sábado, 9 de abril de 2011

Educación.

IMPORTANTE: No olvides leer la entrada anterior a esta.

Cuando presidía la APA de A Pobra do Brollón, en una ocasión que teníamos problemas de transporte escolar porque la Xunta se plegaba a los intereses de las empresas para establecer los horarios, forzamos que el Delegado de Transportes de la Consellería nos recibiese (aunque en el pasillo).
Ante la queja de que se habían hecho cambios sin contar con los interesados, el individuo aquel contestó: ya hablamos con los afectados, los transportistas. Entonces yo le pregunté con ironía: ¿esta es la consellería de educación o de ganadería? ¿No se da cuenta de que hablamos de niños, no de ganado?
Y de eso se trata cuando se habla de educación. De niños/as, de seres humanos indefensos entre la postura de los padres y de las instituciones.
Hoy vuelve a ser noticia Arteixo por problemas de escolarización. Si hace unas semanas lo era por la niña musulmana del pañuelo, hoy lo es por un niño con síndrome de Rubinstein-Taybi que le provoca un retraso en su desarrollo físico y neurológico. El niño tiene 7 años.
Pues bien, ante un dictamen del equipo de orientación específico que recomendaba que debía escolarizarse en el curso más cercano a su edad evolutiva, que es de tres años, la Consellería de Educación asegura que habrá que modificar el dictamen del equipo específico porque es contrario a la ley.
Y entonces, ¿para qué están los gobiernos? Para hacerlo así, bastaría que gobernasen los funcionarios o los jueces. A veces ponen demasiado cuidado en atender a la legalidad de un caso como este que por tener motivación justificativa estamos claramente en un caso de legítima discrecionalidad de quien manda, y menos cuidado en sus corruptelas particulares.
Pero más grave aun es lo que se nos avecina y de lo que una vez más es pionera Esperanza Aguirre, claro exponente de la mentalidad dirigente en el PP.
Pues bien. Espe, que ya apoyó los colegios separados por sexos, ahora va a hacer los colegios de excelencia en los que solo admitirá un reducido número de alumnos con las calificaciones escolares más altas.
Al final tendremos una educación separada por grupos según sexo, capacidad en la que los más favorecidos tendrán todas las ventajas y los demás no tendrán  ni siquiera motivación, ni los alumnos ni sus profesores.


Olvida algo la señora Aguirre y todos los que piensan como ella. La educación, que es mucho más que saber matemáticas, inglés, física o historia. No es solo preparar licenciados y profesionales. Es formar personas. Es formar gente en un espacio de convivencia, personas que juntas construyan un mundo cada vez mejor, y no un mundo de guetos en el que un grupo de superinteligentes se crean superiores a los demás que no son tan listos ni saben tanto como ellos. Unos grupos sin conexión con los demás. Al fin es la mejor forma en la que estos patriotas de pacotilla deshacen el concepto de patria.

Pero, puestos ya, le haré una sugerencia a doña Espe. Que copie de los nazis y les ponga un brazalete con una estrella diferente a cada categoría de estudiantes. Así, poco a poco llegaremos al 1984 de Orwell o al mundo feliz de Huxley.
Rafa Castillo.

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