miércoles, 30 de julio de 2014

Tocados en la cumbre.

Hoy se reúnen el Presidente del Gobierno de España y el de la Generalitat de Catalunya, y tras el escándalo de la confesión de Jordi Pujol, o más bien desde la confesión de su escandalosa actuación los últimos 34 años, se dice que Ártur Más llega debilitado al encuentro. Es cierto que el asunto Pujol no puede despacharse como un tema personal. Es un tema político que afecta a quien fue muchos años presidente del gobierno catalán y fundador e ideólogo del partido hoy gobernante en Catalunya. Y la actuación del Honorable Más en estos días, culminada con sus declaraciones de ayer, lo convierten en un tema que le afecta personal y políticamente. Dijo Más que sentía “pena y compasión” por el nada honorable expresidente. Se siente compasión o pena por quien sufre penalidades o desgracias. Pero no es el caso de Pujol. No ha sido sujeto pasivo de una desgracia. Fue sujeto activo de un expolio a España y a Catalunya. No puede decir Más que tiene por Pujol un sentimiento similar al que debería de tener, por ejemplo, por quien pierde su trabajo y no tiene prestaciones tal vez por el impago de impuestos del delincuente. Suena demagógico, pero es así. Pero si este caso “toca” al President, que decir de Rajoy, el político más avezado en ponerse de perfil. Ayer también, entró en prisión Jaume Matas, aquel presidente balear cuya actuación quería extender Mariano a todo el país. Pronto lo hará, si el indulto no lo impide, Francisco Camps, el presidente valenciano tras, ante o a cuyo lado se situaba políticamente Rajoy cuando ya estaba salpicado por la Gurtel y vestido con sus trajes. O Carlos Fabra, o Bárcenas y el resto de tesoreros del partido popular. En fin. Será una cumbre de la máxima altura política. ¡País! Rafa Castillo.

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