jueves, 22 de septiembre de 2011

Lucha de clases.

En una alternativa a la política europea, cuyo resultado está a la vista en Grecia y en las famosas primas de riesgo, Obama está intentando una salida keynesiana a la crisis dinamizando el mercado con una importante inversión estatal.
 Y para no aumentar, sino disminuir, el déficit, en lugar de recortar gasto social e inversión, hace lo que a todas luces es más justo y que demandan incluso personas multimillonarias como Bill Gates y Warren Buffet; subir los impuestos a las rentas más altas .
Dicen los republicanos, especialmente los del Tea Party, equivalente ideológico al núcleo duro del PP en España, que el impuesto a millonarios es una medida para poner a unos contra otros. Es una lucha de clases.
Es decir, cuando se toman medidas contra las clases medias y bajas, no hay lucha de clases porque los “tontos” acaban soportándolo todo. Pero si se les toca un pelo a los poderosos, entonces ellos se revelarán.
 En fin. Si le llaman lucha de clases, será lucha de clases. Que es en definitiva lo que debíamos plantearnos quienes estamos pagando la crisis que no originamos.
Pero a mí, realmente, me encanta que alguien como Obama tenga claro, en su expresión, que culo patear, y haga que los que se enriquecieron en la bonanza y con su codicia provocaron la crisis, nos ayuden a pagarla.
Y, como parece que “nuestros” ricos, los Ortegas, las Koplowitz, Florentinos, etc. no están por el altruismo, tendremos que reflexionar los españoles si queremos un posible Obama o que nos gobierne el Tea Party. La respuesta, el 20-N.
Rafa Castillo.

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