Por lógica y por sentimiento, de ser griego, hubiese votado al PASOC, partido hermano de los socialistas españoles. Por supuesto no a Nueva Democracia, y mucho menos a los fascistas. Creo que más que nunca hace falta que ganen en Europa partidos que se opongan a la política de Merkel, para entre todos juntos cambiar el rumbo sin sentido de la política económica europea.
Por eso no me alegra la victoria de Nueva Democracia. Los griegos se han plegado a la presión del miedo y han votado a los causantes de la gravedad de su crisis. Es curioso este resultado. Ganan quienes maquillaron los números provocando una deuda descomunal, que acabó en una crisis histórica y dos rescates, y no votan en cambio a los socialistas que fueron quienes clarificaron la situación y adoptaron las medidas a las que los obligaron.
Igual ocurrió en España donde la gravedad de la crisis se debe a una liberalización del suelo en época del PP, que en todo caso el PSOE no supo recortar a tiempo, y en general a la política ultraliberal impulsada en su tiempo por Reagan y Margaret Thatcher y desarrollada por la administración Bush.
Claro que, si el PASOC me dice que va a hacer la misma política “ortodoxa” que proponen los mercados, y a pactar incondicionalmente con la derecha liberal, entonces con todo el dolor del corazón no votaría al PASOC. Y descartados el PASOC y Nueva Democracia, mi voto iría, sin dudar, para Syriza.
¿Capichi?
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