sábado, 13 de enero de 2018

Dónde está la izquierda?

Una encuesta de Metroscopia publicada ayer augura el próximo triunfo electoral de Ciudadanos, partido que aumenta fuertemente su intención de voto mientras todos los demás, de ámbito nacional, la reducen en mayor o menor medida.
Este sondeo se produce muy aislado en el tiempo respecto a la realidad, año y medio después de las últimas generales, año y medio antes de las municipales y tal vez dos años y medio antes de las próximas generales. Y además a los pocos días de las elecciones Catalanas con el peso que el monotema tiene hoy en la política española.
Por eso es más aplicable que nunca en dicho común de que las encuestas son solo sondeos y que las verdaderas encuestas son las elecciones. Pero las encuestas, si bien no marcan resultados reales, si marcan tendencias y visibilizan posibles escenarios antes inimaginables. En su día pasó con la irrupción de Podemos, y hoy con la eventualidad de un gobierno de C’s.
En efecto. Este estudio arroja datos muy llamativos. Comparados con las últimas legislativas, Ciudadanos crece fuertemente del 13,1% al 27,1% (14 puntos), el PSOE baja algo más de 1 punto (del 22,7 al 21,6), Podemos cae 6 (del 21,1 al 15,1) y el PP se desploma del 33,0 al 23,2 (casi 10 puntos).
Pero a mí me preocupa más otra lectura que se oculta tras la espesura de estos datos, tras los árboles que ocultan el bosque. Analizados los datos en conjunto, y sin tener en cuenta los votos nacionalistas de distintas tendencias, por su menor peso específico y porque se mueven por otros factores, el dato grave es que en conjunto la derecha española crece 6,2 puntos, del 44,1% al 50,3% (mayoría absoluta) y la izquierda baja del 43,8% al 36,7%, el 7,1! De un empate técnico, 0,3% de diferencia, a una derrota estrepitosa (13,6€).
Y esto pone al descubierto dos graves problemas. El primero que los ciudadanos no valoran, situados tras las banderas que los ultranacionalismos de uno y otro signo enarbolan con vigor, los problemas económicos, el injusto reparto de las cargas de la crisis y el más injusto reparto de los beneficios escasos de la débil aún recuperación, la precariedad y fragmentación del empleo, el negativo crecimiento de los salarios, el oscuro futuro de las pensiones y el indudable recorte de sus derechos y libertades.
Y hay que decirlo. Los ciudadanos tienen cierta culpa. Por dejarse engañar, por no tener un pensamiento crítico, por aceptar los mensajes simplistas, mesiánicos o adanistas. Por votar con las vísceras y no con la cabeza.
Pero no la tienen toda, ni siquiera la mayor parte. Y aquí surge el otro problema. ¿Dónde está la izquierda? ¿Qué alternativas propone? ¿Tiene un programa ilusionante? ¿Qué errores cometió para tan escandalosa caída y para ser tan irrelevante ante la opinión pública? ¿Sigue existiendo?
Si no hacemos un correcto análisis de esta situación, y no surge en la izquierda un nuevo planteamiento basado inspirado en nuestro mejor pasado pero adecuado a los nuevos tiempos, la izquierda habrá muerto. Y con ello, aunque no lo sepan, las esperanzas de los ciudadanos.
Hay por ahí alguien que piense?
Rafa Castillo.

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