lunes, 31 de enero de 2011

Fruteros expertos.

Aunque parezca mentira, la afirmación “no se puede comparar peras con manzanas, son frutas distintas” no corresponde a Perogrullo, célebre experto de lo obvio, sino a quien detenta la cátedra de la Sede titular de Bigastro. ¡Cuantos cursos de Teología y Filosofía habrá recibido el también portavoz de la Conferencia Episcopal para sentar cátedra con un descubrimiento que, a la postre, ya había hecho Ana Botella! Es lo que tiene el pensamiento único. Que todos piensan lo mismo.
"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta. Un hombre y una mujer es una cosa, dos hombres es otra cosa y dos mujeres es otra cosa, como supongo que un trío también será otra cosa". ¡Ay! ¡Que cosas tiene mi Ana! ¿Ves que fácil es? ¡Un trío es un menage à trois! Y porque no llegaste a los cuartetos que pueden ser, no ya otra cosa, sino dos cosas: de cuerda o de gaiteros.
Sigue diciendo su eminencia reverendísima (decir que estos elementos hablan inspirados por Dios es un ultraje a Dios) que "El matrimonio religioso es uno y para toda la vida... En cambio, el matrimonio civil se puede repetir hasta cuatro veces al año".
Señor obispo, ¡qué mentir sigue siendo pecado! Ni el matrimonio católico es tan indisoluble, y todos conocemos casos famosos, ni nadie que se case civilmente lo hace pensando en plazos. Y ni siquiera lo hacen las parejas de hecho.
Ya decía Jesucristo que “viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden”, o, como dice el dicho popular, “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. Y así, echando la culpa a los demás se auto engañan en las causas de la perdida de clientela al no ver los errores continuos de la institución.
Así no ven como los aleja de la sociedad sus posturas sobre el matrimonio, los homosexuales, las mujeres, la infancia, la juventud, el preservativo o la píldora, la intransigencia sexual, la investigación con células madre, el apoyo a los poderosos y el alejamiento de los débiles, el lujo y ostentación de la iglesia... por no hablar una vez más de la tibia reacción de la jerarquía con la pederastia de algunos de sus miembros, o su participación en secuestros de niños para adoptar.
En fin. Doctores tiene la Iglesia...
Rafa Castillo.

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