jueves, 20 de octubre de 2011

¡Al fin!


Hoy es un gran día en el que asoma la paz a nuestro país. La paz, no de una guerra, sino del fin de la violencia injustificable. Hoy es el día de recordar más que nunca a las víctimas del terrorismo y brindarles el triunfo del Estado de Derecho sobre la barbarie.
Es el día de agradecer a Francia y los demás países que colaboraron en esta lucha su apoyo incondicional. De agradecer y felicitar a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado por su sacrifico, esfuerzo y éxito. De felicitar a todos los gobiernos democráticos y especialmente a sus Presidentes y Ministros de Interior por esta victoria lograda gracias y con el apoyo de todos. Desde Adolfo Suárez a Zapatero. De Martín Villa a Rubalcaba.
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Es también el día, o tendrá que serlo mañana, de que las víctimas, siguiendo siempre en un lugar de honor en nuestra memoria colectiva, den un paso a un lado y dejen que sea la ciudadanía, a través de sus representantes políticos quien administre esta nueva situación. Y entre la ciudadanía ellos, por supuesto.
No puede haber negociación política. Y no la habrá. En primer lugar porque ni ETA lo pide. Lo que dice en su comunicado es que hace un llamamiento a los Estados español y francés a "abrir un diálogo directo" para resolver "las consecuencias del conflicto" y llegar a "superar la confrontación armada". Y hay que resaltar que se refiere a las consecuencias, no a las causas.
Porque si hubiesen dicho causas, se estarían refiriendo a lo que llaman el problema vasco, su concepto de “democracia” o la opresión de España sobre Euskadi. Pero han dicho consecuencias. Y consecuencias solo hay dos: Presos y huidos de un lado, y muertos y heridos del otro. Tampoco habla de negociación, sino de diálogo directo.
Y es lógico que tarde o temprano se plantee el tema. Del desagravio a las víctimas, de la petición de perdón por el daño causado, de condenas y de reinserción. Porque esta también es una característica de un Estado democrático y moderno. La justicia nunca puede ser venganza.
Pudimos leer hoy en algún medio, y a buen seguro lo seguiremos leyendo, que ETA dejará la violencia por el pacto oculto con el PSOE. Pero quien lo dice lo hace desde la ignorancia o desde la mentira. Seguramente esta segunda tesis sea la acertada.
El actual gobierno entra en funciones en un mes, y dejará sus funciones en uno nuevo dentro de dos. Por lo tanto no gestionará la solución. Lo hará el siguiente, que al menos ellos esperan que será del PP.
Y no puede gestionarlo el actual gobierno porque solo cabrían dos vías teóricas para cumplir el supuesto pacto con los terroristas. Uno sería una amnistía, expresamente prohibida por la Constitución Española.
La otra serían los indultos particulares a cada terrorista. Pero para que alguien pueda ser indultado, es condición sine qua non que haya sido condenado. Y no es previsible que todos sean juzgados por todas sus causas pendientes a tiempo para que “los malévolos socialistas cumplan su parte del trato”.
Rafa Castillo.

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