jueves, 28 de junio de 2012

Obsoleto.

Según el diccionario de la RAE, obsoleto tiene dos acepciones: “poco usado” y “anticuado, inadecuado a las circunstancias actuales”. Pues bien. El portavoz popular en el Congreso de los Diputados, Manuel Cervera, ha mentido ¿se podrá decir eufemismado? a la ciudadanía diciendo que han retirado la financiación pública a más de 450 medicamentos porque han quedado obsoletos en su valor terapéutico o porque hay otros que superan su efectividad o eficiencia.
Y claro. Logrará engañar a muchos que dirán que gobierno más bueno que ahorra en cosas obsoletas y que malos los anteriores que derrochaban en ellas. Sobre todo lo dirán quienes no los usan porque no los necesitan o aquellos a los que no les es un quebranto pagarlos.
Pero cuando se lee la letra pequeña del medicamentazo de Ana Mato, vemos que se han retirado todos los medicamentos para dieciocho dolencias consideradas menores. Y claro tener soriasis es “menor” que tener cáncer de piel, pero eso no quiere decir que no haya el derecho a un tratamiento.
Decir que un medicamento ha quedado obsoleto debería querer decir, o bien que la enfermedad ha desaparecido, que ya no causa ninguna molestia, o que en el sistema hay un nuevo medicamento de superior eficacia, o simplemente, más económico.
Así, una razonable limitación de la financiación a los genéricos, manteniendo siempre excepciones convenientemente justificadas por el médico, es una medida que encuentra comprensión en los ciudadanos, especialmente en estos tiempos de crisis. Pero no se trata de eso en esta ocasión.
Es cierto que para las enfermedades de origen vírico no existe medicación curativa. Pero sí existe medicación paliativa que corrige los síntomas molestos de la enfermedad como la fiebre, dolores musculares y otros de todos conocidos. Decir que estos medicamentos han quedado obsoletos sería decir que ha aparecido un curativo que hace innecesario un paliativo. Pero no es el caso en esta mentira.
Esto choca frontalmente con el artículo 43.1 de la Constitución que dice literalmente “Se reconoce el derecho a la protección de la salud”, cosa que como es habitual no les preocupa mucho a nuestros actuales gobernantes, excepto cuando afecta a sus intereses. Tampoco habrán estudiado, en su simpleza, si el ahorro de la medida no se verá superado por el gasto equivalente que suponga el absentismo laboral.
Yo no sé si el señor Manuel Cervera está mucho o poco usado. Pero lo que sí sé es que está obsoleto por anticuado, inadecuado a las circunstancias actuales.

Rafa Castillo.

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