jueves, 3 de marzo de 2011

mono vs bi

           Suelen abogar los del PP porque gobierne la lista más votada aunque no tenga mayoría absoluta y pueda alcanzarla un pacto entre dos partidos. Argumentan que si un ciudadano vota a un partido no es para que le dé los votos a otro. Y tendrían razón si se hiciese un pacto contranatura, pero no si es entre partidos ideológicamente próximos y el pacto previsible. Porque los ciudadanos tampoco votan a un partido de izquierdas para que deje gobernar al PP sin intentar un pacto con el otro partido.
Muchas veces critican a los gobiernos bipartitos, como el que tuvimos en la Xunta de Galicia, diciendo bien que es un desgobierno bien que hay dos gobiernos y en todo caso que falta coordinación.
Es posible que algunas de estas críticas respondan parcialmente a la realidad. Efectivamente, si pactan dos partidos distintos habrá dos sensibilidades distintas. Pero eso no impide llegar, tras más o menos largas negociaciones, a un acuerdo en el 99% de los casos. Es más, es posible incluso pactar los desacuerdos.
Y no cabe duda que el debate que en esas negociaciones se produce es enriquecedor, permite una doble lectura del problema y evita que en ocasiones se tomen decisiones precipitadas.
Peor es aún cuando hay de facto una coalición cerrada de intereses, es decir, un partido de amplio espectro como es en este caso el PP de Galicia.
En efecto el PP recoge en su interior desde la extrema derecha hasta el límite del PSOE. Pero como es un único partido tiene que presentar una sola imagen externa. Así, cuando ya han elegido una línea, fruto de un consenso interno, son incapaces de negociar nada con otros interlocutores ya que hacerlo rompería el difícil equilibrio interno.
Y cuando la postura interna dominante es la derecha más extrema, las consecuencias son las que ya vivimos con Aznar y ya padecemos con Feijoo.
Rafa Castillo.

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