miércoles, 13 de junio de 2012

Democrático vs demócrata.

Cuando a finales de los años setenta instauramos la democracia, lo hicimos siguiendo los modelos de la Europa Occidental con la que queríamos confluir. Y como ellos, convenimos en que los aspectos formales eran elementos determinantes del propio sistema en cuanto establecían el quien, el cuándo y el que deberían intervenir en cada momento.
Y el sistema fue funcionando con esas reglas establecidas en la Constitución y nuevas costumbres o instituciones que fueron creadas por el tiempo. Así, desde Felipe González se viene celebrando anualmente el Debate sobre el Estado de la Nación, y desde Zapatero la comparecencia mensual del Presidente del Gobierno en el Senado, y el que el partido del gobierno no haga interpelaciones al Presidente los días de sesión de control en el Congreso.
¿Qué aportó el Partido Popular en este camino? Ni un paso adelante con los gobiernos de Aznar. Pero con los de Rajoy, todo lo contrario. Está pensando en suprimir el Debate del Estado de la Nación, y no comparece ante el Parlamento para explicar decisiones tan importantes, que afectan al 10% del PIB del país, equivalen al 20% del Presupuesto del Estado e incrementan la Deuda Pública en el 12,50%. Y cuando está incumpliendo al 100% sus promesas electorales.
Esto, y el veto a comparecencias ante el Congreso de los responsables de Bankia, o del Presidente del Consejo General del Poder Judicial, constituyen un claro desprecio al Parlamento, sede de la representación de la soberanía nacional. Y no vale como pretexto el mucho tiempo que quien nos gobierna tiene que dedicar a la crisis. Esto no le impidió ir a Polonia a ver la selección.
Pero es que además, el debate parlamentario, aparte de servir para el control del gobierno y que este de cuenta de su actuación ante los representantes de la soberanía, puede y debe enriquecer la acción del gobierno, bien por abrirle nuevas reflexiones, bien por servir para afianzar sus propias conclusiones.
Claro que ya el mentor de Rajoy, Fraga Iribarne, era un abanderado del desprecio al Parlamento, el gallego en su caso, cuando presidía la Xunta de Galicia. En una ocasión en la que le recriminaron que fuese de feria en feria en lugar de comparecer en el Parlamento de Galicia, Fraga respondió que prefería estar probando quesos que escuchando las estupideces que decían los diputados.
Que Mariano Rajoy es el presidente democrático del gobierno de España, no lo discute nadie. Que sea demócrata, está por ver.

Rafa Castillo.

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