jueves, 6 de octubre de 2011

Reflexión. 4/12

4/12.- Antecedentes históricos. Edad contemporánea.
En este caldo de cultivo, en la disfunción entre la estructura oficial de poder y la realidad social, tiene lugar la Revolución Francesa, que marca el comienzo de una nueva era.
 
La monarquía deja de ser una realidad incuestionable. La nobleza y el alto clero son considerados personajes inútiles, terratenientes cuyos dominios no siempre están óptimamente explotados. La burguesía asume el protagonismo social pero los proletarios siguen siendo víctimas de la explotación.
Junto a Inglaterra que ya había avanzado su situación política de una manera particular, y los Estados Unidos que son una república democrática desde su fundación, se establece en el continente europeo la primera democracia. Es una democracia imperfecta ya que implanta en su primera etapa un voto censatario que favorecía a los propietarios, mayoritariamente burgueses, frente a los proletarios, consecuencia del mayor peso en la Asamblea de los representantes de la Gironde.
La escasa legitimidad democrática que otorgaba el sistema electoral, el hecho de que el Rey mantuviese la potestad de vetar las decisiones de la Asamblea y de nombrar los ministros, y las medidas de corte liberal que ocasionan subidas de precios en productos básicos y el empobrecimiento de las clases populares, (libertad de precios y de contratación, Ley Le Chapelier que establece la libertad de empresa y prohíbe la libertad de asociación) provocan la segunda revolución impulsada por los Jacobinos y los sans-coulottes que sustituye la Asamblea por la Convención elegida por democracia directa, un hombre un voto (la mujeres no tienen aún voto) dando lugar a la I República Francesa.
Pero aquel régimen democrático fue excesivamente duro con sus enemigos con una represión extrema que hizo que muchos antirrevolucionarios acabasen decapitados por “Madame Guillotine”. El mismo fin tuvo Robespierre, líder jacobino impulsor de esta medida que acabó, él mismo, padeciendo acusado de burgués y de perseguir a líderes de los sans-coulottes. Se establece a continuación un Directorio que sustituye de nuevo el sufragio universal masculino por el censatario y finalmente el Consulado de Napoleón que acaba aboliendo la República y creando el Imperio.
Pero, pese al fin de la República y el Congreso de Viena presidido por Metternich que restablecía en Europa el Antiguo Régimen y en cuyo seno nació la Santa Alianza, (una de cuyas acciones fue la intervención de los 100.000 hijos de San Luis llamados por el rey Fernando VII de España contra el gobierno liberal en 1823 tras el Congreso de Verona), la semilla liberal y revolucionaria se había extendido entre los pueblos.
En un principio burgueses y obreros se aliaron contra el absolutismo y el Antiguo Régimen. En España y otros países hubo intentos de gobiernos liberales (trienio liberal) y en 1830 hubo movimientos revolucionarios en varios países, encabezados por Francia donde se estableció una monarquía constitucional pero que solo aceptó el sufragio de intelectuales y clases acomodadas.
Franz Xaver Winterhalter Napoleon III.jpg
Cuando el nuevo rey Luis Felipe de Orleáns fue haciéndose más autoritario, se produjo una nueva revolución en 1884 estableciéndose nuevamente la República y el sufragio universal. Sin embargo la convivencia entre la burguesía y el proletariado se hacía cada vez más difícil, haciéndose los burgueses más conservadores hasta el punto de llegar a apoyar la sustitución de la República por el II Imperio con Luis Napoleón Bonaparte.
En 1871 tras la derrota contra Prusia, se establece en París la Comuna cuya pretensión era dar lugar en Francia a una república democrática y social. Pero pese a su intento democratizador y de mejora de la vida de sus ciudadanos pronto fue aplastada por el gobierno conservador francés.
Rafa Castillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario