sábado, 8 de septiembre de 2012

Cuando las barbas del vecino veas pelar...

Nos cuenta Rajoy, y miente, que como a Saulo el rayo de luz lo tiró del caballo y le hizo ver la realidad. Y miente porque podría desconocer el 0,1% del desvío del déficit de la Seguridad Social de 2011, pero sí tenía que conocer los grandes desvíos de comunidades como Valencia, Madrid o Castilla la Mancha.
Y nos dice ahora, y miente, que hace lo que tiene que hacer forzado por la realidad y por eso hace lo que no quiere. Porque no tiene más remedio. Y esta vez su mentira es doble. Primero porque realmente hace lo que quiere, lo que siempre soñaron hacer y nunca se atrevieron. Y segundo porque en política se está precisamente para cambiar la realidad. Es posible que al principio trates de capearla, pero al ver por donde te lleva, tu obligación es cambiarla.
También Espartaco, Jesucristo, Robespierre, Carlos Marx, Mahatma Gandhi o Martin Luther King encontraron una realidad que no les gustaba. Pero lejos de conformarse con ella lucharon, cada uno a su manera, por transformarla. La vida, la historia, no es un fatalismo que nos conduce ineludiblemente por un camino determinado del que no podemos salir. Al contrario, el camino lo hacemos, como decía Machado, al andar.
Y la clave está, claro en que dirección se quiere caminar. Y ahí es donde todos no somos iguales, aunque entre cada grupo se parecen cada día más. Por eso hay que ver lo que está haciendo la derecha portuguesa para ir haciéndonos una idea de lo que nos espera.
El Tribunal Constitucional del Portugal anuló la decisión del gobierno de eliminar las pagas extraordinarias de los funcionarios. ¿Nos suena, verdad? Dijo, entre otros argumentos, que no se podía hacer caer todo el peso de la crisis sobre un sector concreto como eran los empleados públicos. Ayer, el presidente portugués anunció las medidas que va a adoptar para 2013. ¿Repartirá mejor la carga? Ahora lo veremos.
Con unas proporciones similares de funcionarios que aquí, el 14% de reducción salarial que suponían las pagas de los funcionarios, equivaldría a cargar a todos los trabajadores con el 2%. Pero como en España, en Portugal no hay solo trabajadores, hay profesionales, empresarios, autónomos, ricos... un buen reparto sería muy inferior al 2%, y si el reparto fuese progresivo, los que menos medios tienen no sufrirían impacto, y contribuirían más los que más tuviesen.
Pues no. En Portugal seguirán suprimiendo las pagas extra de los pensionistas, aumentan en el 7% la cotización social de todos los trabajadores y rebajan en el 5,75% la aportación de las empresas. Es genial para sus fines. Al final recaudan lo mismo, y lo pagan todos los trabajadores, pero no con el 2%, con el 7% y  con el resto, rebajas a los empresarios, que pagan menos que antes. Y los que más tienen, a lo suyo, a seguir ganando y sin contribuir.
Por eso, claro, todos somos iguales.

Rafa Castillo.

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