martes, 1 de enero de 2019

Cuando el dedo señala la Luna… y no se ve la Luna…

No se ve la Luna porque hacen trampa. Nos ponen el dedo tan cerca de los ojos que en realidad tapa todo nuestro espacio visual y eclipsa para nosotros el satélite.
Tras la crisis mundial causada, no lo olvidemos, por el capitalismo liberal (desregulación de los mercados, bajada desigual e injusta de los impuestos, adelgazamiento del Estado) las clases económicas medias y bajas perdieron poder adquisitivo y vieron aumentar su precariedad.
Pero además de la crisis, ese adelgazamiento de los Estados implicó un drástico recorte en los servicios públicos a la ciudadanía. Copagos sanitarios, listas de espera, reducción de plantillas sanitarias, masificación de las aulas; falta de substitución de bajas de profesores, caída del número y cuantía de las becas; recorte de las pensiones; interminables listas de espera en la dependencia, supresión de los pagos a los cuidadores familiares…
Y entonces ponen el dedo.
Si hubo crisis fue porque las políticas de izquierda hunden la economía. Lo importante no es repartir. Es crecer mucho para que haya más para repartir (aunque al final nada se reparta). Hay que facilitar las cosas a las empresas y apoyarlas para que con ello mejoren sus trabajadores y aumenten los empleos (cuando en realidad lo único que aumenta es el beneficio del capital que hay detrás de las empresas y los empleos que se crean son precarios y mal retribuidos).
¿Y por qué hay peores servicios? Naturalmente no es por los recortes que se hacen para que sean más eficientes. Es porque millones de inmigrantes nos invaden y disfrutan gratuitamente de nuestro bienestar. Nos quitan los empleos y copan nuestros servicios públicos; reciben ayudas que no se dan a los españoles (?????)…
¿Y cuál es la Luna que pretenden ocultar?
Analicemos las propuestas económicas de VOX, en parte ya desarrolladas por los gobiernos del PP, y que, con matices, se encuentran también en el ideario de C’s.
Reducción drástica de los impuestos sobre la renta (IRPF). Pretenden establecer solo dos tipos. El 20% hasta 65.000€ y el 30% para el resto. Es decir. Los que ingresen entre 15.000 y 65.000€ pagarán todos el mismo porcentaje. Lo que, para los que ganen menos supondrá ¡un aumento de impuestos! Y para los que más, una rebaja. Me pongo de ejemplo. Yo tendré una rebaja del tipo impositivo del 8%; pagaré a Hacienda casi un 30% menos de lo que pago.
Y el resto, las grandes rentas, que hoy pagan, las más altas, el 45%, pasarán a pagar el 30%, es decir, un tercio menos. Y eso después de las rebajas que ya han tenido a lo largo de los años. Por si alguien no lo recuerda, en la tan denostada Transición, con un gobierno tan poco rojo como la UCD, los llamados Pactos de la Moncloa establecieron el tipo máximo en el 65%.
Y otra cosa que se esconde. Esta reducción de ingresos del Estado implica dos consecuencias inevitables. Reducción del número y calidad de las prestaciones y servicios públicos (no importa, sin inmigrantes seremos menos a repartir las migajas) y aumento de las tasas (copago) por los servicios que se presten. Y por supuesto, mejora competitiva para los servicios privados como la educación y la sanidad, a la que accederán más fácilmente quienes ahorran impuestos quedando los públicos degradados para los pobres (beneficencia). Y siempre que puedan, claro, atender al copago.
Por eso, cuando el dedo señale la Luna, aparta el dedo para poder verla.
Rafa Castillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario