viernes, 16 de octubre de 2020

La política del no.

Pongamos cuatro casos. El gobierno Ayuso, en la comunidad con más incidencia de la Covid-19, quiere levantar todas las restricciones. El gobierno catalán, por temor a llegar al nivel de Madrid, cierran toda la hostelería hasta final de mes. En Verín (Ourense) la hostelería decide por si misma cerrar hasta fin de mes. En el resto de comunidades se confinan ciudades por los propios gobiernos autonómicos.

La primera pregunta que surge es si el gobierno madrileño es ya más irresponsable que el catalán. Cuando el gobierno de Catalunya actuó irresponsablemente (proces) el gobierno del Estado tuvo que asumir su tutoría a través del 155. Ahora que el irresponsable es el de Madrid por no adoptar medidas para proteger la salud de sus habitantes y de los del resto de España, el Estado asume su tutoría con el estado de alarma.

Madrid dice que el Estado es injusto con ella y que quiere ahogar su economía. Y no es cierto. Es la irresponsabilidad del gobierno de la comunidad quien realmente pone en riesgo su economía, como la puso en su día la Generalitat con el proces. Todos los organismos internacionales dicen claramente que si no se controla la pandemia, las consecuencias a largo plazo son peores. Que es mejor parar todo por un tiempo a que después pare todo por más tiempo.

Pero quien recibió de “Pecas” el encargo de gestionar sus redes sociales, pone a la comunidad y la salud de sus ciudadanos al servicio de la guerra de su partido contra el gobierno legítimo. Y al servicio de una ideología, la neoliberal, en la que prima exclusivamente la libertad, de mercado por supuesto. Un PP, democristiano como se define, e integrado en el grupo Popular europeo, no dejaría a tanta gente al pairo.

Y esta actitud de bloqueo solo es comparable al que su partido hace con las principales instituciones del Estado.

Porque no es la primera vez que el PP bloquea torticeramente la renovación de las instituciones cuando es oposición en espera de llegar a tener mayoría y renovarlas a su gusto. El Consejo General del Poder Judicial tenía que renovarse en 2006. Esperando a ganar las elecciones del 2008, lo bloqueó hasta ver que había perdido. Y lo mismo pasa ahora desde 2018. Y no. No todos son iguales. El PSOE nunca lo bloqueó.

Las derechas españolas, muchos de cuyos dirigentes no la votaron, parecen reducir la Constitución al artículo de la unidad de España y el 155. Pero no, léanla bien. La Constitución es mucho más larga y también ordena renovar en sus plazos las instituciones. Ser patriota no es envolverse en docenas de banderas y tararear el himno. Ser patriota es cumplir la Constitución en todos sus términos.

Ahora el patriotero Casado, que no cumple la Constitución, va ayudando a España por Europa comparando a nuestro país con Polonia. Olvida que es él quien bloquea las instituciones. Y que la reforma que se pretende se hará por Ley Orgánica aprobada por mayoría absoluta de las Cortes. Y que aprobada el gobierno volverá a proponer el consenso. Y entonces si lo aceptarán.

En fin, el perro del hortelano.

Rafa Castillo.