lunes, 12 de noviembre de 2012

Esperemos que haya más de uno

Parece ser que el CNG del PSdeG tomó anteayer una decisión acertada. Ni gestora, ni congreso exprés, ni caza de brujas ni precipitaciones; celebrar el congreso después de la conferencia política del PSOE. Y es acertado porque la derrota en Galicia, con serlo y tener elementos propios, fue una derrota de todo el partido que está en caída libre e incapaz de remontar pese al mal momento del PP y la división de los nacionalistas. A día de hoy no ganamos ni entrenando.
El problema es si en Madrid y en Santiago se ha leído bien el resultado. Y me temo que no a juzgar por lo dicho por Griñán: “Las ideas socialistas están en el corazón de millones de españoles y las conocen perfectamente”. ¡Claro que los ciudadanos las conocen! La pregunta es: ¿Sabemos nosotros donde las hemos perdido? ¿Creemos realmente que alguien las puede ver en nosotros?
Por su parte, Pachi, que asume en principio su responsabilidad, luego la reparte hacia arriba, PSOE estatal, y hacia abajo, líderes locales que perdieron votos. Definitivamente no lo entendieron. Que en un ayuntamiento hubiese mayor o menor caída no empece que la caída haya sido general, de fondo, no circunstancial.
Por eso estoy más de acuerdo con lo que Blanco dijo ayer en Santiago: lealtad del partido con la sociedad; abrir un nuevo ciclo para recobrar su confianza; crear un nuevo proyecto de ilusión y esperanza... que responda a los nuevos desafíos; la sociedad ha cambiado y el partido tiene que cambiar; el congreso tiene que ser cuando estemos en condiciones de ofertar soluciones al país; es preciso recuperar el prestigio de la política como herramienta para cambiar la realidad y para ello no hay salvadores ni fórmulas mágicas y el proceso pasa por escuchar tanto al partido como a los ciudadanos.
No cabe duda que ese es el camino y la solución. Aquí, y en Madrid, tenemos que hacer un análisis autocrítico de nuestra zozobra de los últimos años con mensajes contradictorios, unos claramente socialistas y otros propios de ardientes defensores del capitalismo más puro. Y todo ello aderezado de nepotismo, de corrupción y de consideración de la política como un medio de vida, en vez de un servicio al pueblo. ¡Si Pablo Iglesias nos viera...!
Y hecho el análisis, corregir el entuerto, explicar a la sociedad que hemos reconocido nuestros errores y elaborar un nuevo proyecto que recoja nuestras esencias, que ponga en valor lo mucho bueno hecho y que defina un nuevo camino a la sociedad. Con dos horizontes. Un horizonte realizable a medio plazo y un horizonte utópico, tan necesario para seguir caminando.
 
Y establecido el nuevo proyecto, tocará escoger las personas que lo encarnen. Y ahí tendremos que medir y agradecer la grandeza de los líderes actuales y anteriores que tienen que dar un paso atrás. Por bueno que haya sido su trabajo, su dedicación y su gestión, la sociedad no verá el cambio, ni se parará a mirarlo. Viendo a los mismos en la televisión, digan lo que digan, cambiarán de programa. Solo una cara nueva llamará su atención y les hará escuchar.
 
En 1982, me convencí de que íbamos a ganar por mucho cuando vi en un café que la gente dejaba sus conversaciones y sus partidas de cartas cuando salía el espacio electoral del PSOE y hablaba Felipe. Cuando eso vuelva a ocurrir, habremos salido del pozo.

Rafa Castillo.

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