sábado, 4 de diciembre de 2010

El caso es mirar. Ser son transparentes.

Cuando un antiguo líder de un partido o un cargo intermedio del mismo dan una opinión, es obvio que eso no debe de comprometer al partido. Cuando ambos lo hacen, ya empieza a haber dudas, y más si el partido no lo desmiente, y más aún cuando podemos pensar que ello está en el fondo del ideario oculto de la formación política.
Viendo los resultados de las elecciones en algunos países europeos a veces nos felicitamos de que en España no triunfa la extrema derecha, pero, ¿no será que está plenamente representada por el partido popular?
Aunque ya pocos dan valor a sus boutades, en su día el expresidente Aznar dijo que "Si veo a España desesperada, quizá tendría que volver a la política". Y claro, cuando un salvador se ofrece todos recordamos a los Franco, Hitler, Musolini, Videla o Pinochet de turno.
Pero esas declaraciones se ven superadas y complementadas por otras de Baltar con perlas como estas dichas en Madrid: «en este momento lo que hace falta es un Gobierno de concentración nacional, ni elecciones ni nada, ni unos ni otros». A su juicio, en una situación «dura» como la actual debería gobernar «el equipo más poderoso, más inteligente, con mayores ideas y el equipo más duro». «Hace falta gente dura que ponga orden en este país», señaló. Ese equipo debería gobernar, según su tesis, «hasta que empecemos a mejorar» y luego «cuando el Estado funcione económicamente y las cosas marchen bien, ya nos podemos divertir con la política».
Realmente obvian los comentarios. ¿Que idea tiene y que valor da a la democracia quien considera que la política es una diversión? Y quien habla de un gobierno poderoso y duro que ponga orden hasta que empecemos a mejorar pase el tiempo que pase sin elecciones.
En fin. Todo redunda en la tesis que vengo manteniendo de que el poder, y la derecha en general, considera que la democracia o el que otros gobiernen es un simple accidente en el orden natural de las cosas, que como ya Fraga Iribarne decía, es más importante probar el queso de una feria que escuchar las estupideces de la oposición en el Parlamento, y además que es normal que los hijos de las personas pre-eminentes tengan situación ventajosa en las oposiciones, razón por la que, en las plazas convocadas por Baltar en “su” Diputación siempre sacan las mejores notas los hijos de cargos y dirigentes del PP.

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