martes, 29 de marzo de 2011

Para una vez que íbamos bien...

Por una vez, yo que suelo ser beligerante con ella, tengo que decir que creo sinceramente que en este caso actúa con buena voluntad. Que, igual que trató de hacer cuando la guerra de Irak, en este caso de Libia la iglesia católica pretende intervenir en defensa de la solución pacífica del problema, aunque se equivoca en el cómo. Ella o quien la invitó.
Se reúnen en Londres representantes de los países que intervienen en el conflicto y organismos internacionales. Y participa la iglesia como observador. Que se sepa, la guardia suiza no envió aviones para controlar la zona de exclusión. No es por tanto parte. Reitero que creo en la sinceridad pacifista de la iglesia de esta época, pero su presencia en Londres adolece de falta de tacto. Y puede ser contraproducente. Otra cosa sería si, junto a ella, estuviesen representantes religiosos del mundo árabe.
Y es una lástima que para una vez que en política internacional occidente hace las cosas medianamente bien, como casi siempre la postura de Obama sorprende por la inflexión que supone en la tradicional actuación de USA, esta pequeña mancha empañe una imagen que era bueno ir mejorando.
Cuando la famosa guerra contra Irak, el inefable Trillo, entonces ministro de defensa en el gobierno del PP, adornó a nuestros soldados con la cruz de Santiago. Y así aquella ilegítima guerra, que el mismo Bush se empeñaba en decir que no era contra el mundo árabe sino contra un terrorista que poseía armas de destrucción masiva, era transformada por Trillo en un recuerdo de las cruzadas ante el mundo musulmán.
Aquí el riesgo es el mismo. Yo ya sé que esto no es una cruzada, pero así lo pueden ver muchos árabes inducidos interesadamente por grupos islamistas. Y esa es una pólvora con la que no deberíamos jugar.
Rafa Castillo.

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