualmente en ambos casos, 1997 y 2020, los dos candidatos se apellidaban Caballero. Abel y Gonzalo. Tío y sobrino. Y ambos alcanzaron el record de obtener los peores resultados de la serie histórica.

Los conocí a los dos. Además de una visita de Abel a Monforte, mi primer contacto con él, sin hablar personalmente, fue en el congreso del PSG en A Coruña, al que asistí como invitado, y en que Caballero, mano derecha de Paco Vázquez, se autoproclamó candidato a Presidente de la Xunta. Poco después fui elegido coordinador comarcal del partido en la comarca de Lemos, y como tal participé en la campaña electoral.

Además de abroncar a la ejecutiva local porque no había puesta cartelería suficiente, recuerdo un par de anécdotas que lo definen. Había en aquel momento un debate amplio sobre si la sempiterna llegada del AVE a Galicia sería por Monforte o por Ourense. Antes de una rueda de prensa preguntó si la prensa de Monforte se leía en Ourense para ver así si hablaba o no del ferrocarril.

Días después se celebró un acto en Quiroga tras el que tuvimos una cena con militantes y simpatizantes. Yo estaba sentado a su lado. Después de la cena un compañero que se iba a marchar se acercó a él y le dijo: “cuando gobiernes tienes que acabar con la parcialidad de la TVG manipulada por el PP”. Abel, entre risas contestó: “estos son unos simples aprendices. Cuando yo gobierne van a saber lo que es manipular la TVG”. Y yo pensaba, “esto” es lo que tengo que votar?

Después de su gloriosa derrota electoral, se celebraron en Galicia elecciones primarias a la secretaría general del partido. Competían por el puesto Touriño, Cortizo, Caballero y Ceferino, a quien yo apoyaba, aunque acabamos todo su grupo apoyando a Touriño. Lógicamente, y pese a mi inclinación, en la comarca invitamos a los cuatro a hablar ante la militancia en un salón de actos facilitado por la UGT. Caballero, con su habitual cinismo dijo que lo de las primarias lo había “inventado” él en el partido, al ofrecerse como candidato en el Congreso de A Coruña, y no presentarse nadie más. Sin palabras.

Siempre fui crítico dentro del partido. Y seguramente eso ayudó a que nunca llegase a ningún “carguiño”. Apoyé a Borrell frente a Almunia, y en Galicia a Ceferino Díaz. Con él participé en varias reuniones lo que me llevó a conocer a varios compañeros destacados como Enrique Curiel, Miguel Barros, Sineiro, Bugallo y Rodríguez Pardo entre otros. En un Comité Nacional, al que asistía como invitado, presencié una intervención de Gonzalo Caballero que me gustó.

Tiempo después, fallecido Ceferino, fui invitado varias veces a reuniones en Santiago de gente crítica. Allí, además de compañeros que jugaban con dos barajas, estaba Gonzalo. Y de esas reuniones surgió su liderazgo. Y yo lo apoyé sin reservas. Me parecía muy diferente a su tío. Pero, como muchas veces, me equivoqué.

Porque Gonzalo, que empezó generando ilusión en muchos de los que veíamos en él un cambio y el fin de algunas políticas sectarias de ejecutivas anteriores, acabó “superando” todas las expectativas y tuvo una actuación que en efecto superó en sectarismo a las anteriores. El mejor ejemplo es lo ocurrido en las candidaturas al Congreso y al Senado de Lugo en las fallidas elecciones de 2019.

También su labor como principal partido de la oposición hasta las últimas autonómicas pasó con más pena que gloria. Hasta el punto que pese al desplome de En Marea (perdió 14 diputados) se estancó en los diputados obtenidos dando lugar al segundo sorpasso, mayor que el sufrido en la época de su tío.

Y desde entonces, nada que destacar. Discurso de tarifa plana sin repercusión en los medios y el parlamento. Eso sí, muy difundido en las redes sociales y órganos de comunicación del partido con un exacerbado autobombo. En fin una trayectoria con mucha más pena que gloria.

Pero lo que para mí colmó el vaso, lo que me parece… (dejémoslo en impresentable) son sus declaraciones al conocerse el archivo del llamado caso Garañón, en el que estaban imputados José Clemente López Orozco y José Ramón Gómez Besteiro. Lejos de hacer lo que hicieron otros líderes y la mayoría de militantes, manifestar la satisfacción por la sentencia y reivindicar a los compañeros, Caballero entrehebró en sus declaraciones insinuaciones sobre que Besteiro tiene casos pendientes.

Antes he dicho que siempre fui un militante crítico. Leal a mis ideas, leal a mi partido, pero crítico siempre. Y como ni tengo nada que perder, ni busco nada (que tampoco me lo dará nadie precisamente por eso), voy a mojarme antes de saber si José Ramón tiene o no decidido presentarse. Mi humilde, pero total, apoyo a la eventual opción de Besteiro a la Secretaría General del PSG y/o a Presidente de la Xunta.

Es de justicia.

Rafa Castillo.