viernes, 8 de julio de 2011

¿Si no lo ves, no existe?

El ser humano se ha encontrado siempre con lo desconocido. Y dos han sido, básicamente, sus reacciones en esta situación. Mantener la ignorancia y acabar dando una salida mágico-religiosa, o acercarse con curiosidad y finalmente buscar una salida científica. Bien es cierto que este suele ser el camino que adopta la minoría, pero ha sido la causa del avance de la humanidad.
Ante el fuego, los rayos, los fenómenos naturales, los hombres primitivos, desconocedores de sus causas, creaban mitos para darles una explicación. Era algo lejano, inevitable. Era por tanto cosa de los dioses y había que agradarles o aplacarles para que ese fenómeno no se volviese contra nosotros.
Solamente una minoría no se conformaba con esa explicación. El fenómeno existía, pero tenía que tener un motivo. Descubrirlo nos llevaría a preverlo, protegernos de él, y tal vez, aprovecharlo.
 Esas son las actitudes que observo estos días entre la gente ante el fenómeno de la toma del poder por el PODER oculto y el dominio total sobre la economía mundial de la famosa mano invisible del mercado. Como es invisible, como no sabemos donde está, como no lo conocemos, no podemos luchar contra él. Por tanto no hay más remedio que cumplir sus designios a ver si tomando las medidas que impone se da por satisfecho y nos deja vivir.
Lo que ignora esta gente es que ese gran PODER, aunque sea invisible, aunque no sepamos quien es, no es como los fantasmas y duendes del pasado. Existe. Vaya si existe. Y por tanto no será como la tormenta que acababa pasando después de rezar. Cuanto más dominio, poder y riqueza tenga, más querrá.
La otra actitud es pensar que, aunque desconozcamos la causa, conocemos plenamente el fenómeno, y su análisis nos puede dar pistas sobre la naturaleza de aquella. Queda pues construir el modelo científico que a través del proceso de error-corrección nos permita acercarnos al problema y acabar conociendo sus puntos débiles, que sin duda los tiene.
De hecho algo le ha obligado a aflojar su tiranía durante los dos o tres últimos siglos. Algo lo asustaba hasta el punto de ceder poder y permitir un estado de bienestar y libertades. Analizar la historia, y con su conocimiento construir un nuevo escenario es lo que puede hacernos volver al camino que llevábamos en el siglo XX.
Yo no me conformo con la realidad. Como persona de izquierdas aspiro a que la modifiquemos entre todos y en beneficio de todos. El que quiera que rece y adore a los dioses. Yo escojo este otro camino. El de Prometeo o Ulises. El de Robespierre o Marx.
Rafa Castillo.

4 comentarios:

  1. yo estoy contigo en el camino

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  2. El grande poder existe, y encima no es fantasma: Se palpa, se ve. se lo siente como losa pesada encima. Y es la mano que mece y mece.
    Yo también me niego a someterme a sus designios.
    Por más que se me aparezca disfrazado de dios.

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  3. Como intruso en tu blog no quisiera ser extenso, pero has tocado un tema que me encanta. Sólo una pregunta. Con los presupuestos indemostrados con que se ha construido el conocimiento científico, léase el principio de uniformidad de la naturaleza, el de no-contradicción, etc... que hoy son más que puestos en tela de juicio por las ciencias de la mente y la física, (teoría del Caos, física cuántica, etc...) ¿cómo puede aún situarse un buscador de la verdad en una visión positivista de la ciencia, y cerrarse a explorar el camino de la intuición?

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  4. En primer lugar, ni tú, ni nadie es un intruso en este blog. Al contrario, toda aportación, sea a favor o en contra de mis tesis, es bienvenida. Como habrás comprobado el blog no esta sometido a moderación previa en la confianza de que todas las respuestas mantengan la corrección y el respeto a terceros. En todo caso, si no fuese así, esos escritos definirían a su autor.
    Tampoco me molestaría que hubieses sido extenso. De hecho yo creo serlo bastante.
    Entrando ya en el fondo de la contradicción que planteas, empezaré por decirte que ese no era el fondo ni el objeto del asunto. En realidad el artículo se inspiró en un comentario que alguien me hizo en persona y que decía, más o menos, que como los mecanismos del mercado eran invisibles, no se podía luchar contra ellos. Es decir, no trataba de la contradicción entre ciencia e intuición, de declarar la ciencia como verdad absoluta, ni nada semejante. Es, en todo caso, la confrontación entre la ciencia y la estupidez humana que impide enfrentarse a los retos, y dicho sin ánimo alguno de insultar, sino de constatar que le es aplicable la primera entrada del diccionario de la RAE, “Torpeza notable en comprender las cosas”.
    El mismo Albert Einstein, uno de los que más relativizó la ciencia decía: “Sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy tan seguro de la primera”.
    Estoy totalmente de acuerdo en que la ciencia no es una verdad absoluta. Y que muchas veces parte de presupuestos indemostrados. Yo mismo, en el artículo que comentas hablaba del método de ensayo-error. De la ciencia no me quedo con los resultados, me quedo con el método.
    La ciencia no es la verdad absoluta, pero es el modelo que más se le aproxima, salvo demostración en contrario. La ciencia y los auténticos científicos no dicen “esto es así”, sino “ocurre como si esto fuese así”. Y obviamente, la ciencia, perdón, el conocimiento científico de mañana puede contradecir el de hoy.
    Volvamos a Einstein. La física newtoniana nos decía que el espacio recorrido por un móvil es igual al producto de la velocidad por el tiempo empleado. Sin embargo Einstein contradice esto en su teoría de la Relatividad Especial al introducir un factor de corrección (ecuaciones de Lorentz) que transforman la igualdad clásica [e=vt] en [e=vt(1-v2/c2)-1/2].
    ¿Significa esto que deja de ser cierta la primera afirmación? No, en absoluto. Para velocidades mucho menores que la de la luz, el factor de corrección se aproxima a 1 y por tanto se mantiene la igualdad de la física clásica. ¡A 100km/hora, cada hora recorremos 100 kilómetros! No es necesario cambiar los horarios de los trenes. Es decir, la física clásica en un caso particular de la relativista para velocidades habituales.
    Ahora bien. ¿La física de Einstein es la verdad absoluta? Seguro que tampoco. Puede acabar siendo un caso particular de otra nueva teoría para velocidades próximas a la de la luz.
    Por tanto no tengo una visión positivista de la ciencia, sino relativista. Y claro que no me cierro al camino de la intuición. Pero la intuición razonable, no las ocurrencias. A fin de cuentas, si te fijas bien, la ciencia parte muchas veces de la intuición. Pero intuición de quien tiene conocimientos e imagina una explicación. ¿Qué es la hipótesis más que una intuición del científico que solo es válida si se comprueba que explica mejor la realidad que la teoría preexistente?
    En todo caso, los presupuestos indemostrados de los que parte la ciencia, ¿no son intuición?
    Rafa.

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