lunes, 4 de julio de 2011

¿Patriotas o patrioteros?

Parece una contradicción que desde el PP pidan indistintamente la dimisión de Rubalcaba por ser candidato, y el adelanto de las elecciones generales. Porque, si Zapatero les hiciese caso y las convocase en el Consejo de Ministros del próximo viernes lo haría aún con Alfredo de ministro.
Lo parece pero no lo es. Lo que asusta a los populares no es que Rubalcaba sea Ministro del Interior durante el proceso electoral. Primero porque prácticamente todos los ministros del interior fueron candidatos a diputados o senadores. Segundo porque, salvo los casos de Calvo Sotelo y Aznar en 2004, siempre el Presidente, superior del Vicepresidente y del Ministro, fue candidato. Tercero porque el papel del ministro en las elecciones es mantener el orden público y publicar, no proclamar, los resultados provisionales. El proceso electoral y el escrutinio definitivo está en manos de las independientes Juntas Electorales.
¿Qué teme el PP? Está claro. Un éxito del Estado en la desaparición de ETA con Alfredo de Ministro del Interior. Eso los pondría nerviosísimos. Pero que no se preocupen. Sea ministro o no, los ciudadanos saben bien que la actual agonía de ETA se debe a una eficaz política dirigida por Zapatero y realizada por Rubalcaba de zanahoria, y como no, palo.
Anagrama de ETA, creación de Félix Likiniano.
Y lo malo para ellos, o sea, lo bueno para todos los demás, es que, si somos capaces de esquivar los palos en las ruedas, el proceso de disolución de la banda puede acabar en este mismo año. Puedo equivocarme, pero hay datos que así lo indican.
Naturalmente no se puede leer con visión lineal, sino entre líneas. Claro que Bildu aún mantiene un discurso en el borde de la legalidad. Pero, ¿qué esperábamos? Si Bildu va mucho más allá sin que se disuelvan las ramas más radicales del abertzalismo, incluida la propia banda, estas formarían una nueva Batasuna, con el nombre que fuera, y Bildu sería un nuevo Aralar.
Pero por ejemplo, hoy conocimos la noticia de la disolución de Ekin, que era el brazo de ETA en el control de la izquierda abertzale. Y no me sorprendería que en unos meses la banda anunciase su propia disolución, aunque sea desde un discurso en el que la presenten como el logro de sus objetivos al conseguir representación municipal o provincial. ¿Y que más da? Que lo celebren. Todos sabemos que antes también estaban en las instituciones, con o sin mayoría, y que sus objetivos políticos eran la independencia, la anexión de Navarra. Y esos no los lograron. Pero ya sabemos de siempre que los ejércitos jamás retroceden. Dan media vuelta y avanzan hacia la consolidación de su retaguardia. 
Y eso sería lo grave para algunos. El PSOE con Rubalcaba tendría un éxito incuestionable. El PP se quedaría sin la mitad de su discurso y no le quedaría más remedio que sacar a la luz su programa oculto o hacer promesas que no piensan cumplir. Individuos políticamente indecentes como el tal Mayor Oreja o el mismo Aznar quedarían mudos y habría que esconderlos en la campaña. Y a poco que asome algo de bonanza económica...
Así que lo importante es que las elecciones sean antes de la desaparición de ETA. O cuando menos, si no se logra eso, como mal menor, que no esté Alfredo en el Gobierno. Y es que los populares son muy patriotas.
Rafa Castillo.

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