sábado, 4 de diciembre de 2010

El enfermo imaginario

El derecho a la huelga es un derecho inalienable de los trabajadores y no voy a ser yo, desde una postura de izquierda, quien lo cuestione ni aún en este caso.
Pero los controladores no hacen huelga como el común de los mortales. Realmente solo recuerdo que hayan hecho huelgas de celo, es decir, ir al trabajo para seguir cobrando, pero trabajar en los límites mínimos para paralizar el sector. Claro. Basta calcular lo que un controlador dejaría de ganar en cada día de huelga para “comprender” su actitud.
El derecho de huelga tiene un límite lógico que habrá que recoger algún día en un límite legal. Límite lógico que debe impedir que el ejercicio de este derecho por una minoría entre en conflicto con los derechos de la mayoría de los ciudadanos. Que debe impedir el desequilibrio entre unos colectivos de trabajadores y otros  para que el derecho sea de todos.
Si por ejemplo cientos de miles de albañiles hacen huelga una semana, la consecuencia es el retraso en una semana de las obras. Y ahí acaba su capacidad de presión. Y otros colectivos la tienen aún menor. Pero si menos de dos mil controladores se ponen en huelga, paralizan el país, hunden un sector económico tan importante como el turismo e impiden que España cumpla sus compromisos internacionales en el control del tráfico aéreo de su zona.
Pero el derecho de huelga también debería de tener un límite moral, ético y estético que habrían de auto imponerse los propios huelguistas. En la actual situación de crisis económica que afecta a todos los colectivos de trabajadores con pérdida de derechos, reducción y congelación de salarios de empleados públicos, prolongación de edad laboral, flexibilización del despido, etc. los trabajadores y sus sindicatos han respondido con responsabilidad haciendo una huelga de un solo día para manifestar su rechazo pero aceptando unos generosos servicios mínimos para no causar un gran daño al país.
Mientras, a estos cientos de ciudadanos, que tendrán un trabajo muy estresante pero muy bien remunerado, en la misma situación de crisis no les tiembla la mano en poner en jaque a todo el país en defensa de sus privilegios. Porque el control aéreo produce mucho estrés, sin duda. Pero supongo que hay más trabajos que lo producen, como por ejemplo el gobernar un país al que además se dedican más de 1.670 horas al año. Y sin embargo siempre nos quejamos de que nuestros políticos están muy bien pagados...
La causa parece estar en que el Consejo de Ministros fijó una interpretación sobre su jornada laboral. No sé, ni me importa, sí esa interpretación es correcta. Pero, si no lo fuera, el derecho del trabajador no es a abandonar su puesto de trabajo como hicieron en Santiago. El derecho colectivo es efectivamente la huelga pero legalmente convocada, con el correspondiente preaviso y luego de establecer los servicios mínimos. Y el derecho individual es el recurso de la resolución y si tienen razón la indemnización o compensación del tiempo trabajado en exceso.
Y si el abandono del puesto de trabajo es inadmisible, lo de las bajas simultáneas es algo que ya no tiene nombre y que merecen, una y otra, la máxima dureza en el castigo ya que es evidente la coordinación en la medida y su objetivo.
Y ya como comentario colateral, respetemos el derecho de Rajoy a seguir en huelga indefinida hasta las elecciones. Es mejor para el país que siga callado a que “colabore” hablando. Y eso que con el González Pons y compañía tienen unos servicios mínimos...

2 comentarios:

  1. A otros trabajadores el castigo seria la calle o algo peor,yo me pregunto cual sera el de ellos, ira en medida del sueldo que no es poco que digamos o en medida del todo el daño que estamos fufriendo todos estos años y que posiblemente sigamos sufriendo a no ser que se haga algo realmente serio.
    Ansiedad?? extres?? horas de mas?? que sera lo proximo?

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  2. Y no solo González Pons. Porque el PP sigue como de costumbre con el doble juego de oficialmente apoyar al Gobierno y luego a través de segundos, criticarlo todo.
    Así el delfín Feijoo cuestiona que el decreto que fijaba la interpretación de los horarios y jornada de los controladores se aprobase el viernes pasado.
    Y eso que él debería de ser el que mejor lo entendiese ya que fue en Galicia donde los controladores hicieron su primer ensayo de abandono del puesto de trabajo al haber “cumplido” las horas. Pero está visto que para la demagogia algunos siempre encuentran tiempo.
    Rafa Castillo.

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