jueves, 5 de abril de 2012

Hacienda ya no somos todos.

XOÁN A. SOLER
Realmente tiene mala suerte el alcalde popular de Santiago, Conde Roa. Si el gobierno español, en lugar de aplazar los presupuestos para intentar ocultar a los votantes asturianos y andaluces lo que les venía encima, los hubiese aprobado cuando le mandaba Europa, el señor Conde Roa podría presentarse hace unos días en su oficina de hacienda y saldar sus cuentas por menos de 30.000€.
Pero quiso la fortuna que no fuese así, a ahora el famoso alcalde se enfrenta a un pago mucho mayor y a la posible condena, que puede llegar a ser de cárcel, por un presunto delito. Y el hecho nos da pie para analizar tres matices.
1.- De ser cierto lo publicado, “La notoriedad de los hechos y sus implicaciones políticas acelerarán el proceso sobre el fraude del IVA, que podría estar resuelto en uno o dos meses”, se observan, en la Justicia, dos varas de medir. La aplicada al Sr. Conde y la usada con el ex ministro José Blanco que pasó meses sin saber de que era acusado y con noticias que salpicaban puntualmente el proceso electoral del 20-N y los congresos del PSOE.
2.- Las responsabilidades políticas que debería asumir, no ya solo por la acusación, sino por mentir en un primer momento diciendo que no sabía nada cuando había ya firmado su conformidad a hacienda. Además, puede servirle jurídicamente e incluso ser declarado inocente por haber prestado su conformidad a la liquidación. Cínicamente el alcalde nos dice que antes de pedir su dimisión repasemos el derecho procesal, pero se olvida de algo importante. El derecho procesal puede librarle de la cárcel, pero no impide que haya sido algo políticamente impresentable. Un defraudador de la hacienda pública que no declaró en su momento y asume la deuda cuando la detectan los inspectores. Pero que de no haber sido pillado se hubiese ido de rositas sin pagar un euro. ¿Qué hará con los de los santiagueses?
3.- La famosa amnistía fiscal. Si un ciudadano se equivoca al hacer la declaración, le corresponde el pago de la deuda, el recargo y la multa. Por un simple error. En cambio, alguien que ha defraudado a propósito miles o millones de euros, ahora los declara y se libra pagando el 10%, sin recargo y sin multa o cárcel. Posiblemente sea una medida para apoyar en la crisis a los más desfavorecidos.

Rafa Castillo.

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