lunes, 11 de enero de 2021

La factura de la luz.

 

Con las falsas verdades a las que nos vamos acostumbrando, las derechas y ultraderechas, y sus extensiones en las redes y la prensa culpan al gobierno de la subida del precio de la luz consumida durante esta ola de frío.

Si analizamos cada uno nuestros recibos de electricidad, veremos que además de los impuestos (IVA, como cualquier compra, e impuesto de electricidad que es sobre el 5%) veremos que tiene otros dos componentes. Los llamados costes regulados y el coste de producción y margen de comercialización.

El primero incluye los incentivos a las renovables, con el que deberíamos de estar de acuerdo si queremos mejorar en nuevo ambiente, el coste de redes de distribución y transporte, una parte para el Estado por el mantenimiento de la red de alta tensión y el resto para las empresas, y la anualidad del déficit, de la que luego hablaremos, cuyo importe va para las eléctricas.

Los costes de producción se calculan en función del origen de la electricidad y el sistema de cálculo se estableció durante el gobierno de M. Rajoy en 2013. Básicamente se establece el precio de toda la energía en función del componente más caro, en este caso el gas natural. Y en días como estos la producción renovable es mínima (ni hay Sol ni viento fuerte) y por tanto prima el gas.

Y esto es lo que ha subido aproximadamente el 23%. Incluyendo el margen de comercialización (beneficios de las eléctricas). Y eso es consecuencia de la liberación del mercado establecida por Aznar. En cambio, los costes regulados (los que decide el Gobierno) han sido recientemente rebajados en un 13%. Por tanto el Gobierno ha reducido el coste y no es responsable de la subida. Para encontrar los responsables habrá, como siempre, que repasar la historia.

Y la historia empieza con Aznar y su ministro del “milagro económico” Rodrigo Rato. El primer paso fue la privatización total de Endesa, empresa estatal cuya actuación en el mercado ayudaba a regular los precios. Con ello, además de beneficiar a empresarios amigos, financiaba los gastos del Estado, en la demagógica política de vender las joyas de la abuela para pagar y rebajar impuestos, rebajas que bien analizadas beneficiaban más a los que más tenían, y que ahora estamos pagando todos.

Además, en 1998, Aznar “regaló” 1,3 billones de pesetas (más de 7.800 millones de euros) con el pretexto de prepararlas para la libre competencia. Luego, durante casi todos los años de su gobierno (desde el 2000), congeló el precio de la electricidad, lo que le sirvió para controlar la inflación, otra parte del “milagro”, y cuyas consecuencias aún estamos pagando mediante la “anualidad del déficit (tarifario)” al que nos referíamos antes.

Vino luego la gran crisis de 2008 y el gobierno del PP a partir de 2012. El consumo de electricidad se redujo como consecuencia del cierre de empresas, las bajadas de salarios y la cantidad de gente que perdía sus trabajos. El consumidor intentaba consumir menos al tener menos ingresos. Pero M. Rajoy encontró la fórmula para no perjudicar a las empresas. Subir fuertemente los costes regulados (el componente fijo de la factura). Así, aunque yo intentase ahorrar consumiendo menos, que es lo único que estaba en mis manos, acababa pagando más por los fijos.

Se ve bien la diferencia entre subir y bajar los costes regulados? Quien no lo vea que repase Barrio Sésamo.

Rafa Castillo

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