miércoles, 28 de marzo de 2012

Cien días de gracia.

Habitualmente, menos cuando el PP es la oposición, los Parlamentos dan a los nuevos gobiernos 100 días de gracia hasta ver el rumbo que toman sus primeras medidas. Y en esta ocasión no fue diferente. La oposición parlamentaria al gobierno Rajoy, sin dejar de criticar medidas concretas, no ha hecho aún una crítica conjunta a la labor del gobierno.
Ocurre que en este mundo que se mueve tan vertiginosamente, fuera de los ámbitos parlamentarios, movidos aún por la inercia de la historia, las cosas ocurren a otra velocidad, que los tiempos avanzan que es una barbaridad.
Y ocurre que, lo que cronológicamente y convencionalmente son cien días, han resultado para asturianos y andaluces más largos que cien años, por lo largo que parecieron y por lo que se avanzó hacia atrás, y en buena lógica, dieron el mensaje claro de que “a parar”.
Nunca un gobierno recibió un cambio tan grande en el apoyo popular en tan poco tiempo, y nunca un gobierno se ha mostrado tan insensible al mensaje como el actual que evita reconocer que el resultado electoral no depende tanto de Griñán y Arenas como de las famosas reformas del gobierno Rajoy.
Es más. Rajoy, en estado autista, dice, como extrañado, que nunca un gobierno ha hecho tantas reformas en tan poco tiempo como el actual. Y tiene razón. Es más, ya no dudo que alcanzará el Guinnes de las reformas.
El mismo Felipe González explicaba claramente el porqué hacía las reformas poco a poco. La segunda República quiso correr mucho y tropezó en el intento. Mejor cambios pequeños poco a poco pero firmes y consolidados. En frase de Carlos Andrés Pérez, mover la cadena sin que se cabree el mono.
Pero el problema está en el propio concepto de que se entiende por reforma. Cuando Felipe en 1982 habló del cambio, todos teníamos claro en que dirección se haría. Ahora Mariano habló de cambio... pero fue un cambio hacia atrás que superó los peores presagios de los más pesimistas..
Tiempo habrá de analizar desde nuestra perspectiva el porqué de este resultado electoral. No vayamos a pensar que ganamos el partido por lo bien que jugamos. Pero hoy es un día de alegría por esta primera batalla ganada.
Y es el día de pensar que lo importante es ganar la huelga del 29 de marzo. Sino, tengámoslo seguro. El día 30 será la derrota definitiva.
Rafa Castillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario