Parece ser que el dueño y fundador de INDITEX, Amancio Ortega, ha donado, o
quiere donar, unas 290 máquinas de última generación para luchar contra el
cáncer a otros tantos hospitales públicos.
Por su parte, desde Unidas Podemos han dicho: "la sanidad pública no
puede aceptar donaciones de Amancio Ortega". "Las donaciones son una
decisión personal, pero la sanidad es un derecho que debe garantizarse todos
los días. Que no puede depender de la caridad, del humor o la bondad con la que
se levanten los multimillonarios".
Y es cierto. La sanidad es un derecho que debe garantizarse todos los días.
La cuestión es si tiene medios suficientes. Y el hecho es que no. Las políticas
del PP de recorte del sector público, sin hacerla desaparecer la han dejado sin
medios suficientes. Y además, por muchos que haya, nunca serán suficientes. Ya
la economía se define como la ciencia que estudia como distribuir los recursos
escasos. Y siempre son escasos porque aunque hubiese suficientes para mantener
el más alto nivel posible, siempre surgirá un nuevo invento, una nueva
investigación, una nueva máquina que abra campo a una mejora de la sanidad y
para la que sean necesarios nuevos recursos.
Y si hay un mecenas que lo financie, mejor que mejor. Así el sector público
se ahorra meterse en campos de investigación que, de hacerlo y fracasar, nos
pondrían a todos en posición de exigir responsabilidades por el posible
derroche.
Tiene razón Iglesias cuando dice que lo que tienen que hacer los ricos es
pagar más impuestos. Y pagar mejores salarios. Toda la razón. Yo no sé si
insinúa, y tiene datos, que Ortega evade impuestos o que utiliza subterfugios
para pagar de menos. De ser así, si lo hace ilegalmente, investigación fiscal, y
toda la fuerza de la Ley contra él. Si lo hace legalmente, aprovechando los
vericuetos que las leyes fiscales permiten, tonto sería si no lo hiciese. Quién
no? Cámbiense las leyes que lo permiten, sanciónense los paraísos fiscales y
establézcase un sistema fiscal más justo.
Al fin, Amancio Ortega nos da la vara de medir. No pasaría nada si a
alguien como él se le suben los impuestos en 500 millones. Y a otros 400, a
otros 300, 200, 100, 50, 10 o uno, y nos encontraremos con miles de millones
con los que financiar el bienestar. Pero no podemos culpar a Ortega de que no
se haya hecho. La culpa está en los gobernantes que hasta ahora no lo han
hecho, y por el contrario se han dedicado, año tras año, a bajar la presión
fiscal sobre las rentas más altas. Y prometen seguir haciéndolo.
Por eso no es malo que si, como consecuencia de un sistema fiscal injusto,
Amancio Ortega tiene excedentes, haga lo que quiera con ellos. No podríamos
decir nada si lo gasta en su beneficio. Por qué criticar que lo haga a favor de
todos?
Hay que hacer aún una consideración más. Pudo habérselos donado a entidades
médicas privadas y con ello aumentar sus ventajas competitivas sobre la pública
y al final forzar a esta a hacer conciertos con la privada y pagarlos. Y ya
hizo algo parecido hace dos o tres años, donando también a la pública.
Y una última pregunta. Habrá en esta donación alguna razón oculta? Muchos
somos los que modestamente y en la medida que podemos colaboramos
económicamente con ONGs. Unos con unas docenas de euros y otros, como Bill
Gates, con docenas de millones. Y supongo que esto tampoco es criticable. Pero,
por qué lo hacemos? Seguramente por sensibilidad con diversas causas o
situaciones, muchas de las cuales también deberían de ser asumidas por los
estados. El hambre en el mundo, la situación de la infancia, las situaciones de
guerra, el medio ambiente y tantas y tantas otras.
Recordemos un caso. El tenor Carreras creó una fundación para impulsar la
lucha contra la leucemia. Un tema con el que estaba sensibilizado por haberlo
padecido en persona. Otros lo hacen por tener un familiar o un amigo en una
situación que lo sensibiliza especialmente en determinado campo. Podemos dar a
Amancio Ortega el beneficio de la duda de que pueda tener una razón oculta
similar?
Conclusión: más impuestos más justos, y también, por qué no? Filantropía.
Rafa Castillo.
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