miércoles, 21 de diciembre de 2011

Debate de liderazgo.



La verdad que estos congresos exprés, esto sí es alta velocidad, nos lo ponen difícil. Y no es, no, porque por ejemplo el día 8 de enero envíen a las agrupaciones locales la propuesta de ponencia marco y que el propio día 9 o hasta el 15 como máximo, pueda ser la asamblea local. Es decir. Tendremos entre 1 y 8 días para leerla, preparar posibles enmiendas, trabajarlas en conjunto, debatirlas y aprobarlas.
No. Lo que nos pone difícil está velocidad de vértigo es fijar las propias ideas. Algunos somos lentos para eso, y tan torpes que tardamos en analizar los pensamientos de los demás. Y me pongo a mí mismo como ejemplo.
En el ejercicio de mi cargo orgánico en el partido, el de oyente, asistí el sábado al Comité Nacional Gallego del PSG-PSOE. Hoy estuve en el Comité Provincial de Lugo y entre ambos asistí en Santiago a un interesante debate entre un representante de una empresa de marketing político y personas del prestigio de Barreiro Rivas y Antón Losada. Los tres actos hicieron variar mi seguramente poco fundada, opinión. Pongamos por ejemplo el día de hoy.
Leí, después de comer, lo publicado en la prensa sobre las opiniones del Secretario General de Pontevedra que decía que, mientras muchos piden que hablemos de los problemas de la gente, él opina que es el momento de hablar de nosotros mismos, de hacer un debate nominal.
Ni que decir tiene que fui a Lugo echando pestes contra la opinión de mi compañero, yo que propongo como fundamental el debate de ideas, no de personas ni liderazgos, y que pienso que estos congresos exprés, en España y en Galicia, cierran en falso las heridas y serán causa de nuevas crisis. Pues bien. Al salir del CPL ya había cambiado radicalmente de idea.
Seguro muchos recuerdan las famosas pirámides, aquellos timos de finales de los 80 en los que aportabas una cantidad de dinero y se te garantizaba que al llegar a la cima de la pirámide tendrías unos grandes beneficios. La verdad es que cuando llegaba el primero se salía (y cobraba) y la pirámide se dividía en dos iguales, cada una con la mitad de miembros que volvían a crecer hasta que los siguientes llegaban a la cumbre. Pero, recalco, cada una tenía la mitad de los miembros de las originales.
Pues bien. Eso pasa en el PSOE, federal y gallego, desde que recordamos los ya veteranos militantes. Se fue, por ejemplo, Felipe en Madrid, o Paco Vázquez en Galicia y la corte de ejecutivos aduladores se dividió en dos, Almunia – Borrell o Touriño – Cortizo en cuyas líneas se repartieron los mismos que ya estaban siempre. Y lo mismo pasa ahora tras Touriño y Zapatero. Al final desaparecen los líderes, Felipe, Touriño y Zapatero, y los demás siguen los mismos pero en dos bandos. Los que lograron que no les levantasen el culo de la silla, y los que, ante la escasez de puestos recibieron la patada en dicha parte anatómica, y pelean desesperadamente para volver a aposentarla sobre la misma poltrona.
Y así se mantiene el continuo bucle en el que el ayer diputado autonómico es el actual senador y será el futuro diputado estatal, mientras los otros son sus delfines que le calientan o guardan el puesto.
Y claro. Cuando perdemos, esos mismos de siempre, dicen que no supimos hacer llegar el mensaje a los electores, jugando en la ambigüedad de si fueron ellos los malos comunicadores o fuimos las bases los incapaces. Y como no está claro, nos reafirman a cada uno en su papel. Ellos dirigentes, y los demás bases. Porque eso sí. Ellos, la Beautiful People del partido, son los que cumplen los criterios del marketing.
Pues, que quieres que te diga. Llegué a la conclusión de que no. Que el marketing no es quien decide la victoria electoral. Ni las campañas, con más o menos actos y carteles. Ni siquiera los militantes inasequibles al desaliento pegándolos. Es más. Por primera vez fue cierto eso de que le ganamos a las encuestas. Bajamos más de lo que preveían.
Sigo pensando que hay que recuperar y renovar los ideales socialistas, pero ahora veo que ni eso basta.
No es que los ciudadanos no entiendan nuestro mensaje. Es que ni nos escuchan. Y no nos escuchan porque ellos también viven su bucle con nosotros. ¿Cómo vamos a convencer a nadie de que renovamos las ideas, si son siempre los mismos los que lo dicen?
Es hora de que quienes estuvieron en la visibilidad del partido, desde hace mucho o desde hace poco, en cargos orgánicos o institucionales, siempre en el mismo o autorrenovándose cada vez, buenos gestores y políticos o malos, populares o rechazados, responsables de la derrota o salvadores del naufragio, es hora de que todos tengan la generosidad de dar un paso atrás, no por culpables, sino por sacrificio, necesidad o grandeza.
Tal vez el mensaje llegue mejor a la gente con un dirigente o candidato feo y tartamudo, pero que de a los ciudadanos la señal de que algo ha cambiado.
Y para los que no lo asuman así, habrá que aplicar la doctrina de Modesto Pose, el Secretario Provincial de Pontevedra. Debate nominal. Es decir, como en Gran Hermano. Todos nominados para abandonar el terreno de juego.
Rafa Castillo.

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