sábado, 16 de julio de 2011

La ley del embudo.



La verdad es que estos chicos son incorregibles.
Cospedal mete en el mismo saco a Rubalcaba y al etarra Troitiño
Aún no se había cerrado la boca de Cospedal después de pedir la dimisión «fulminante» de Rubalcaba por el ‘caso Faisán’, cuando, ante el inminente juicio a Camps por el caso de los trajes de la Gurtel, salen los populares y sus medios a insistir en la presunción de inocencia del presidente valenciano.
Dice la locución medieval “Excusatio non petita, accusatio manifesta”. Nadie ha negado a Camps la presunción de inocencia. Es más, nadie a pedido medidas cautelares ante el inminente juicio. Solo se exige responsabilidad política y un mínimo ejercicio de coherencia.
El presidente valenciano, Francisco Camps (centro), durante un acto institucional. | Benito Pajares
Parece resultar que no hay problema para que Camps gobierne la Comunidad Valenciana desde el banquillo de la Justicia porque aún no está probado su presunto delito y ha sido ratificado por las urnas en unas elecciones a las que, por cierto, se presentó estando ya imputado.
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En cambio Alfredo Rubalcaba, que no está procesado, inputado y ni siquiera se le cita en la acusación contra los policías, no es ya que no pueda gobernar. Es que ni puede ser candidato. Solo les falta pedir su destierro y, como al Cid, negarle posada hasta la frontera.
 Además mantengo mis dudas sobre que en el caso Faisán haya algún delito. Para evitar repetir argumentos remito al lector a esta entrada de mi blog: http://rafacastillo2.blogspot.com/2011/03/basta-ya-de-demagogia.html.
Porque, en resumen, es táctica habitual de todas las policías del mundo en la lucha contra bandas armadas, sean terroristas, de narcos, mafiosas o de cualquier naturaleza, administrar las detenciones, si no es previsible un delito inminente, en función de lograr objetivos colaterales tendentes a propiciar un mayor golpe futuro a la banda, obteniendo mejor información, comprobándola, blanqueándola, analizando contactos, descubriendo nuevos escondites, analizando rutinas...
En fin. Si Pilatos les formulase la misma pregunta que a los judíos, es fácil adivinar que condena y que libertad pedirían.
Rafa Castillo.

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