martes, 13 de octubre de 2015

El testamento de Rajoy

Ya desde el año 1996 hasta por lo menos el 2000, José María Aznar y su superministro del milagro económico Rodrigo Rato aludían constantemente a la herencia recibida de Felipe González para justificar los recortes que entonces establecieron.
Toda esta legislatura y aún después de 4 años, Rajoy, Montoro y De Guindos remiten constantemente a la herencia de los gobiernos de Zapatero como causa de la crisis y los recortes. Olvidan, eso sí, que las burbujas inmobiliaria y bancaria fueron originadas en la época de Aznar cuando Álvarez Cascos convirtió todo el país en un solar.
Pero ayer hemos visto al menos una parte de cuál será la herencia que Mariano Rajoy deje a su sucesor. El reiterado incumplimiento del déficit público comprometido que exigirá un nuevo ajuste de unos 10.000 millones de euros. Y a diferencia de los otros legados este ya va incluido en el testamento.
Repasemos. El gobierno prolonga la legislatura para dejar atado al nuevo gobierno con SU presupuesto. Y al final no solo atado sino también con un cabo suelto de la soga para apretar más. Deja hecho el presupuesto, no por interés del país, sino para incluir en él su programa (perdón, no programa, publicidad electoral) con rebajas de impuestos y mejoras para los funcionarios. Y lo deja a sabiendas de que no se puede cumplir. ¿Para qué se hace entonces? Muy fácil. Para que la gente crea que la economía va tan bien que se pueden hacer estos regalos.
Y este gobierno y su partido, que siempre apelan a su responsabilidad, no adoptan la medida que hoy tendrían que adoptar. O modificar el presupuesto en el Senado aplicando las indicaciones de la Comisión Europea, o retirarlo dejando las manos libres al nuevo gobierno para realizar el presupuesto, y en su caso los ajustes, de acuerdo con el mandato electoral que reciba.
¿Por qué no lo hace? Porque este gobierno y su partido sigue considerando (y llamando) estúpidos a los ciudadanos. Aún esta noche desde USA Rajoy decía que no había problema porque su gobierno cumplió siempre los objetivos. Una auténtica mentira. Debería crearse un tipo delictivo para cuando un gobernante miente con tanto descaro.
Y hay que denunciar también aquí la indisimulada injerencia de la Comisión Europea en las elecciones generales. No obligan a hacer nada al gobierno para no interferir, según dicen, pero esto en realidad lo que hace es facilitarle las cosas a su alumno preferido, Mariano Rajoy, para que gane las elecciones. Baste recordar la premura con la que forzaron a Zapatero a adoptar medidas o su actuación en Grecia. ¡Que me cambien esta Europa!
Hagamos ahora un poco de pedagogía electoral. El gobierno vende una rebaja de impuestos (el IRPF). Bien es cierto. Pero, ¿Cómo se aplica? Quien gane de media 1.000€ al mes, tendrá una rebaja de 0,00. Quien gane 2.000, la tendrá de 20€. Quien gane 4.000, ¿la tendrá entonces de 40? No. De 80. El doble del doble. Muy justo.
Y entonces, ¿Qué hacemos? Pues tenemos elecciones y habrá que votar. Y que nadie se engañe. Con diferentes siglas hay dos opciones. Las de siempre, las clásicas, derecha o izquierda.
Optar por la derecha, llámese PP, Ciudadanos, Convergencia… significará más recortes en sanidad, educación o servicios sociales y una subida del IVA de los productos básicos (medicamentos, alimentación…). Optar por la izquierda, PSOE, IU, BNG, ANOVA… debería suponer una reforma fiscal con subida del IRPF a las rentas altas o del IVA a los productos de lujo.
Toca escoger.
Rafa Castillo.

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