No soy yo, en absoluto, de los que opinan que para ser político sea necesario tener estudios. Por supuesto que no. Pero, a la vista del autismo político que se observa en muchos cargos públicos, no estaría mal que para acceder a ellos se les hiciese un test de inteligencia simplemente para determinar que la tienen normal. Y sentido común.
Sin embargo oí hoy en la radio opinar a la portavoz del PP en el ayuntamiento sobre ese premio. Decía la concejal ¡y también senadora! Que recibir un premio está bien, pero que entre tener una escoba de plata en una estantería, o tener un servicio más barato, ella tenía claro lo que prefería, lo segundo.
Y esto pasa, seguramente, porque doña Julia no vio el capítulo de Barrio Sésamo en el que hablaban de bueno, malo y mejor y peor. De ser así, esta madre de la patria tendría otra opinión.
Mire Vd. doña Julia. Yo, y seguramente la mayoría de sus vecinos, no elegimos entre la escoba de plata y el precio. Nos quedamos en vivir una ciudad limpia y agradable en la que vivir a gusto. Tal vez no esté en los argumentarios de su partido, pero el fin de un servicio público es precisamente ofrecer el servicio público y que los vecinos disfruten de él. Y claro, más barato aún sería no prestarlo. Pero no es eso, ¿verdad?
Claro que este capítulo no lo emitieron en España. De todos modos, si es capaz de entenderlo... puede que un día llegue a ser una buena concejala. Y quien sabe, incluso hasta una buena senadora.
Sin acritud.