jueves, 23 de febrero de 2012

J'accuse...!

Hoy es 23-F, treinta y un años después del día del miedo. Y hoy se entrecruzan, sin pudor, dos asuntos que afectan gravemente a un poder del Estado. Y lo afectan gravemente, no solo por el valor individual de cada uno, sino sobre todo por su valor comparativo. Hoy tengo que acusar. Hoy tengo que poner en duda a uno de los poderes del Estado. Concretamente al que no emana directamente de las urnas, al que siguió encarnado en las mismas personas, no sé sí en las mismas ideas, pero sí en las mismas formas después del fin del régimen de Franco.
Parafraseando los dos primeros párrafos del famoso artículo de Émile Zola en el diario L'Aurore, diría:
“Madame la Xustice, ¿Me permitís que, agradecido por la bondadosa acogida que me dispensasteis, me preocupe de vuestra gloria y os diga que vuestra estrella, tan feliz hasta hoy, está amenazada por la más vergonzosa e imborrable mancha?
Habéis salido sana y salva de bajas calumnias, habéis conquistado los corazones. Aparecisteis radiante en la apoteosis de la fiesta de la libertad, que coronó un gran fin de siglo de trabajo, de verdad y de libertad. ¡Pero qué mancha de cieno sobre vuestro nombre -iba a decir sobre vuestro reinado- puede imprimir este abominable día de gran infamia, bofetada suprema a toda verdad, a toda justicia! Y no hay remedio; la Justicia Española conservará esa mancha y la historia consignará que semejante crimen social se cometió al amparo de vuestra balanza y vuestra espada”.
Hoy el Consejo General del Poder Judicial ha adoptado dos decisiones transcendentes. Expulsar de la carrera judicial al Juez Baltasar Garzón y nombrar presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional al juez Grande Marlaska.
Al Juez Garzón se le expulsa por haber sido condenado por prevaricación por unas escuchas de conversaciones entre imputados del caso Gurtel y abogados de los mismos u otros imputados. Escuchas apoyadas por los fiscales anticorrupción, avaladas por miembros del T.S.J. de Madrid y continuadas por su sucesor en la causa.
Al señor Marlaska, conocido entre otras hazañas por la exculpación de responsables del caso del Yack-42, se le nombra después de que algunos de sus nuevos compañeros de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional, lo criticasen en la sentencia que ha absuelto al que se consideraba presunto responsable de informática de ETA, Iraitz Guesalaga, y cuya instrucción estuvo a cargo del magistrado. El fallo, considera que las pruebas usadas en contra de Gueselaga eran insuficientes y se obtuvieron de un modo que "no se ajusta a los parámetros de legalidad". Además, la sentencia critica que Grande-Marlaska solicitara "sin más explicaciones" la intervención del teléfono de la novia del acusado y prorrogara durante varias meses las escuchas sin que hubiera habido "ningún avance en la investigación, ni justificación alguna" sobre su necesidad.
Por eso, YO ACUSO de presunta prevaricación a los miembros del CGPJ que nombran al señor Marlaska Presidente de Sala en lugar de acusarlo por posible prevaricación en una instrucción al menos tan cuestionable como la del Juez Garzón.
YO ACUSO de presunta prevaricación a los magistrados del Tribunal Supremo que tras condenar al Juez Garzón por prevaricación no dedujeron testimonio para el inicio de acciones contra los miembros de la judicatura que avalaron o continuaron su actuación.
YO ACUSO a la Justicia Española de ser, como definía el señor Pacheco, a la sazón Alcalde de Jerez, de ser un presunto autentico cachondeo.
Rafa Castillo.

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