Cuando en el año 1998 ETA declaró un alto el fuego indefinido, el PP de Aznar y Rajoy utilizó las vísceras (el deseo) en lugar del cerebro (la inteligencia). Antes habían acusado a los gobiernos de Felipe González de mantener contactos, no negociaciones, con ETA. Pero ahora les valía todo. Aceptaron las condiciones de ETA, la banda terrorista pasó a llamarse, en boca de Aznar, Movimiento Vasco de Liberación, decenas de presos fueron acercados a Euskadi sin nada a cambio, y se levantó la prudencia y vigilancia de los terroristas. El PSOE mantuvo su silencio y apoyo al gobierno.
Cuando la ETA rearmada decidió reiniciar los atentados, los cogió fuera de juego y respondieron, de nuevo, con las vísceras. Se acabó cualquier vía de diálogo, negociación o contacto.
Gobernando el PSOE con Zapatero y Rubalcaba, ofrecieron diálogo a la banda, marcando así el terreno de juego. ETA anunció una nueva tregua y el Gobierno Socialista actuó con el cerebro. No dejó de vigilar a ETA, no movió ni un solo preso y mantuvo el diálogo sin ceder nada, pero prolongando el tiempo sin muertes. Y mientras los populares usaron de nuevo sus vísceras, esta vez las gónadas, para evitar que el éxito fuese socialista.
Hoy Israel comienza la liberación de mil palestinos para salvar a uno de sus soldados. Seguramente a las familias judías que perdieron familiares en el largo conflicto de Oriente Medio no les gusta. Y es comprensible. Pero es el gobierno judío quien, usando el cerebro, fija las prioridades. ¿Qué habría hecho Rajoy?
Rafa Castillo.
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