miércoles, 14 de marzo de 2012

¡Que felicidad!

 

El gobierno de España ha tomado la decisión “soberana” de obedecer a Merkosí y establecer el máximo del déficit para 2012 en el 5,3%. Ahora Europa ya no nos impone la política a seguir como a Zapatero; es que a nuestro gobierno le gusta.
Y no es mentira del todo. En un extraño paso de baile el PP está haciendo la política que quiere, haciendo ver que no quiere pero se la imponen, pero queriendo demostrar a un tiempo su soberanía e independencia.
Rajoy dijo en campaña que su gobierno diría siempre la verdad a los españoles. Y es cierto, no nos mienten. Se ríen de nosotros. Uno dice una cosa, otro la contraria y el tercero ni sí ni no. Y claro, al final han dicho la verdad. No sabemos aún cuál, pero la han dicho.
No suben los impuestos, sí los suben, pero impuestos que lleven, dice Montoro entre carcajadas, a mayor equidad. Y claro, uno piensa enseguida en un impuesto a las grandes fortunas. Pero no, ilusos que somos. Subirán impuestos indirectos ecuánimes, pero no el IVA, que ese prometieron que no, y ellos siempre cumplen. Ya en un artículo anterior definí al Ministro de Hacienda como la carcajada del régimen en paralelismo con aquel Solís que era la sonrisa del franquismo.
La solución al día siguiente. Como el gasoil contamina más que la gasolina, se suben los impuestos a los vehículos diesel , pero no con afán recaudatorio, sino medioambiental, que ahora el primo de Mariano ya cree en el cambio climático y hay que ser ecologistas. Eso implicará más costes a los profesionales de la carretera, y en consecuencia más inflación. Pero es igual, que dejen de contaminar.
Peculiar recibimiento de Jean - Claude Juncke a Luis De Guindos en Bruselas
De Guindos, jugueteando con el Presidente del Eurogrupo, en una imagen muy representativa de la situación, nos dice que el recorte adicional de 5.000 millones de euros no afectarán al crecimiento y al día siguiente Rajoy dice que sí. Está claro que la verdad está dicha; ya veremos cuál de ellas.
Y mientras, la Reforma Laboral. La panacea de todos los males. La importante reforma que garantizará el crecimiento imparable. Que no se puede tocar más que en aspectos técnicos para no contaminar la magia de los bienes que nos augura. Pues no. Montoro ha dicho que no creará empleo por si misma.
En fin. Si el día 30, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, aparece Montoro sonriente, echémonos a temblar.
Rafa Castillo.

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