miércoles, 3 de noviembre de 2010

Berlusconi

Realmente no me sorprende la declaración de Silvio Berlusconi que dijo “siempre es mejor ser un apasionado por las chicas bellas que ser un gay” en relación con uno de los últimos de sus escándalos sexuales, esta vez agravado por ser con una menor. Y no puede asombrar a nadie porque semejante botarate ya nos tiene acostumbrados a parir expresiones de esa catadura.
Pero es que además, a poco que analicemos nuestro entorno, y a veces a nosotros mismos, este sentir es aún más común de lo que parece. Y más en las partes más retrógradas de nuestra sociedad.
Baste ver la virulencia de la iglesia en las condenas a los matrimonios gays y la discreción con que oculta y defiende a los curas, por pocos que sean, pederastas.
O el silencio con que personajes como Mariano Rajoy tratan los escándalos de la iglesia mientras amenazan indisimuladamente con privar de sus derechos a los homosexuales.

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